Saludos una semana más, queridos lectores. Saltaremos hoy al año 1936, en vísperas de la Guerra Civil Española. Y lo haremos para ver una carrera de coches.
Buscando La última victoria.
La historia que nos traen Roger y Guillem Escriche se ambienta en la Barcelona previa a las dos guerras que marcaron Europa: la española y la mundial. Nido de intrigas y espías. nazis y emigrados. Con tantas agendas como personajes aparecen por estas páginas.
Y esta idea de mútiples historias marca la historia del cómic. Los autores han escogido un instante en el tiempo para contárnoslo, para mostrárnoslo. Casi no se nos explica nada del pasado de los personajes. Estamos con ellos en esos días de la carrera de coches de carreras y somos uno más de los espectadores y protagonistas de las intrigas que se desarrollan. Desde venganzas a asesinatos, pasando por una carrera que hay que ganar.
Esta forma de narrar es curiosa. Nos deja unas sensaciones extrañas. Por un lado, no nos queda claro (al menos a mí) cuando empieza realmente la historia. ¿Es la carrera una mera excusa, algo en segundo plano que simplemente mueve la acción? ¿Es, en cambio, el centro de la historia y las andanzas de los personajes solamente hechos que coinciden en el espacio y en el tiempo?
Entendámonos. No es que nos perdamos en la historia, pero si te queda la sensación de que, como en la vida real,no lo sabemos todo. Y hay muchos personajes de los que no sabemos nada. estamos ante, o dentro de, una historia coral. Historia rio, si me permitís.
Y si me permitís ponerme poético, la historia se parece a un rio lleno de pequeños torrentes que desembocarán en esa carrera del título.
¿O quizás el título hace referencia a otra victoria?
No os lo diré, pues cada uno sacará su propia conclusión sobre cual es la última victoria.
El dibujo alterna escenas (viñetas) donde solamente vemos a personajes sin fondo con otras donde estamos dentro del escenario. Del decorado, podríamos dcie. Porque los personajes parecen a veces actores que avanzan en una tragedia hacia un final determinado del que no se puede escapar.
Claro que muchas veces eso es lo que llamamos mundo real.
Las escenas nocturnas me han recordado por los tonos a esas películas con noche americana, pero puede que sea simplemente una impresión mia. Ha servido, sin embargo, para reforzar esa sensación cinematográfica que transmiten los lápices del autor.
Y tenemos los coches, naturalmente. Si os gusta la tecnología vintage, tenéis que echarle un ojo a esta última victoria. La diferencia visual entre esta carrera a las del siglo XXI es abismal.
Y desconocida.
Pero de aquí viene todo.
La edición incluye en las guardas el plano del circuito de Montjuïc en esta época.Tenemos también un artículo de presentación.
Pero lo fuerte son los artículos del final. Un Qué fué de… dedicado a los corredores. Un artículo sobre coches y otro sobre la infiltración nazi en la Barcelona republicana.
¿Por qué leer La última victoria?
Te interesan los coches de carreras previos a la Segunda Guerra Mundial. Las guerras de guerrillas secretas entre alemanes nazis y exiliados en la neutral España.
¿Por qué no leer La última victoria?
La forma de narrar puede resultar confusa. No es una historia de espías, lineal y llena de acción, donde siempre ganan los buenos.