Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

La Cosa. La siguiente gran cosa

La Cosa. La siguiente gran cosa
Guion
Walter Mosley
Dibujo
Tom Reilly
Color
Jordie Bellaire
Formato
Rústica. 144 páginas. Color
Precio
17€
Editorial
Panini Comics . 2022
Edición original
The Thing #1-6 (Marvel)

No estaban las cosas en los 60 como para que la buena de Sue fuese la favorita de los fans, pero seguro que los focos miraban a Reed, el gran héroe, o Johnny, el muchacho rebelde con el que se identificarían los chavales. ¿Quién les iba a decir que La Cosa, el monstruo gruñón y malhumorado se iba a convertir en el ojito derecho de los lectores?

La Cosa. La siguiente gran cosa

Pronto se asociaría a la adorable Cosa de ojos azules su procedencia de barrio marginal, su sempiterno puro — hasta que la llegada de Joe Quesada — o su carácter pendenciero solo a la altura de su gran corazón… a nadie le sorprendió cuando descubrimos que la jota de Benjamin J. Grimm era de Jacob, como su creador gráfico. Por eso, aunque la revelación llegaría muchos años más tarde, cuando nos dijeron que era judío, digamos que era un secreto a voces.

Con esta pequeña intro, se trata de poner de relevancia que aunque no es ni mucho menos el tema central en La Cosa. La siguiente gran cosa, el asunto racial está presente desde el minuto uno. Es algo que en España puede pasar por alto ya que no terminamos de ver el judaísmo como un tema racial sino religioso, pero en un país donde Antonio Banderas es no-blanco, no sorprende que el escritor afroamericano y además de origen judío, Walter Mosley, arrime el ascua a su sardina y combine churras con merinas de la rocosa piel del bueno de Ben con su origen racial, en busca de un pequeño discurso de fondo.

La Cosa. La siguiente gran cosa

Y que conste que La Cosa. La siguiente gran cosa no va de esto. Estamos ante un viaje loquísimo que empieza con una crisis de pareja y una cita a ciegas y acaba con algunas de las principales entidades del cosmos Marvel, el Dr. Muerte y Alicia repartiendo estopa, pero no sin antes haber pasado por allí Hércules, Campeón, Silver Surfer o descubrir de paso una ciudad bajo Manhattan.

La verdad es que La Cosa. La siguiente gran cosa no es lo que esperaríamos de su guionista, Walter Mosley. Mosley es conocido sobre todo como escritor de novela negra y lo que nos ofrece es una chaladura fantástica bastante desmesurada, que sin duda no resiste un leve análisis de coherencia. Es una huida hacia adelante donde los cómos y los porqués terminan por tener una importancia variable, el bueno de Ben es casi como una bola de pinball que rebota de aquí y allá y casi desde el principio se respira un aire casi de ensoñación, como que algo no fuera lo que parece.

La Cosa. La siguiente gran cosa

Para sostener toda esta difícil labor, tenemos a un dibujante joven y no podemos decir que demasiado experto ya que son contados sus trabajos anteriores, pero esperamos que esto se corrija a futuro porque Tom Reilly ha demostrado ser una bestia parda muy por encima de lo que estaríamos a su experiencia.

Podríamos decir que Reilly procede de esta escuela que vuelve a poner en primer plano a Alex Toth y a David Mazzuchelli, su alumno más aventajado. Reilly bebe de las mismas fuentes que artistas como Chris Samnee, Darwyn Cooke, Jorge Fornés o Elsa Charretier y si ya los mimbres son buenos, la capacidad de resolución de este joven dibujante de Michigan demuestra estar completamente a la altura.

La Cosa. La siguiente gran cosa

Sin jugársela tampoco con complejos juegos narrativos, Reilly resuelve con igual pericia las grandes peleas que las páginas mudas de Ben de un sitio a otro o las secuencias de diálogos. Sin reinventar la rueda ni arriesgarse en exceso, Reilly lo da todo en la fluidez y la solvencia sin dobleces y solo podemos desear que veamos pronto más trabajos de este dibujante. Para rematar tenemos además a Jordie Bellaire a los colores quien, como no podía ser de otro modo, entiende de manera profunda la propuesta de Reilly y aporta una solución de colores planos donde la paleta lo es todo y a estas alturas a nadie se le ocurre enmendar a esta irlandesa, actual reina indiscutible de los colores.

Sea como fuere, con sus muchas virtudes y sus muchos defectos, hay una sola cosa que no puedo perdonar de La Cosa. La siguiente gran cosa. En serio, Mosley. ¿De verdad en 144 páginas no había sitio para un solo «Es la hora de las tortas!!!»?