La noche del 12 al 13 de agosto de 1799, cuando frisaba los 29 años, Napoleón Bonaparte pasó una noche en el vientre de la Gran Pirámide. Lo que vio o sintió allí dentro no ha trascendido, pero sí sabemos que desde ese hecho el General Francés no fue el mismo hombre. Y así nos lo cuenta una de las novedades de Norma Editorial para esta primavera: “La Pirámide Inmortal”.
Esto, que parece el comienzo de una historia sobre las Galias, ocurrió en la realidad, y el autor Javier Sierra, en su novela “La Pirámide Inmortal”, nos intenta dar respuestas a este acontecimiento tras una larga investigación realizada por su parte (de hecho, en el año 1997 el propio Javier Sierra pasó una noche dentro de la mismísima Keops). Para todos aquellos que no hayan podido disfrutar la novela, nos llega ahora su adaptación al cómic, de la mano de Norma Editorial, con guion de Salva Rubio, dibujo de Cesc Dalmases y color de Roger Surroca.
Seamos sinceros, adaptar una novela a un cómic no es fácil, y mucho menos si, como en el caso de “La Pirámide Inmortal”, no estás contando una novela de aventuras al uso. Sin embargo, he de decir que Salva Rubio cumple con creces esta labor, encontrándonos ante un tebeo muy fiel a la historia original, que puede leerse sin haber tocado el libro y que, para los que ya lo conocieran, no deja de suponer una sensación de satisfacción y cariño al ver reflejado este relato tan especial en viñetas.
Por supuesto, siempre la novela da más detalles, pero estos se pueden suprimir siempre que la comunión entre guionista y dibujante sea perfecta. Y esto es lo que ha ocurrido en “La Pirámide Inmortal”.
La Pirámide Inmortal es una gran adaptación de la obra original de Javier Sierra
Cesc Dalmases (que ya tenía experiencia en estas lides, pues ya había adaptado en “Victus” la novela de Albert Sánchez Piñol) realiza una labor soberbia a los lápices, manteniendo su estilo y logrando que los personajes nos cuenten con sus rostros todo lo que no se puede contar en un cómic con palabras. Las expresiones faciales de los personajes están realmente conseguidas, y el momento en que a Napoleón se le somete al peso del alma en la balanza de Anubis, pendiente de si Ammit lo devoraba o no, (no, no estamos hablando de la serie de televisión del Caballero Luna) resulta soberbio. Personalmente, no obstante, me ha encantado el detalle y la originalidad con la que se nos cuenta el ascenso de Bonaparte (o Bunabart) hacia el interior de la Gran Pirámide… Y hasta aquí puedo leer, no quiero hacer spoilers.
Leer la novela “La Pirámide Inmortal” previamente tiene sus riesgos. Al final, no dejas de hacer un ejercicio de imaginación creando a los protagonistas y sus figuras en tu cabeza. Por eso, cuando al principio me acerqué a la obra de Salva y Cesc, me chocó un poco su caracterización. Ahora bien, he de añadir que solo al principio, puesto que la historia, la acción y los propios personajes se encuentran tan bien desarrollados que en seguida te metes en la historia y solo deseas saber qué ocurre con Bunabart y su experiencia dentro de la Pirámide de Keops.
Igualmente, ayuda mucho a meterse de lleno en el relato el entintado de mismo, pues no sería igual de efectivo en blanco y negro. De ello se encarga Roger Surroca que ya había colaborado con Cesc en “Victus”, por lo que, de nuevo, se demuestra que el entendimiento entre los autores es fundamental para el funcionamiento de la historia.
Mucho se ha hablado de mitos clásicos como Drácula o Frankenstein, pero no tenemos tan interiorizado el hecho de que una persona de carne y hueso, como fue Napoleón Bonaparte, tuviera algún tipo de experiencia sobrenatural o inexplicable. Desde luego, tanto la novela como el cómic “La Pirámide Inmortal”, que aquí reseñamos, creo que al lector le provocarán ese gusanillo de investigar y preguntarse quién era realmente Napoleón.
La edición de Norma se nos presenta en formato álbum europeo estándar, encuadernación en cartoné con el título en relieve, y un par de especiales al final, uno protagonizado por Javier Sierra, quien nos cuenta todo el proceso hasta llegar a escribir su libro, y otro que gira en torno a Salva Rubio y a la creación del cómic.
En definitiva, “La Pirámide Inmortal” es un tebeo apto para todos aquellos fans de Javier Sierra, de la historia, de la fantasía y el misterio; y para todos a los que le guste leer algo diferente. Desde luego, yo no perdería la oportunidad de conseguirlo.