Saludos, queridos lectores. Agachaos, por favoir. Estamos en plena Revolución y no quiero que una bala perdida os alcance. Bueno, parece que los bolcheviques han dejado de dispararnos, ocupados con tirotear a los mencheviques y a los soldados alemanes. Tomémonos un respiro y hablemos de tebeos. hoy reseñamos La Revolución Rusa, de Duval, Pécau, Blanchard y Calvez.
Ponent Mon nos trae una deliciosa ucronía que no trata solamente de la Revolución de Octubre, sino que cambia el rumbo de la Gran Guerra.
Pongánonos en contexto. Hay una colección de ucronías llamada Jour J y que se compone de historias escritas por Duval, Pécau y Blanchard; siendo dibujadas por diferentes artistas. La verdad es que tienen muy buena pinta, basadas en puntos Jonbar más europeocéntricos de lo que suele tratar la ciencia ficción anglosajona. Ojalá pronto veamos más de estas historias en castellano.
Este tomo se corresponde con la edición especial francesa de 2017 (los tomos originales son de 2010).
Pero a lo iba, que me despisto. Pues resulta que dos de estos tomos forman una historia donde los alemanes hicieron caso a Schlieffen y en vez de dividir sus fuerzas reforzaron el flancho derecho.
París cae. Francia es ocupada. La monarquía vuelve. Clemenceau espera en Argelia…Pero en el Imperio Ruso las cosas no van bien para los intereses franceses. Así que Clemenceau urde un ambicioso plan y envía a dos hombres con una misión secreta y muy especial.
Todo esto lo vemos en las primeras páginas, así que no os estoy destripando nada. Lo bueno viene ahora.
El guión nos cuenta una historia que podría reducirse a una buddy movie en la que dos personajes totalmente opuestos deben formar equipo para enfrentarse a casi toda Europa. Y es que nuestros héroes, un anarquista y un policía, se verán las caras co el Imperio Alemán, el Imperio Ruso, las fuerzas revolucionarias…
Sin perder nunca de vista sus diferencias políticas y su forma de ver la vida, la historia se convierte en una historia de acción, intriga y suspense. En vez de tener una historia lenta, de dos hombres hablando de teoría política mientras viajan en tren; tenemos una historia de acción trepidante y realista que nos tendrá en vilo hasta el final.
Muchos de los personajes que aparecen son históricos. O al menos existieron realmente, aunque en esta historia actuen de manera diferente a lo que nos cuentan los libros. Pero esto no será un problema.
Antes de empezar con el cómic la editorial nos ofrece un dosier de 8 páginas poniéndonos en situación. Se nos hablará de los personajes históricos que aparecen, de la situación política europea y, en resumen, nos dará toda la información que necesitemos los lectores que no seamos expertos en los movimientos sociales y políticos de la Francia de principios del siglo XX.
La traducción es obra de Sergio España. Muy correcta, a pesar de que haya tenido que enfrentarse a palabras de argot francés del siglo pasado, que traduce como argot español. La edición incluye varias notas a pie de página. No me queda claro, pero he asumido que son obra del traductor para facilitar algunos términos coloquiales.
¿Y el dibujo? Me ha parecido bueno, sobre todo a nivel de escenarios y del dinamismo de los personajes. Tampoco os negaré que al conocer a algunos personajes sus rasgos parecen de un estilo diferente a los demás, como más abocetados. Ya hemos hablado de Calvez en esta casa antes. Y sigo diciendo que narra con agilidad y dinamismo. Sobre todo en esas escenas de acción en las que las viñetas recuerdan a los diferentes planos de una película de persecuciones o peleas.
Y sobre todo me encantan los espacios que crea. Esos edificios, esos vehículos,esos interiores que te crees. Ese hidroavión embarcado en un barco de guerra no aparece sin más en el agua,s ino que vemos a la grua bajándolo en segundo plano mientras los personajes hablan.
Detalles, detalles, detalles.
La paleta de colores es variada, aunque con tendencia a los marrones y ocres. ¿Un guiño a las fotografías antiguas? Podría ser, porque en El Mosquetero homenajeaba a los grabados de la época en la que se ambientaba la historia.
Esto se refuerza con detalles como colocar a los líderes comunistas durante un discurso enuna postura que recuerda los murales soviéticos en los que salían representados. Pequeños guiños al lector que posiblemente ocultan un enorme trabajo de documentación.
Y hablando de guiños, la portada que han creado Manchu y Blanchard; ¿no nos recuerda a cierto cuadro sobre otra Revolución?
En definitiva, este libro ha sido una muy agradable sorpresa, que me ha gustado mucho más de lo que esperaba. Y sobre todo, va a ser accesible para un público mucho más amplio de lo que pensaba antes de leerlo. A ver si hay suerte y Ponent Mon sigue trayéndonos más ucronías de esta serie.
¿Por qué leer La Revolución Rusa?
Te gustan las ucronías. Te interesa el periodo de la Gran Guerra y la Revolución russa. El excelente dossier informativo del principio. Muy adecuada para interesar a estudiantes o lectores en este periodo de la historia.
¿Por qué no leer La Revolución Rusa?
Esperebas una historia más política, más teórica.