Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

La gente honrada, de Jean-Pierre Gibrat y Christian Durieux

La gente honrada, de Jean-Pierre Gibrat y Christian Durieux
Guion
Jean-Pierre Gibrat
Dibujo
Christian Durieux
Color
Marmelade, Christian Durieux
Formato
Cartoné, 296 páginas
Precio
39.95 €
Editorial
Norma Editorial. 2019
Edición original
Les gens honnêtes - Édition intégrale FRA

Se dice que el que una historia tenga un final feliz o no depende tan sólo de dónde pongas ese final. Si coges cualquier película pastel de las que Hollywood nos trae a paletadas todos los años, el esperado final feliz no lo sería si la película hubiera terminado media hora antes. Y tampoco sabemos si diez años después del final los personajes seguirán queriéndose o estarán odiándose en los tribunales durante un conflictivo divorcio en el que las auténticas víctimas son sus hijos. En la vida real ocurre eso mismo: pasamos una sucesión de momentos buenos y malos, en la que los primeros nos dan fuerza para superar los segundos, y los segundos nos hacen apreciar los primeros por comparación. La diferencia es que en la vida no te quedas con una hora y media de historia: pasas por lo que te toca desde que naces hasta que mueres. Y alrededor de esta idea gira la sensación que me ha dejado La gente honrada, la obra de Jean-Pierre Gibrat y Christian Durieux que Norma acaba de recopilar en un volumen integral.

la gente honrada album

La gente honrada nos cuenta una etapa en la vida de Philippe Manche, un hombre tan gris como su pelo, a partir del día en el que cumple cincuenta y tres años. En ese momento, el perfectamente normal padre de familia de clase media acomodada recibe una llamada que pone su vida patas arriba: su empresa ha prescindido de sus servicios tras veintisiete años trabajando para ellos. Vamos, que le han puesto de patitas en la calle para llevarse la sede a un país en Europa del Este, mucho más económico tanto en salarios como en costes sociales. Pero aunque el mazazo que supuso la crisis que arrastramos desde finales de la década pasada sirve de arranque de la historia, no es el eje conductor de la misma. La gente honrada nos habla de las personas normales que viven a pie de calle, que tiran para adelante como pueden con las dificultades del día a día, de cosas que nos podrían pasar a cualquiera… e incluso de cosas que nos han pasado a más de un lector.

Se podría haber escrito una historia alrededor de las vidas de los que cayeron entre los engranajes de la maquinaria económica durante la crisis, pero ese no es el propósito de esta obra. Efectivamente, cuando Philippe tiene en un horizonte más o menos cercano su jubilación, se queda sin nada. Sin trabajo, sin casa, sin indemnización, y viviendo de prestado en casa de un amigo. Pero le llega una nueva razón para tener ilusión en la vida, un nieto. Y eso le ayuda a levantarse y a empujar para salir a flote de nuevo. Y consigue un nuevo trabajo, y una nueva relación… pero la vida está, de nuevo, esperándole a la vuelta de una esquina con el martillo en la mano para darle otro mazazo. Y otro. Y otro. Y después, otro más.

Philippe no es un héroe. Es una persona normal, con una vida normal y unas reacciones totalmente normales. No es alguien en quien fijarse, no es un modelo de conducta ni una guía moral. Es más alguien con quien identificarse. Alguien que, cuando ves las perrerías que le hace la vida, te hace sentir que no estás solo. Que no eres el único que pasa por malas épocas. Que la vida es un asco y después te mueres, vamos.

la gente honrada pg 1

Este integral de La gente honrada incluye los cuatro álbumes franceses, de los cuales los dos primeros ya vieron la luz en un volumen que sacón la propia Norma en 2012. Jean-Pierre Gibrat (guionista, La prórroga, Mattéo, El vuelo del cuervo) y Christian Durieux (dibujante de toda la obra y guionista del cuarto tomo, Cautivo) nos presentan una historia anclada en la cotidianeidad, en los tiempos difíciles. Es una lectura que deja un poso amargo, pero también tiene un mensaje optimista, de que todo pasa, lo bueno y lo malo. Y que los momentos más duros pasan mejor con un trago de esperanza.