Manu Larssinet es un dibujante de cómics tan harto de vivir en la gran ciudad que un buen día recoge los bártulos y alquila junto a su pareja una casita en el campo. El choque entre sus costumbres urbanas y la realidad rural lo obliga a replantearse sus expectativas. Y mientras lo hace, echa raíces en el pueblo relacionándose con un paisanaje descacharrante que oscila entre la hospitalidad y el delirio. El guionista Jean-Yves Ferri y el dibujante Manu Larcenet firman una comedia desternillante que gira en torno a la dicotomía entre la ciudad y el campo. Un maravilloso relato costumbrista que permanecía parcialmente inédito y que reunimos por primera vez en edición integral.

Parece mentira que con la larga y prolífica carrera profesional de Manu Larcenet, y lo mucho que gusta entre algunos de los miembros residentes de esta casa, aún no le hayamos dedicado una reseña a una de sus obras. De Jean-Yves Ferri ya hemos hablado alguna vez, a raíz sobre todo de su participación como autor de las nuevas aventuras de Astérix. De modo que nada como la recopilación en este volumen integral de los seis álbumes de La vuelta al campo para redimirnos de nuestro error y, de paso, echarnos unas buenas risas.

El primer volumen de La vuelta al campo se publicó en Francia en 2002, y contaba cómo el dibujante Manu Larssinet y su pareja Mariette dejaban atrás la vida en París para mudarse a una casa de campo en la localidad ficticia de Ravenelles. Los encuentros con los pintorescos habitantes de la aldea, las diferentes costumbres y forma de hablar (variedades dialectales conocidas como patois) y, sobre todo, el contraste entre la bulliciosa vida en la ciudad y la tranquila y apacible vida rural son el leitmotiv de esta divertidísima obra. Hay muchos chistes recurrentes, como la (ficticia) expresión patois para saludar karoutcho, el perpetuo silencio de señor Henri, las maquinaciones del cacique alcalde de la localidad, la incursión en la metaficción al aparecer el propio guionista Ferri en la historia escribiendo para Dargaud esta misma Vuelta al campo y, sobre todo, ese maravilloso personaje que es la señora Montemort, anciana del lugar endurecida por el trabajo en la tierra y antigua combatiente de la Resistencia francesa.

Jean-Yves Ferri (Las Aventuras de Astérix) realiza una labor descomunal en un género tan difícil como es el de la tira cómica. Ya sea en chistes unitarios o en “arcos argumentales” de un puñado de tiras, Ferri despliega un desmesurado ingenio cargando las tintas en la personalidad de su protagonista Manu Larssinet, sosias del dibujante. Ferri y Larcenet (Los combates cotidianos) son amigos desde hace muchos años, y se conocen muy bien. Trabajan muy bien juntos (han colaborado en otras obras), y comparten un sentido del humor muy de la escuela Dupuis. Tal vez sea esta amistad la que ha permitido que Larcenet consienta en representarse como un pequeño urbanita acomplejado y testarudo, que pese a su incipiente cinismo no deja de sorprenderse por las pequeñas maravillas de esta nueva naturaleza que le rodea, y a la que intenta adaptarse todo lo posible. Incluso al tocar la guitarra se da cuenta de que su estilo empieza a parecerse (otro gag recurrente) al del cantante folk Francis Cabrel. ¿Recordáis La quiero a morir, versionada hasta la saciedad por decenas de cantantes? Pues es suya. Perdón, que me seco la lagrimita y sigo.

Manu Larcenet, que se mudó efectivamente al campo en la época en que escribía Los combates cotidianos, usa un estilo muy suelto y caricaturesco para reflejar su día a día en la campiña. Según él mismo ha declarado, es la mejor serie en la que ha trabajado, y eso se nota. Sus dibujos humorísticos conjugan a la perfección con las desternillantes palabras de Ferri, dando como resultado uno de los cómics más divertidos que he leído en mi vida. Pero también hay momentos para la introspección, como cuando habla de la reticencia de Manu a tener un hijo, o la desaparición de su padre cuando él era un niño, lo que le marcó de por vida. Estos miedos y angustias, propios de la madurez que a Manu tanto le cuesta aceptar, salen a la luz en sus conversaciones con un viejo ermitaño a quien encuentra por casualidad, y que le enseña a ver las cosas desde otra perspectiva. Siempre, por supuesto, manteniendo el filtro humorístico.

Este volumen integral de La vuelta al campo, publicado por NORMA Editorial, contiene los seis álbumes publicados entre 2002 y 2019. Teniendo en cuenta que ni Ferri ni Larcenet han manifestado sun intención de abandonar la serie, no es muy atrevido aventurar que puede haber en un futuro cercano un séptimo volumen. Ya veremos qué ocurre entonces. Entretanto, podemos disfrutar de la lectura de esta divertidísima comedia rupestre llena de entrañables personajes.