Según Luc Ferry, filósofo y ex Ministro de Juventud, Educación Nacional e Investigación francés, las obras dedicadas a la mitología clásica están plagadas de errores. Siendo un tema que es parte del plan de estudios francés para la Escuela Primaria y sobre el que él ha dado conferencias en varias ocasiones (aquí o aquí), decide iniciar una línea de libros de divulgación sobre este tema, “con sencillez y erudición“, que vieron la luz en formato cómic gracias al escritor Erik Orsenna, miembro de la Academia Francesa, y el editor Jacques Glénat. La sabiduría de los mitos, colección de la que ya han aparecido treinta volúmenes en Francia, pretende ser una herramienta pedagógica al alcance de todo el mundo, pero enfocada especialmente a que los padres ayuden a sus hijos a comprender estas historias. En este primer tomo que nos trae Yermo se incluyen los tres álbumes originales dedicados al semidiós Heracles.
La sabiduría de los mitos es también el título de un libro publicado por Luc Ferry en 2008 en el que explicaba el origen en mitos clásicos de expresiones populares del lenguaje, como manzana de la discordia, caja de Pandora y similares. Pero la mitología clásica nos ha dejado más que unas espectaculares historias de aventuras y frases hechas. Esos relatos tienen también un fondo filosófico, incluso una intención moralizadora en algunos casos, y es precisamente lo que Ferry quiere explorar. Cada álbum de esta serie tiene una primera parte con una narración de la historia lo más fiel posible a las fuentes originales, y un epílogo, en texto con fotografías varias, en el que el propio Ferry explica el fondo del mito tratado y lo contextualiza en su época. Para la edición española, Yermo ha decidido empezar con la historia de Heracles, serializada en tres tomos, que fue la quinta en la edición original. No supone un problema, dado que son historias autoconclusivas. Yermo ya ha anunciado un segundo volumen de esta colección para este 2021, dedicado a Jasón y el vellocino de oro, que consta también de tres volúmenes originales. ¿En el horizonte? La Ilíada, La Odisea o las historias de personajes como Orfeo y Eurídice, Prometeo, Midas o Ícaro.
En Heracles tenemos la historia completa del semidiós, desde su concepción hasta su muerte y posterior apoteosis. Como en el origen de muchos semidioses, tenemos a Zeus cambiando de forma, algo habitual en él, para fecundar a Alcmena, una mujer mortal, que criará en el mundo humano al hijo del Rey del Olimpo junto a su esposo, Anfitrión, cuyo nombre es otro ejemplo de legado lingüístico -un tanto turbio, en este caso- de la mitología clásica. Ferry deja claro en el planteamiento de esta colección que pretende distanciarse de las ideas hollywoodienses y de la cultura pop de la mitología clásica, con lo que no hay que esperarse al personaje juerguista, vividor y un tanto descerebrado que hemos visto en películas varias y en cómics de Marvel. Este Heracles es un héroe engendrado por su padre con el objetivo de velar por la armonía en la Tierra. Pero también es la prueba viviente de una infidelidad de Zeus, una de tantas, que hará que tenga en contra a Hera.
Lo que tenemos aquí es una adaptación lo más fiel posible de la historia original del héroe, utilizando para ello los recursos del cómic. Se recrea en algunas escenas -el segundo álbum de la trilogía está dedicado íntegramente a los doce trabajos, la parte más conocida de la vida de Heracles- y utiliza elipsis en otras para no hacer pesado el avance de la trama, llegando a una lectura final ágil y entretenida. No hay que perder de vista que está enfocada a un público juvenil, al que trata como personas con capacidad intelectual y no como inocentes seres de luz incapaces de procesar los duros momentos que hay en la vida de Heracles.
Esta obra ha sido creada de una forma diferente a lo que el lector de cómic americano está acostumbrado a ver. En los créditos de la primera página, vemos que la historia ha sido escrita por Luc Ferry, y adaptada a guión por Clotilde Bruneau. De este guón, Didier Poli hace un storyboard, con el que Annabel -en el primer tomo- y Carlos Rafael Duarte -en los dos últimos- hacen un dibujo terminado. Con este sistema, aunque se aprecia un cambio estilístico entre el primer y segundo álbum, la narrativa de la historia no se ve prácticamente afectada. Estando Ferry, Bruneau y Poli en toda la serie, es de suponer que la sensación final de futuros tomos de La sabiduría de los mitos sea muy similar.
La sensación final que ha dejado este tomo es claramente positiva. Es una historia con una superficie aventurera que funciona por sí misma a la perfección, pero que además tiene un fondo contextualizado en las páginas finales de Ferry. Un álbum muy entretenido, muy recomendable para todos los aficionados a la mitología clásica, con intención educativa para los más jóvenes pero que los adultos pueden disfrutar también. Ojalá hubiera más obras de estas características.
