La madre de Carla y el padre de Ruby y Dani se han enamorado, y para que sus hijos pasen más tiempo juntos para acostumbrarse a la nueva situación, deciden llevarlos a una asombrosa exposición sobre el espacio exterior. Poco imaginan la aventura que les espera en el museo a los tres jóvenes. Acompaña a la dinámica Carla, la inteligente y algo gruñona Ruby y al pequeño fan de la ciencia ficción Dani a conocer a los Nymphs y su eterna disputa contra la sociedad Zark. ¡Descubre una aventura interplanetaria! ¡Adéntrate en Krysalis!

El mercado de cómics en España ha pasado del oligopolio de hace alrededor de 15 años a una situación en la que a la que nos descuidemos nace una nueva editorial con material más que interesante. Bien es cierto que la mayor parte de la producción sigue estando en manos de las 4 importantes (Panini, Planeta, NORMA y ECC), pero constantemente aparecen pequeñas editoriales, sin más instalaciones que el PC del dormitorio, con voluntad de sacar a la luz cómics de calidad, entretenidos y a precios competitivos. Letrablanka es una de estas editoriales, nacida en 2010 y con un catálogo escueto pero con material muy curioso. Uno de los últimos productos en ver la luz ha sido este primer volumen de Krysalis, obra de Nacho Fernández, un vasco afincado en Barcelona desde hace muchos años, y que se hizo conocido en el mundillo del cómic profesional con su Dragon Fall. Nacho ha tocado muchos géneros, como la comedia (Dragon Fall, Fanhunter), la ciencia ficción (Los Mundos de Valken) y las artes marciales (Kung-Fu Mousse), pero tenía desde hace tiempo la espinita clavada de hacer un cómic puramente infantil-juvenil, al considerar que es un género que no se cultiva lo suficiente en nuestro país (como ha declarado en esta entrevista a Doc Pastor). Y esta idea ha cristalizado (je) en Krysalis, un cómic para niños y preadolescentes lleno de aventuras, acción y naves espaciales, como a cualquier niño con sangre en las venas le gusta.

Carla, Ruby y Dani son tres niños de personalidades muy opuestas. Carla es una preadolescente activa, dinámica y deportista. Ruby, de más o menos su misma edad, está en ese periodo complicado y rebelde, aunque tiene un gran corazón. El pequeño Dani, por último, es un niño fascinado por el cosmos y las naves espaciales, un trasunto del propio Nacho Fernández cuando tenía 8 años. La madre de Carla y el padre de Ruby y Dani, van a vivir juntos, y eso implica que los tres niños pasarán a compartir techo. Para un joven de esta edad, se trata de una situación compleja y que requiere de mucha mano izquierda para sobrellevarla bien. Sin embargo, nada como una buena invasión alienígena para que los tres chavales hagan buenas migas y colaboren para salvar el planeta. Aunque quizás salvar el planeta se antoje una misión demasiado grande, a la vista de la talla de los pequeños invasores, del tamaño de un ratón. Pequeños alienígenas (un homenaje de Nacho Fernández a los muñequitos Astrosniks de los años 80) de color verde, azul y marrón, diferentes razas provenientes de un diminuto planeta que explosionó y ahora forma parte del cinturón de asteroides que hay entre Marte y Júpiter, y que libran una guerra ancestral que les ha traído hasta La Tierra.

Esta historia, ya conocida por todos (sin ir más lejos, los Transformers partían de la misma premisa), sirve de excusa a Nacho para hacer lo que mejor sabe: un tebeo de acción desenfrenada, con naves interestelares, armaduras espaciales y alienígenas de lo más achuchables. Todo ello regado con un estilo muy dinámico y divertido y un lenguaje juvenil, ideal para la lectura de los pequeños de la casa. Krysalis es la historia que Nacho siempre quiso hacer, con extraterrestres, niños metidos en aventuras interplanetarias y, lo más importante, abordando cuestiones morales que dejen una impronta en los lectores. Para empezar, los personajes huyen de los clásicos roles de género, siendo dos chicas hijas de padres divorciados las que llevan el peso de la acción, lejos de ser princesitas esperando que el chico en cuestión acuda al rescate. El tebeo trata también el tema de las relaciones entre razas, no sólo por que Carla, la protagonista, sea afroamericana, sino porque los alienígenas que aparecen son también de diferentes razas de su planeta de origen, y mientras que una de ellas se empeña en imponer su superioridad sobre las otras dos, las demás sólo quieren convivir en paz. Un mensaje de tolerancia y de respeto hacia lo diferente.

Le editorial Letrablanka ha hecho una muy buena labor de edición de este volumen (que ya nos adelantan tendrá continuación), en una tapa dura que, a mi parecer, hace un flaco favor al objetivo de dirigirse a un público infantil. Teniendo en cuenta que son los padres quienes se encargan de adquirir este material, es mala idea hacer que supere la barrera psicológica de los 10 EUR. Además, recordemos que los niños, al contrario que los lectores adultos, no son coleccionistas que buscan ediciones de lujo. Por ello, un abaratamiento en los costes de producción (tapa blanda, papel de menor calidad) habría hecho bajar el precio del cómic a menos de 10 EUR, convirtiéndose en un producto mucho más atractivo para el decisor de la compra, que en este caso es el progenitor. A ellos se suma un diseño de portada que parece a medio acabar, con unos personajes sin colorear y sólo un par de notas de color en el título y los alienígenas verdes. Un diseño que, a mi entender, no engancha al lector más joven, que suele verse más atraído por portadas con colores abundantes y brillantes. Esperemos que en sucesivos volúmenes se corrija este diseño.