Trabajar de cara al público es siempre una fuente inagotable de anécdotas. Seguro que si os ganáis la vida así, se os estarán pasando por la cabeza mil batallas y montones de gente para dar de comer aparte. Si no, seguro que tenéis a alguien cercano que trabaje en un bar, unos grandes almacenes o…peor aún, una librería, como en el caso de La librera calavera Honda-san.
La librera calavera Honda-san nos cuenta en clave de humor el día a día de una librera en una gran tienda en Japón. Cada capítulo es una anécdota de la pelea diaria con clientes, comerciales y las pilas de tebeos, que son un personaje más. Las inseguridades de la librera y autora de este manga combinadas con el festival diario de excentricidades serán revisadas con ese humor tan japonés donde todo es absurdamente intenso.
Aunque originariamente se publicó en la plataforma digital Pixiv, ha cosechado un éxito razonable en Japón. Esto ha posibilitado que la editorial Kadokawa, dentro de su sello Media Factory, recopilara toda la serie en cuatro tomos y que exista una serie de anime de 12 capítulos, Skull-face Bookseller Honda-san, disponible en Crunchyroll.
Además de un tebeo divertido y repleto de simpáticas extravagancias, La librera calavera Honda-san ofrece un fresco bastante completo de un mercado como el japonés, tan gigantesco como repleto de peculiaridades. Honda trabaja en una enorme librería tokiota con decenas de empleados. Desconocemos qué librería, dado que, en parte para proteger el anonimato y en parte como recurso expresivo, los trabajadores de la librería, en lugar de tener cara pueden tener una bolsa de papel, una calabaza, una máscara antigás o, como en el caso de nuestra protagonista, una calavera. Es curioso que los comerciales, personal de editoriales y cualquier tipo de proveedor, asociado o incluso familiares ocultan también su cara, aunque en este caso bajo una hoja de papel que indica lo que son en un rótulo. Al final, las caras humanas y descubiertas están restringidas exclusivamente a los clientes de la librería.
El boom del BL, los cómics extranjeros en Japón, las agobiantes salidas de novedades casi diarias, los comerciales o los cursos de atención al cliente serán puestos bajo los focos en esta comedia, que no por desenfadada nos ahorra detalles a la hora de ilustrar estas particularidades tan singulares del mercado japonés. No deja de resultar sorprendente la cantidad de clientes americanos y europeos que pasan por la librería. Si unimos esto al tono plenamente didáctico de La librera calavera Honda-san, es casi como si este manga estuviera hecho para nosotros.
No estoy del todo seguro de si una estética más limpia y trabajada podría haber funcionado con el tono que se persigue, pero el estilo suelto, desenfadado y poco sofisticado de este cómic le va como anillo al dedo al cariz ligero de este manga. Incluso la escasez de fondos se convierte en un mérito y no solo para centrarse en los personajes. Cuando hay un verdadero fondo más allá de líneas cinéticas o expresivas, lo que vemos son pilas poco definidas de mangas y mareas de estanterías, casi como una abstracción de lo que es una librería más que con intención de mostrarnos una librería real.
La librera calavera Honda-san es una mezcla de la singular idiosincrasia de Japón con historias universales de cualquier librería. Si conocéis algún librero es más que probable que haya experimentado algo parecido a las anécdotas que vemos en La librera calavera Honda-san. Es muy posible incluso que la realidad supere a la ficción en muchos casos.
