Se ha dicho siempre que lo que hace grande a un superhéroe es su galería de villanos, pero lo que hace tridimensional y creíble al personaje que está debajo de la capucha, salvo en contadísimas ocasiones, son los personajes secundarios que le rodean durante sus momentos de identidad civil. Siempre se ha dicho que Peter Parker es uno de los personajes del Universo Marvel con los que más se puede identificar el lector, pero no es precisamente por ser un superheroe fotógrafo de éxito con un Pulitzer casado con una supermodelo estrella de la televisión, que no creo que muchos lectores de cómic puedan empatizar con ese tipo de vida. No, es porque es humano. Porque tiene broncas con Jonah Jameson, porque ha tenido una muy complicada relación a lo largo de los años con Flash Thompson, por su amigo con más problemas que pelos en la cabeza Harry Osborn… y, por supuesto, por Mary Jane. MJ es el complemento perfecto para Peter Parker desde que entró en su vida tras la muerte de Gwen, y los momentos en los que no ha estado en el entorno del trepamuros, la vida cotidiana de éste ha sido un poco más gris.

Pero también es cierto que, aunque Mary Jane Watson en un gran personaje, sus intentos de llevarlo a otras parcelas del Universo Marvel no han terminado de funcionar. La temporada que pasó en el entorno de Iron Man no le hizo justicia al personaje y los fans de la araña seguían sintiendo su ausencia, aunque hiciera más de una década del infame mefistazo. Pero mantener a un personaje tan bien construido y tan querido por el fandom como un eterno secundario era desaprovecharlo un poco, así que parece que la tendencia actual es darle un poco más de protagonismo. Tras su momento de gloria en Asombroso Spiderman 10, ha llegado el momento de darle una nueva oportunidad como protagonista de su propia serie, la primera tras las series limitadas de Sean McKeever y Takeshi Miyazawa allá por 2004. Vamos con La Asombrosa Mary Jane.

La Asombrosa Mary Jane fue anunciada como una serie limitada de cinco números que, funcionando razonablemente bien en ventas, fue promocionada a serie regular, apareciendo un sexto número un mes después del quinto y siendo sorpresivamente cancelada justo después, no habiendo llegado a ver la luz el séptimo. Misterios editoriales combinados con un mercado en un momento tremendamente complicado por confinamientos y cierres temporales y definitivos de puntos de venta, supongo. Sea como sea, la historia inicial, la que completa lo que iba a ser la miniserie inicial, es el material que incluye el tomo de Panini que tenemos en nuestras manos. ¿Veremos en algún momento el sexto número? Quién sabe. Tampoco es que tenga mucho sentido, teniendo en cuenta que es la primera parte de una nueva historia que termina en un continuará.

El fuego del fracaso, el humo de la frustración nos muestra dónde se fue Mary Jane cuando desapareció -temporalmente, esperamos- de la serie de Spiderman camino a un trabajo que iba a reactivar su carrera de actriz: un biopic del villano Mysterio  dirigido por Cage McKnight, un director estrella. Pero nuestra querida MJ es mucho más que una cara bonita y se da cuenta de que algo raro hay. El enfoque de la película es tremendamente benévolo con el personaje, los diálogos de la película están en un nivel muy por debajo de lo que se espera de una producción de McKnight… y ya en las primeras páginas se desvela que realmente el que se está sentando en la silla del director es el propio Mysterio. Y a partir de aquí tendremos una serie mucho más interesante de lo inicialmente esperado en un tono que mezcla la sitcom con reflexiones ácidas sobre el mundo del cine y alguna pullita que otra hacia el cómic.

Al frente de esta serie tenemos a la ya no tan recién llegada Leah Williams, que desembarcó en Marvel con trabajos puntuales hace algo más de tres años y que cada día está cobrando más protagonismo en la editorial. Aunque no haga virguerías con la narrativa y produzca obras bastante convencionales, sus cómics suelen contar historias interesantes y están bastante bien dialogados. Ya nos fijamos en ella durante La era de Hombre X, donde se encargó de la serie de Los Extremistas, firmando una serie mucho más intimista que el resto de las que formaron aquel minievento, y tendremos que irle prestando algo más de atención en lo sucesivo. Por lo pronto, es la guionista regular de la nueva serie de Factor X integrada dentro del relanzamiento de Jonathan Hickman, así que podremos seguirle la pista.

A los lápices  tenemos al madrileño Carlos Gómez, que aún bastante dentro de la ortodoxia superheroica, resulta bastante expresivo en los rostros de los personajes retratados, algo fundamental en una historia orientada a personajes por mucho que tenga algún que otro momento de acción a lo largo del tomo. No es quizás un autor que destaque por un estilo tremendamente personal a primera vista, pero cumple de sobra para lo que la historia necesita de él.

El resultado final es que tenemos en nuestras manos un tebeo tremendamente entretenido y que hará pasar un buen rato a los fans de la pelirroja más querida del Universo Marvel. Los que vayan buscando acción superheroica y grandes escenas de tortas, mejor que se vayan a la serie de su pareja.