Saludos veraniegos desde París, mis muy querido lectores. Da gusto pasear por el Sena desde que los turistas no vienen en manada. Aprovecharé antes de que acaben las obras de reconstrucción de esa iglesia de ahí al lado. Me sentaré en esta terraza a tomar una cervecita mientras leo La resurrección de Notre Dame.
Tenemos aquí una obra guionizada por Salva Rubio y dibujada por Eduardo Ocaña. Y que no trata de la reconstrucción actual de la catedral parisina, sino de la del siglo XIX. Ah, ¡que no sabíais que la iglesia que ardió en 2019 no era exactamente el edificio original? Pues eso y más aprenderemos con este tebeo.
Antes de nada, permitidme aclarar que el Gótico no es mi estilo preferido. Reconozco y aprecio la belleza física que puede tener, pero yo soy más del Románico. Más íntimo y personal a nivel de la relación con Dios, si me entendéis.
Posiblemente estáis pensando que habéis venido aquí buscando mis opiniones tebeísticas, no arquitectónicas. Pero es que uno de los temas de la obra es precisamente la opinión de los académicos y artistas hacia el gótico en el siglo XIX.
A través de las 88 páginas de esta obra viajaremos al pasado, a la reconstrucción de diferentes edificios, al redescubrimiento de un estilo, al interior de los círculos académicos y oficiales…y a otros lugares como por ejemplo la cocina de Víctor Hugo.
Y si bien es cierto que el corazón de la obra es la reconstrucción de Notre Dame, seguiremos a uno de sus artífices a lo largo de su vida y a lo largo de más viajes y encargos por toda Francia. Aparte de ponernos en el contexto histórico adecuado, esta elección del autor nos permitirá ir saltando de su faceta profesional a su vida personal, conociendo a diferentes personajes históricos en el proceso.
Y de paso evita que la obra se haga lenta o pesada para aquellos que no sean expertos en el ámbito arquitectónico francés del XIX.
Y hablando de eso, ¿necesitamos una base previa de conocimiento histórico para entender o disfrutar la obra? No. Puede que no conozcamos los aspectos no tratados en esta resurrección de Notre Dame de la vida de algunos personajes, pero veremos lo suficiente para seguir la historia. Y la Historia.
Y las partes que no conozcamos, aun sabiendo ya como termina la historia a grandes rasgos, las podemos leer como una novela histórico-costumbrista sobre Viollet-le-Duc.
Y de paso, descubriremos a Lassus.
A nivel personal, me han encantado las pequeñas historias que los autores cuentan. Tanto aquellas que suceden en segundo plano a lo largo de una serie de viñetas (ese Víctor Hugo cocinero…) como las que se cuentan con frases dejadas caer a lo largo de los años, en páginas diferentes.
El dibujo de este tipo de obras suele ser realista, enfocado más a los edificios y fondos que a los personajes. Si bien esto es cierto, el autor no deja de ofrecernos ciertos juegos, como poder ver los dibujos que dibuja el protagonista como parte de las viñetas.
Sin convertirse en un catálogo ni en una sucesión de ilustraciones, el cómic nos ofrece lo que queremos ver: Primeros planos, panorámicas y perspectivas nuevas de Notre Dame.
La edición incluye 20 páginas de extras. En ellas encontramos material didáctico, dibujos de la época y de la pluma de Viollet, bocetos, ilustraciones, un cómo se hizo de la portada. Preparad la bayeta, que se nos caerá la baba y eso es malo para el papel del tomo.
¿Por qué leer La resurrección de Notre Dame?
Aprenderemos tanto sobre la reconstrucción de esta catedral como sobre el arte gótico francés. Las preciosas pequeñas escenas e historias que nos acompañan por todo el libro. Los extras.
¿Por qué no leer La resurrección de Notre Dame?
No deja de ser una historia realista y costumbrista. Buscas historias de misterios y tesoros ocultos entre las piedras antiguas.