Tengo que reconocer que hacía tiempo que me apetecía echarle el guante a un buen western. Desde siempre he sido muy aficionado a las películas de indios y vaqueros (poca cosa más se podía ver en la tele hace algunas décadas los veranos por la tarde). Un género del que poco a poco he ido buscando representantes en otros medios como los videojuegos (“Red Dead Redemption”), la televisión (ese western moderno que es “Yellowstone”) y, como decía antes, los tebeos. Desde que leí hace un par de años el primer integral de “Bouncer” no me he vuelto a emocionar con un cómic de este tipo. Bueno, al menos hasta que he leído “La mujer de la estrella”, de Anthony Pastor y que Yermo publicó en España hace unos meses.
“La mujer de la estrella” es un western con aroma añejo que recoge algunos elementos de clásicos como “El Dorado”, “Dos hombres y un destino” o “Sin Perdón”. En sus páginas conoceremos a Zachary Desmoines y Perla Sietevidas. Todo comienza cuando el primero llega hasta un pueblo abandonado en las gélidas montañas de Nevada en pleno invierno y se encuentra con Perla, una mujer de armas tomar que no duda en desarmarlo y someterlo. Sin apenas munición y suministros, un hombre y una mujer que acaban de conocerse deberán aguardar un destino ingrato del que no pueden escapar.
Pastor construye este intenso thriller de manera metódica y pausada. Poco a poco nos va dando la información básica necesaria para que conozcamos a los protagonistas y cuáles han sido los crímenes (también podemos llamarlos pecados o errores) que han provocado que terminen en esa situación.
Una de las cosas más satisfactorias de “La mujer de la estrella” es el ritmo impuesto por Anthony Pastor a la hora de ir dosificando la información, saltando en el tiempo para que nos vayamos haciendo una composición de los hechos de manera progresiva hasta el punto de que busquemos, o incluso deseemos, empatizar y/o entender a Zachary y Perla.
Cada página de “La mujer de la estrella” es un angustioso drama humano. Una huida a ninguna parte contrarreloj, que nos pilla por sorpresa en más de un momento gracias a este in crescendo continuo en la cadena de acontecimientos.
También merecen ser destacados los antagonistas del álbum. Los marshals Pierce y McCarthy son los representantes de una ley más preocupada en guardar las apariencias de la fe católica que en hacer cumplir la propia norma. Claro, que teniendo en cuenta la hipocresía imperante la época y que estamos hablando de una nación que se construyó sobre ríos de sangre y esclavitud poco más podemos esperar.
Minimalista en fondo y forma, “La mujer de la estrella” destaca también por su acabado gráfico. Pastor opta por una composición de página muy conservadora y una narrativa clara pero sin grandes alardes. Sin embargo, el apartado artístico que más brilla en el álbum es el color con una paleta reducida casi por completo a blanco, negro y, especialmente, tonos azules para intensificar la sensación de frío de los protagonistas de la función. La blanca estepa de nevada dibujada por Pastor consigue que el hielo se traslade al lector calando hasta los huesos y provocando una profunda sensación de soledad, miedo y desesperación.
En definitiva, “La mujer de la estrella” puede ser uno de los grandes sleepers de la temporada. Una pequeña perla sepultada por el aluvión de novedades que asola nuestro mercado cada mes.
La edición de Yermo es magnífica, como viene siendo habitual en toda su línea BD, con papel de calidad de alto gramaje y encuadernación de calidad. No voy a hablar de los extras porque no hay ninguno.
Esta es mi segunda aproximación a la obra del autor tras el thriller noir “Castilla Drive”, que vio la luz por estos lares hace algo más de una década. Desde entonces, el autor francés ha consolidado su nombre con una fructífera carrera que en su mayoría está inédita en España. Esperemos que “La mujer de la estrella” tenga el suficiente éxito comercial para que algún editor se anime a recuperar algunos de sus títulos.