Los planteamientos de batallas entre superhéroes (o villanos) no suelen dar mucho de sí y los lectores se los saben casi al dedillo, se llenan de tópicos, de tortas, malentendidos y poco más. Quizá en un momento tuvieron más interés, pero ahora mismo que hace ya años tuvimos el evento de Marvel vs DC poco queda por contar.
Es por eso que los números de lucha de las Secret Wars aportan poco o nada. Cómics muy olvidables y obvios en muchos casos, aunque en ocasiones se aprovecha para ahondar un poco más y salirse por la tangente. Algo que, en parte, precisamente se hace en La era del Ultron vs Marvel Zombies dando al cómic algunos momentos ciertamente interesantes.
Por un lado tenemos a los muchos Ultron y por otro a los zombies, por ahí haciendo sus cosas de comer y matar, todo muy aburrido, pero al otro se presentan versiones de Hank Pym, Jim Hammond, Simon Williams y La Visión. Son casi los mismos, pero no.
El más diferente es Pym, que proviene de Timely. Un hombre que vive décadas en el pasado en una sociedad a la que queda un tiempo para llegar hasta ser contemporánea. Esta figura será uno de los pilares de toda la narración, pero lo interesante de la misma es que nos ayudará a saber más del Hank Pym que conocemos.
Será a través de él, de sus dudas y emociones que se revise al personaje que todos conocemos, desde otro punto de vista y con una inocencia que jamás había tenido. De esta forma también se profundiza en la forma de ser de Jim Hammond, Simon Williams y La Vision, de la relación que tienen entre ellos, de cómo son y qué sabemos de ellos.
Por supuesto de fondo la historia es lo que promete el título. Un enfrentamiento entre Ultron y los zombies, algo que no deja mucho a la imaginación pero que por otro lado permite ver en igualdad de condiciones a dos de las más oscuras posibilidades que ha planteado el universo Marvel en los últimos años.
Además hay que sumar que al trabajo de James Robinson (guión) y Steve Pugh (dibujo) se unen otros nombres como el reconocido Tom Grummett, entre otros. Unos pequeños aportes a la obra total logrando realzarla, lo que siempre es de agradecer.
No os preocupéis, en menos de un año os habréis olvidado de haber tenido este cómic en vuestras manos, es puro entretenimiento y nada más. Por otro lado, ¿no leemos tebeos por placer?