Vuelven Andrómaca y su vieja guardia a la palestra. Norma edita la segunda miniserie de Greg Rucka y Leandro Fernández para Image, a falta de que anuncien la tercera y última en EE.UU. Antes, nos llegará la serie antológica que ha surgido a raíz del relativo éxito que ha tenido la adaptación cinematográfica a cargo de Netflix, que comienza a publicarse en unos meses en América y que si todo va bien, podríamos esperar para finales de año. Supongo que la película ha provocado un empujón para que Greg Rucka, que nos tiene acostumbrados a demorar algunos de sus proyectos (Black Magic , ahem…) por su apretadísima agenda, se ponga de una vez las pilas y pueda terminar esta serie, aunque de momento no tengamos ni fecha.
No sé si también es algo que haya podido verse influido por la venta de derechos a la plataforma de streaming, pero esta segunda miniserie tiene una estructura muy cinematográfica. Abre con un número repleto de acción de principio a fin, y no nos permite tomar algo de aire hasta el cuarto número de los cinco, con algunas escenas de acción que parecen enteramente un storyboard de lo que podría ser una cinta trepidante. Habíamos dejado tras el primer arco a Booker abandonando el equipo y siendo sustituido por la novata Nile Freeman. En este tomo conoceremos también a Noriko, una vieja conocida de Andy que no viene precisamente con las mejores intenciones en cuanto a su integridad.
El guión de Rucka es muy directo, y va jugando con saltos adelante y atrás en el tiempo sin perder nunca de vista el ritmo de la historia, aunque sin duda si hay un protagonista en esta serie es el argentino Leandro Fernández, que se ha puesto las pilas y demuestra ser un pupilo de Eduardo Risso que ha llegado a alcanzar las cotas de genialidad del maestro. Fernández nos regala un dibujo eléctrico, con un uso de la iluminación prodigioso y una composición de página repleta de encuadres sorprendentes y una narrativa de ritmo perfecto. Si a eso le sumamos una Daniela Miwa en estado de gracia a la hora de colorear, con unas paletas que acompañan de manera sublime el ritmo del dibujante, pues apaga y vámonos. Escenas como la de la persecución con la que abre el tomo o el flashback de Andy en el barco durante la tormenta dan perfecta cuenta de que estamos ante uno de los mejores trabajos que ha realizado el argentino hasta el momento.
Que Rucka ha sido un gran guionista de personajes femeninos no es ninguna novedad, pero en este segundo arco hace todo un tour de force porque, a pesar de que la parte masculina del grupo también tiene sus momentos interesantes, las que realmente se llevan toda la atención del lector son las tres chicas: Andy, Nile y Noriko. Me encanta el arco de evolución que está proporcionando a la líder del grupo, y cómo utiliza a Noriko para retorcer la psique de la que aparentaba ser un personaje frío e implacable. Y también vemos crecer a Nile que pasa de ser la novata que solo ha muerto un par de veces y va aceptando cada vez más responsabilidad e iniciativa propia.
Además, deja la trama encaminada al gran final que esperamos en ese tercer tomo, que aquí se llamará Desvanecerse , y que vendrá (crucemos dedos) después de esa serie antológica en la que contarán con autores invitados y que cuenta historias del pasado de los personajes. Tales through time comienza a publicarse en EE.UU. en el mes de abril y contará con seis números que tendrán autores invitados de la talla de Kelly Sue DeConnick, Matt Fraction o Brian M. Bendis entre otros muchos.
En definitiva, La vieja guardia. Libro dos: Fuerza multiplicada da un paso más en la historia de estos mercenarios inmortales y es una obra que cuesta no leer de una sentada. Tramas repletas de acción y un dibujante y colorista que hacen uno de sus mejores trabajos hasta la fecha, dando todo un recital de cómo narrar acción en un cómic. Si te gustó el primer tomo, vas a disfrutar de lo lindo este segundo y vas a odiar muy fuerte a Rucka y Fernández por no tener ya listos el desenlace de la serie. Sinceramente, creo que acabarla en otro arco más es una decisión muy acertada para darle su extensión perfecta y no abusar de los personajes o hacer tramas repetitivas, aunque si Netflix sigue apostando por la fórmula, puede suponer una tentación muy fuerte para que sus autores sigan estirando el chicle un poquito más. Yo qué sé, a mí mientras mantengan este nivel… que lo estiren todo lo que quieran.
Lo mejor: Fernández está a un nivel muy top. Lo trepidante de la trama. Cómo está evolucionando el personaje de Andy.
Lo peor: ¡Por favor, quiero más YA!