Saludos, mis queridos lectores. Descalzaos en el genkan y pasad, por favor. Hoy os he preparado una reseña sobre la adaptación del “ Prolegómenos a toda metafísica futura que pueda presentarse como ciencia “ que seguro que os apasiona y…

-Oh, vamos, Lamastelle-san. Más mangas serios no, por favor. Danos un respiro. Queremos aquello que nos atrajo hasta el comic japonés como polillas a la luz que surge de una linterna de papel de arroz…

-¿O sea…?

– Chicas en minifalda y peleas, sensei.

Bueno, mis queridos lectores. Por ser vosotros, haré el sacrificio. Os hablaré entonces de una pequeña obra llena de peleas, seres sobrenaturales, japoneses horteras y chicas llevando minifaldas sin razón aparente. Hoy toca Ranto.

Ranto es una historia sin demasiada seriedad. Publicada en España por Norma, es un manga de la vieja escuela. Obra de Satoru Akahori ( si, él de Saber Marionette ) e Hitoshi Okuda, ocupa solamente dos fascículos de 64 páginas, tamaño tebeo estandar. Nada de tomos, nada de tomitos. Ya os dije que es de la vieja escuela :-).

Posiblemente ( debido a su antigüedad ) os sea difícil de conseguir en las tiendas, pero eso os permitirá explorar vuestra biblioteca más cercana. Si, ese edificio enorme lleno de libros. Total, para lo que os va a llevar leerlo ( y seamos sinceros, será difícil que consiga ser releído ) no vale la pena comprarlo.

El guión es sencillo, con pocas explicaciones de los personajes o de los sucesos. Los personajes aparecen, hacen lo que deben hacer, sueltan su chiste y pasamos a la siguiente viñeta; que hay prisa.

¿Y de que va esto? Bueno, el típico adolescente masculino con poderes mágicos rodeado por las típicas adolescentes femeninas de buen ver y loquitas por sus huesos. Hay una historia llena de tópicos sobre problemas sobrenaturales en un instituto ( femenino, por supuesto ). Hay una chica. Hay una camiseta que habla…Eh, si, bueno, realmente es un espíritu ( femenino, por supuesto ) atado a la camiseta y…Bah, dejémoslo. Si el guionista no nos lo explica, yo no me voy a meter, ¿no?

Eso si, te ries. Y algunos chistes son muy buenos.

– No nos queda otra salida que huir, Inspector.

-¿Has dicho huir? ¿Eres imbecil o qué?

– Ah, se nota que es un policia japonés. Ese espíritu es admirable…

– Lo que pasa es que no puedo huir porque estoy paralizado…

Si, es un humor básico y tan sutil como una andanada del Yamato, pero soy un lector de necesidades sencillas.

¿Y el dibujo? Pues tampoco es como para tirar cohetes en un festival de verano. Cumple con su función y ( de nuevo la vieja escuela ) a veces nos cuesta distinguir entre los personajes ( sobre todo los femeninos, por supuesto 😉 ).

Por cierto, el pobre protagonista termina vestido de colegiala y te queda la duda de que le sale tan realista al autor porque es un genio…o porque todos los personajes ( femeninos, por supuesto ) son iguales.

¿Por qué leer Ranto?

Es cortito y se termina pronto y sin tener que pensar mucho. Te ríes.

¿Por qué no leer Ranto?

Muy corto y básico. Lleno de tópicos y sin espacio para desarrollarlos.