Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Lady Killer Omnibus

Lady Killer Omnibus
Guion
Joëlle Jones, con Jamie S. Rich.
Dibujo
Joëlle Jones.
Color
Laura Alrred, Michelle Madsen.
Formato
Cartoné, 288 págs, color.
Precio
36€.
Editorial
Panini. 2023.
Edición original
Lady Killer v1 #1-5 y v2 #1-5 (Dark Horse Comics).

Panini recupera en una edición integral las dos miniseries de Joëlle Jones publicadas por Dark Horse entre 2015 y 2017. En el tomo Lady Killer Omnibus encontramos las miniseries Seattle 1962 y Cocoa Beach 1963, publicadas anteriormente por separado. En esta serie vamos a encontrar una mezcla entre thriller y comedia negra que nos presenta al personaje de Josie Schuller, una prototípica ama de casa norteamericana de principios de los años 60… que oculta una faceta poco común: también es una asesina a sueldo. Como dice Chelsea Cain en su introducción al libro, si se aleja de la imagen prototípica que tenemos en mente es porque dicha imagen está formada por el tipo de asesino al que suelen atrapar.


La primera miniserie nos sitúa en la Seattle de 1962 y presenta al personaje y su entorno familiar: un marido cansado, pero respetuoso y cariñoso, una suegra alemana gruñona y que no ve con buenos ojos a su nuera, y dos hijas pequeñas revoltosas y dependientes de su madre. También nos presenta a su superior en la organización que la emplea, e incluso al gran jefe. Cuando uno de los trabajos se tuerza un poco, y surja la posibilidad de dejar el trabajo es cuando comenzarán los problemas para la entrañable ama/asesina de casa. Y ese tal vez sea el principal problema que le veo a la primera miniserie. Joëlle Jones se acompaña de su habitual colaborador Jamie S. Rich para los guiones de esta primera historia, y creo que intentan mostrar tanto en tan poco espacio, quieren alimentar tanto el lore y el universo que nos presentan, que deja con la sensación de terminar sin haber cerrado todas las subtramas.

Claro, se permitieron hacerlo porque la autora ya tenía en mente una segunda miniserie en la que desarrollar mejor algunos conceptos, y en la que la familia Schuller se trasladará a Cocoa Beach un año más tarde. Allí veremos cómo Josie intenta prosperar en el negocio en solitario y para ello contará con una oferta de ayuda de un inesperado colaborador. Aparte de desarrollar mejor la dinámica familiar de nuestra protagonista, esta segunda miniserie nos permite entrar en más detalles de algunos cabos que quedaron sueltos de la primera historia, que se nos habían presentado simplemente pero dejaban todo a cargo de la interpretación del propio lector.

Creo que viendo la obra de una manera completa, gana mucho más, puesto que permite ver todo con perspectiva y disfrutar de la historia por completo. Aunque, por otro lado, el ritmo entre ambas minis es algo dispar. Si la primera comienza como un cañón, con continuos giros de guion y un ascenso de tensión explosivo (cosa que puede llegar a jugar en su contra), en la segunda ya Jones se lo toma con más calma y de una manera más natural. Leídas como series «independientes» con un año entre una y otra puede apreciarse menos, pero en este tomo integral sí resulta más llamativo. En todo caso, Jones es muy hábil con la caracterización de la protagonista, calculadora y confiada, hasta que los contratiempos que van surgiendo la hagan ver que no es tan infalible como ella cree. Aunque lo que más me gusta es cómo utiliza esos fallos precisamente para mostrar esa adicción a la adrenalina y cómo se ve incapaz de salir del todo de esa vida que le aporta más por las sensaciones que por lo económico.


Y qué decir del dibujo. Siempre me ha gustado mucho Jones por ese trazo limpio y esa capacidad de dibujar a las mujeres más guapas del mundo del cómic, alternando con gente real, con rasgos normales y cuerpos normales que no hacen parecer el cómic una serie de CW. Pero es que aquí Jones se encuentra en su salsa, y se permite recursos gráficos muy interesantes, como esas splash page con cortes de edificios en los que, sin recurrir a esa narrativa continua, con varios momentos en la misma «viñeta», que gusta tanto a Rubín o Janin, hace que sea el propio lector el que cree la secuencia por cómo muestra el recorrido posible en una persecución o simplemente por ver adónde se dirige el personaje. Igualmente tiene un continuo recurso hacia las perspectivas forzadas, cargadas de líneas cinéticas, con muchas escenas casi mostradas como con un gran angular/ojo de pez que deforma las figuras, y que aporta presión a las escenas. Aunque probablemente lo que más me ha gustado es la documentación para vestuario y decoraciones, y sobre todo el uso de esas manchas de tinta que aportan en nuestro subconsciente la percepción de manchas de sangre, incluso en escenas de simples diálogos. El color de Laura Allred y Michelle Madsen, curiosamente, es mucho menos satinado de lo que uno esperaría para una serie como esta, ambientada en los años 6o.

Esta edición cuenta con las dos miniseries, acompañadas de todas las portadas, los diseños homenajeando los anuncios de la época, posteriormente reconvertidos a portadas alternativas, y bocetos de los personajes.


En definitiva, Lady Killer Omnibus es una obra muy divertida, que se lee en un suspiro, con una Joëlle Jones en momento de gracia artístico y que encantará a los amantes del humor negro y la comedia satírica. Si bien el guion es algo más irregular y desproporcionado, creo que no impide disfrutar de una historia entretenida y con un buen puñado de ideas interesantes para personajes y situaciones inesperadas. Una edición perfecta para disfrutar de esta serie que, a pesar de quedar completamente abierta a una tercera incursión, no parece que tenga visos de ser retomada a corto-medio plazo, dado que han pasado 6 años desde su finalización.

Lo mejor: El dibujo de Jones. Se adivinan muy buenas intenciones, a la hora de plantear la serie.

Lo peor: El ritmo desproporcionado y el poco espacio para desarrollar tantas ideas.