Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

La Increíble Masacre-Gwen 2: Al mando de M.O.D.O.K.

La Increíble Masacre-Gwen 2: Al mando de M.O.D.O.K.
Guion
Christopher Hastings
Dibujo
GuriHiru, Irene Strychalski, Myisha Haynes
Tinta
GuriHiru, Irene Strychalski, Myisha Haynes
Color
GuriHiru, Rachelle Rosenberg
Formato
Rústica con solapas, 200 páginas
Precio
18.95€
Editorial
Panini Cómics. 2018
Edición original
The Unbelievable Gwenpool 5-10 y Holiday Special: Merry Mix-Up USA

El primer tomo de La Increíble Masacre-Gwen, posiblemente el título más espantosamente traducido del mercado español, no fue una lectura que me llamara la atención poderosamente de primeras. Fue, más que otra cosa, una lectura de esas por curiosidad acompañada de la recomendación interna de nuestro compañero Ángel. Y la curiosidad acabó convirtiéndose en una ceja arqueada de esas de “eh, esto está mucho mejor de lo que me esperaba” para acabar con un “¿y cuándo dices que sale el segundo tomo?” al cerrar el primero. Y, por fin, aquí está.

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Al mando de M.O.D.O.K.

Continuamos la historia donde lo habíamos dejado hace unos meses. Gwen Poole ha mandado al espacio a M.O.D.O.K. y se ha convertido en la nueva jefa de la organización. Y como tal, le toca tratar con los encargos y con los clientes que pagan. En particular, con cierto cliente misterioso que contrata al grupo en cuestión para que devuelvan a su vecindario a la normalidad, paz y tranquilidad que él añora. Sí, para la paz y la tranquilidad recluta a un grupo de mercenarios asesinos fundados por un engendro genético y que incluye a una exiliada dimensional con un amigo fantasma, un supervillano francés, una bruja y una especie de pseudocientífico loco achuchable. Sí, ese es exactamente el tipo de historias que se leen en esta serie.

Completamos el tomo con una historia de dos números abriendo en la que Gwen se encuentra con Miles Morales haciendo el meta-team-up perfecto. Ambos son adolescentes, ambos son personajes provenientes de otra dimensión y ambos son (más o menos) versiones de otros personajes preexistentes.

Y para cerrar, un alocado especial de Navidad en el que en lugar de Papá Noel está Galactus, una versión de Canción de Navidad de Dickens con Cráneo Rojo y la fiesta de Acción de Pantalones. Y Masacre. No podía faltar Masacre, claro.

Ya vimos en el tomo anterior que La Increible Masacre-Gwen es una serie que pone el foco en el metalenguaje y en la ruptura de la cuarta pared, pero en este tomo se exagera mucho más ese planteamiento. El escritor, Christopher Hastings, explora aquí las reglas del juego del cómic superheroico, haciendo un análisis similar al que hizo Wes Craven de las películas de terror en su saga Scream. Así, el autor va exponiendo qué personajes del pasado de un personaje tienen posibilidades de volver y por qué, por qué ciertos personajes secundarios aparentemente intrascendentes tienen nombre y otros casos similares, todo bañado del barniz de locura marca de la casa que lleva flotando por encima de esta serie desde el primer día. Y sí, habrá quien diga que este personaje y que su planteamiento tiene similitudes más que claras con la Harley Quinn de la competencia… y el autor se permite lanzar un par de guiños al respecto. Si Harley tiene la Banda de Harleys, Gwen tiene a los Chicos Poole. Y si la trastornada ex del Joker tiene en su elenco de personajes secundarios a Big Tony, la Increíble Masacre-Gwen tiene a Mega Tony.

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¡Contemplad… al Increíble Gwen Lechón!

Mantenemos en este tomo a gran parte del equipo creativo del primero, y tenemos de ilustradora invitada en los dos primeros números a Irene Strychalski, que todo lo que tiene en común con Joe Michael Straczynski son apellidos impronunciables que empiezan y acaban con las mismas letras.

En resumen…

Esta serie lo tiene todo. Un dibujo a la vez perfectamente funcional y tremendamente mono, un pulso narrativo impecable, un meta argumento de fondo que  demuestra a partes iguales un tremendo conocimiento del medio y amor por él mezclado con una mala baba señalando los tics habituales del mismo que, a la vez, hemos llegado a querer y a apreciar. También tiene un personaje adorable con un diseño imposible, una relación con el universo Marvel idéntica a la que tiene cualquier lector fiel de los tebeos de la editorial desde el otro lado de la viñeta. En resumen, es una serie tan tremendamente buena que sólo puede estar en la parte más baja de los listados de ventas de Marvel.