Cómo pasa el tiempo. Hace ahora tres años que regresé a esta santa casa tras haberme ausentado de la misma durante una década. Todavía recuerdo con facilidad las primeras obras que me tocó reseñar, habiendo una destacada por encima de las demás. Estoy hablando de El futuro es brillante, de Elisa Riera, autora que conocía gracias a una compañera del curro que la seguía en instagram. Rápidamente me enganché a su particular estilo y forma de contar historias. Después llegaría Una laowai en Shanghái, y ahora es el turno de La estirpe fracasada, su mejor obra hasta la fecha.
Para La estirpe fracasada, Elisa ha optado por dar un giro a su estilo. Ya no estamos ante una sucesión de anécdotas autobiográficas contadas desde una óptica humorística. Para esta novela gráfica, la autora ha optado por contar una historia de corte realista que se nutre de vivencias y anécdotas de su familia. Con estos mimbres nos ofrece un excelente entramado de historias que nos mantendrá pegados al libro durante sus más de doscientas páginas.
La estirpe fracasada. La terrible y escalofriante cotidianidad
Un matrimonio fracasado que no se divorcia por el qué dirán. Una herencia cuya ejecución es polémica, una mujer mayor que se pasa toda la vida temerosa de la ira de Dios, una boda llena de coincidencias incómodas o una pareja cuyo hijo es un completo inadaptado. Seguro que alguno de estos (o quizás todos) sucesos os son bien conocidos. Y es que no hay mayor verdad que esos dichos que rezan “en todas las familias cuecen habas” y “la realidad siempre supera a la ficción”.
Pues bien, partiendo de una base relativamente realista, Elisa Riera nos conduce por el remolino de emociones que suponen las historias entrelazadas de cuatro familias adineradas, haciendo gala de un estilo costumbrista que coge elementos tanto de autores clásicos del género (como bien puede ser Juan Valera) o teleseries míticas del estilo de Dallas o Succesion.
Leyendo La estirpe fracasada he sentido un amplío espectro de emociones. Principalmente, vergüenza ajena por unas personas que son capaces de las más viles bajezas con tal de salirse con la suya. Personas egoístas, mezquinas y rastreras que todos tenemos a nuestro alrededor y que adquieren una nueva dimensión en las manos de Elisa Riera, para servir de recordatorio de la peor parte de las personas. Un lado oscuro que todos tenemos y que puede salir a relucir en el momento más inesperado a nada que haya un catalizador que lo favorezca.
Elisa ha realizado una furibunda radiografía de lo que a buen seguro es la clase alta de la España rural, que se preocupa más por mantener las apariencias que por cualquier otra cosa. Que nadie se deje engañar por el amable estilo de dibujo de la autora. La estirpe fracasada es una historia dura contada de forma dura, cruel y realista que difícilmente dejará indiferente a nadie.
En lo referente al estilo, en La estirpe fracasada se aprecia una clara evolución con respecto a las anteriores obras de Elisa. Ni mejor, ni peor, pero sí estamos ante un tebeo distinto, más detallado a la par que sobrio, lo que acompañado por una paleta de colores de tonos pastel y fríos le confiere al resultado un aire de melodrama de lo más acertado.
Mención aparte se merece la preciosa edición que ha realizado Astiberri, dentro de la línea sillón orejero, con encuadernación en cartoné y cuya cubierta y tipografía emula a las novelas costumbristas propias de la literatura española.
De verdad, que no se os pase este cómic entre la vorágine de lanzamientos mensuales porque merece muy mucho la pena.
