Por fin llega a España la aclamada La sociedad de los dragones de té, flamante ganadora en la última entrega de los premios Eisner al mejor webcómic y a mejor publicación infantil, premio este último que ha revalidado en los Harvey de esta pasada semana. Como los mejores clásicos, se trata de una obra dirigida a un público infantil… pero que los adultos pueden disfrutar porque van a ver en ella una serie de mensajes que los más pequeños van a pasar por alto. La sociedad de los dragones de té es un canto a las tradiciones, a la amistad, al amor de cualquier tipo y a dejar volar nuestra imaginación. Una obra con un dibujo muy atractivo y un tono narrativo de los que hacen que termines de leerla con una sonrisa en los labios.

La historia es sencilla: Greta es una niña cuya madre es una de las mejores herreras del lugar. Su madre insiste en que la hija herede la tradición familiar y aprenda un oficio que, a pesar de no ser tan necesario como antaño, pues las armas son cada vez menos necesarias, sigue teniendo buena viabilidad comercial. Siendo una de las mejores herreras, sus productos se siguen vendiendo sin problema. Un día, Greta se encuentra un dragón de té y lo lleva a su dueño, el señor Hesekiel, quien es un cuidador de estas criaturas y le invita a conocer más sobre su trabajo. La niña acepta y gracias a ello conocerá a Erik, un joven en silla de ruedas que vive con Hesekiel y le ayuda; y Minette, una chica tímida con problemas de memoria.

El tono de la obra es infantil en cuanto a que se trata de una historia amable, con ese trasfondo fantástico y esos dragones de té, que son criaturas adorables, con aspecto de cachorros. Todo gira en torno al interés de Greta en conocer la profesión de cuidador de este tipo de criaturas, y su rechazo a seguir su propia tradición familiar. A lo largo de la historia, iremos conociendo más detalles del pasado del resto de protagonistas, y esto lo haremos gracias a las propiedades del té elaborado con las hojas que tienen los pequeños dragones. Sin entrar en detalles, para que vayáis descubriendo vosotros más con la lectura, sí es interesante hacer hincapié en la rica mitología que ha creado la autora neozelandesa Katie O’Neill para una historia tan breve.

La obra fue publicada originalmente como webcómic, y de hecho podéis leerla íntegramente a través de su web. El dibujo es muy acorde a este tipo de publicaciones, se nota que está realizado digitalmente, con un coloreado muy característico. Se trata de un dibujo sin líneas de contorno, con la separación hecha por el propio color. El dibujo será adorado por los más pequeños de la casa, y especialmente por las niñas, por sus tonos pastel y su estilo tan cercano al manga/anime shojo. Tengo la impresión de que el diseño de página se hizo pensando en un formato más bien europeo de álbum de mayor tamaño al del comic book normal, porque tiene bastantes páginas con muchas viñetas pequeñas y tira de recursos interesantes como las flores que separan las diferentes viñetas, o el uso de humo como calles de la página. Sea como sea, es un diseño muy cuidado y planificado, que dan una vistosidad particular a sus páginas.

Pero como decía al principio, lo que más me ha gustado es el subtexto que se oculta tras la historia. Las relaciones entre los distintos personajes, sin necesidad alguna de entrar en más detalles sobre ellas, el peso de la tradición familiar, de la necesidad por luchar por encontrar tu propio camino y del propio cariño hacia los animales. Se pueden encontrar miles de mensajes ocultos, probablemente algunos de ellos sin ninguna intención por parte de la propia autora, pero que hacen que se disfrute mucho la lectura.

Además, el libro viene ampliado con un capítulo extra donde analiza las diferentes razas de dragones de té, habla sobre sus características, las hojas de té, y la sociedad que da nombre a la obra. Todo esto da una riqueza al entorno planteado para la historia que deja con ganas de más, de conocer más cosas sobre estos animales y sobre las diferentes razas que pueblan todo este universo. La rotulación del libro es muy fiel al estilo original, como podéis ver en las diferentes imágenes que ilustran esta reseña. Tan solo se ha usado un color algo más oscuro para mejorar la visibilidad. Se ha publicado en cartoné, con un papel de alto gramaje poroso que le da un gran acabado final.

En definitiva, La sociedad de los dragones de té.

Una obra sencillamente deliciosa, con un target de público infantil, pero que cualquier adulto podrá disfrutar por sus subtextos y su fabulosa ambientación. O’Neill crea un mundo enorme, con muchas posibilidades y, aunque solo nos permita ver un trozo muy pequeño de este mundo, invita a conocer más de él y a imaginar miles de aventuras dentro de él. Un canto de amor a las tradiciones que tienden a perderse, al amor sin etiquetas, y a cuidar la naturaleza y sus especies. Si tenéis hijos, especialmente hijas, dadselo a probar. Seguro que van a considerarlo todo un descubrimiento. Si no los tenéis, dejad salir a vuestro niño interior y abrid bien los ojos y leed entre líneas. Si además disfrutáis con la fantasía, tenéis que leerla.

Lo mejor: El tono en general, delicioso. El subtexto. Te deja con una sonrisa en los labios.

Lo peor: Te deja con ganas de mucho más. Apetece leer más historias dentro de este universo.