El gusanillo de la Patrulla Condenada me viene desde los lejanos tiempos de Zinco. Tras una no demasiado inspirada etapa firmada por Paul Kupperberg, pero con unos extraños personajes muy interesantes, llegó la aún recordada reinvención de Grant Morrison sentando una de las bases de lo que sería el sello Vertigo años después. Desde entonces, la Patrulla es uno de mis fetiches personales. Con el tiempo me he ido haciendo con prácticamente todas las colecciones del grupo más marciano del género, y cada título nuevo que sale es una compra fija. El último, La Imparable Patrulla Condenada, es parte de la continuidad oficial del Universo DC y se engloba dentro de El Amanecer de DC.
Contextualicemos: El Amanecer de DC es el entorno de historias que suceden al evento Planeta Lázaro, que ECC publicó durante el verano de 2023 en castellano. Tras la explosión de la Isla Lázaro, la magia y la ciencia se han vuelto un poco locas en el Universo DC, y una de las consecuencias es que están apareciendo nuevos metahumanos por todas partes. Y eso es todo lo que necesitas saber para afrontar la lectura de este tomo. Esta nueva encarnación de la Patrulla tiene una intención y un propósito más allá de ser raros: están aquí para proteger y entrenar a los nuevos metahumanos. Cierto es que este planteamiento recuerda a la Patrulla-X… que a fin de cuentas no deja de ser, en sus inicios, una copia no demasiado disimulada de la Patrulla Condenada.
En La Imparable Patrulla Condenada, el equipo está formado por los clásicos Robotman, Hombre Negativo y Elasti-Woman, dirigidos por una nueva personalidad de Crazy Jane llamada La Jefa. Niles Caulder, el antiguo Jefe, ha pasado a un segundo plano y hace más de consultor que de auténtico líder. Además, tenemos nuevos miembros en el equipo: una nueva Beast Girl (nada que ver con la de Teen Titans Go!), cuyo poder es afectar a la amígdala de la gente y disparar reacciones instintivas o Degenerado, cuyos poderes provienen de las emociones negativas, entre varios otros.
Cada una de las series que hemos visto de la Patrulla Condenada ha tenido su personalidad propia bastante marcada. La serie clásica de la Edad de Plata era, para ser superhéroes de los años 60, una de las colecciones más extrañas que estaban publicando tanto Marvel como DC. El relanzamiento post Crisis de Paul Kupperberg pretendía ser una serie más accesible, mientras que la posterior de Morrison se lanzaba de cabeza al surrealismo. Tras el escocés llegó Rachel Pollack, que hizo de la serie un espacio para tratar temas de identidad de género y orientación sexual, donde apareció la primera heroína trans tanto de Marvel como de DC. Y las últimas dos etapas, la de Gerard Way y esta que tenemos entre manos, coinciden en su planteamiento de mirar a la rica y variada historia del grupo a la vez que intentan mirar hacia delante, poniendo algún ladrillo extra que haga crecer el edificio.
Así, tenemos por aquí a personajes de la etapa más clásica, como el Hombre Animal-Vegetal-Mineral o el General Immortus, que también tuvo una notable importancia en la de Kupperberg. Por supuesto, Grant Morrison también está presente, quizás el autor que más peso tiene tras la creación original, con Crazy Jane, Flex Mentallo, Willoughby Kipling, el Cuadro que se comió París o la Hermandad del Dadá. De Rachel Pollack tenemos imágenes sueltas de la Gente de las Vendas o Coagula, además de tratar de forma más o menos velada el tema del deadnaming a las personas trans – mirad con esta idea en la mente la escena de Starbro en el coche con Robotman y el Hombre Negativo. De John Arcudi tenemos la muerte de Dorothy Spinner. De Gerard Way, Loción, el gato. Pero no estamos ante una colección de homenajes sin sentido: Dennis Culver coge toda la rica historia del grupo y consigue armar una historia coherente, aunque quizás se le pueda acusar de ser un poco más convencional de lo que esperábamos.
Habían pasado casi tres años desde el final de El peso de los mundos, la última serie de la Patrulla Condenada. Quizás esta nueva encarnación esté más anclada en el Universo DC más pijamero que etapas anteriores -de hecho, tenemos por aquí a un buen puñado de héroes y villanos de la editorial, incluyendo a dos Green Lantern como coprotagonistas en un número-, pero ha sido una lectura más que disfrutable. Quizás los fans del grupo, una buena parte de ellos al menos, prefiramos un tono más experimental, pero la Patrulla de Dennis Culver y Chris Burnham ha sido más que satisfactoria, y si DC decide encargarles una nueva miniserie de estos personajes, aquí seguiremos sin duda.