Cuando Brian Michael Bendis escribió Dinastía de M, corrieron ríos de tinta con el evento en cuestión. Que si estaba demasiado alargado, que si no era más que un what if con esteroides, que lo único que pretendía era dejar a todo el mundo con la boca abierta… Y sí, todas esas críticas eran totalmente válidas. Pero también es cierto que creó un nuevo entorno para las colecciones mutantes que las sacó a empujones del inmovilismo en el que llevaban demasiado tiempo. Vale, todos sabemos que en el Universo Marvel las grandes revoluciones y los cambios duran un par de años cuando más, y la muerte tiene puertas giratorias. Pero también es verdad que, aunque sea con la intención de molar y sorprender, de vez en cuando es agradable leer una historia diferente. Con Especie en peligro damos un paso adelante en este entorno argumental: tras el shock que supuso el No más mutantes y sus consecuencias, toca empezar a buscar soluciones. Y aquí es donde se empieza a mover todo.
Matt Landru era uno de los 198 mutantes que sobrevivieron al hechizo de Wanda. Y decimos «era» porque la historia comienza con su funeral. Matt era un chaval normal que no quería saber nada de superhéroes ni de vidas épicas: quería vivir una vida de persona corriente, estudiar y en algún momento tener un trabajo. Pero a veces la vida no es la que esperas, y murió antes de tiempo. Y si eran pocos, cada muerte cuenta: sigue sin haber habido ningún nacimiento de mutantes nuevo desde el Día M ni se ha revertido la pérdida de poderes en ninguno de los afectados. Y viendo que, oh sorpresa, no hacer nada no ha tenido ningún efecto, el científico del grupo decide que hay que empezar a hacer algo: con menos de doscientos miembros, el Homo Superior es oficialmente una especie en peligro. No hay diversidad genética suficiente para mantener viva la especie a pocas generaciones vista. Es el momento de Hank McCoy.
Especie en peligro es la historia de cómo La Bestia busca por todos los caminos posibles revertir el hechizo en cuestión, combatir la magia con ciencia. El problema es que ya sabemos cómo funcionan las cosas en el Universo Marvel y que la magia y la ciencia van por caminos separados. Entonces, intenta usar todo el conocimiento a su alcance, y si eso no es suficiente, intentará pactar con todo el que pueda aportar algo. Evidentemente, los superhéroes serán la primera opción. Pero si no son ayuda suficiente, la ciencia no tiene moralidad, y si hay que recurrir a la ayuda de Siniestro, el Alto Evolucionador, Kavita Rao o la Bestia Oscura de la Era de Apocalipsis, se hace.
Aunque se han explorado de forma interesante las consecuencias psicológicas del Día M en alguno de los tomos previos, se podría perfectamente leer Dinastía de M y saltar a este Especie en Peligro sin tener ningún tipo de sensación de haberse perdido nada. Ya hemos comentado previamente que Mike Carey hace el trabajo más interesante de la franquicia mutante en esta época, y esta historia, aún no siendo fundamental para comprender ni de dónde venimos ni a dónde vamos -Marvel la define como un preludio a Complejo de Mesías-, es una lectura perfectamente estructurada y en la que vemos un retrato impecable de Hank McCoy, uno de los miembros clásicos de la Patrulla-X que menos momentos de protagonismo ha tenido.
Especie en peligro fue publicado originalmente como un one-shot y diecisiete capítulos publicados como historias de complemento en las series X-Men, Uncanny X-Men, X-Factor y New X-Men, que podemos leer en este tomo de forma secuencial sin tener que andar saltando de una grapa a otra, de la misma forma que se hizo en la edición anterior en Marvel Deluxe. Al tratarse de complementos, los equipos artísticos no son en absoluto estables: el propio Carey cuenta con la ayuda de Christopher Yost y Christos Gage. En el apartado gráfico, aunque la mayor parte de las páginas son dibujadas por Scot Eaton y Mike Perkins, que se esfuerzan por mantener un estilo similar, tenemos otros tres dibujantes echando una mano, Mark Bagley, Tom Grummett y Andrea DiVito. Intentan no apartarse demasiado del estilo marcado por los dos artistas principales aunque tienen estilos perfectamente reconocibles, teniendo como consecuencia que gráficamente el resultado final es un poco desangelado.
Mucho llevamos hablando de Complejo de Mesías y su momento ha llegado ya: antes de acabar el año lo tendremos en nuestras manos como el masivo décimo tomo de esta serie de Must-Have, con más de trescientas páginas. Hasta entonces, podemos ir abriendo boca con esta Especie en peligro.