Un fin de semana en la montaña junto a su pareja acaba transformándose para Nills en un viaje a un extraño mundo de fantasía. Allí, tendrá que enfrentarse a todo tipo de criaturas para poder volver a reunirse con el amor de su vida, Anaëlle. Pero ¿es esto lo que ella quiere?
Nills y Anaëlle son una joven pareja que va a pasar unos días a una remota cabaña en el campo, propiedad de los padres de ella. Pese a que Nills está perdidamente enamorado de ella, Anaëlle no tiene mucha esperanza en que su relación funcione, tal vez por miedo a que Nils descubra y rechace un secreto que ella oculta. Quiere el azar (o no, tal vez estuviera todo planeado) que la primera noche que pasan en la cabaña, un grupo de dragones soldados irrumpan en ella mediante un hechizo a través de la chimenea, y se lleven a Anaëlle por la fuerza. Nills les seguirá a ese reino de fantasía poblado por dragones antropomórficos, y removerá cielo y tierra para encontrar a su amada, llevándose por delante a quien haga falta. Qué romántico, ¿verdad? Pues no. Si no quieres leer un pequeño spoiler, sáltate el siguiente párrafo.
SPOILER
En el texto promocional que acompañaba a la nota de prensa de este volumen se relacionaba a esta historia con la leyenda de Orfeo y Eurídice, y aunque en principio podrían tener ciertas similitudes, el desarrollo no podría ser más diferente. La nota publicitaria definía esta historia como “un moderno relato de acción y aventuras que reflexiona de manera brillante sobre las relaciones de pareja”, pero lo que me he encontrado es un relato de acción y aventuras en el que sólo al final, y de manera tangencial, se hace referencia a los problemas de pareja. Y es para que la chica diga “Sólo piensas en lo que tú quieres. ¿Te has parado a pensar en lo que yo quiero?” Si la idea del autor es crear una metáfora en la que la odisea del joven Nills a través del reino de los dragones, encabezando una rebelión contra una monarquía tiránica y enfrentándose a mil peligros para rescatar a su amada de unos dragones que la han secuestrado contra su voluntad para obligarla a casarse con su propio padre, es el equivalente a su intención de salvar una relación sentimental en la que la chica no está segura de querer estar con él, la moraleja que se puede extraer es “la próxima vez que a mí novia la secuestren unos dragones se va a jugar el cuello para salvarla su puñetera madre”. ¿Os imagináis a Eurídice diciéndole a Orfeo “¿Y a ti quién coño te ha pedido que vengas?”? Pues eso mismo.
FIN DEL SPOILER
Etimológicamente, Kairós significa “el momento adecuado”, y hace referencia en esta obra al punto de inflexión en que la relación de la pareja se pone a prueba. Pero Kairós, en la actualidad, significa también para el profesor de la Universidad de Colorado Eric Charles White «el instante fugaz en el que aparece, metafóricamente hablando, una abertura (o sea, el lugar preciso) que hay que atravesar necesariamente para alcanzar o conseguir el objetivo propuesto.» Es ese momento en el que Nills salta a través del portal dimensional para rescatar a Anaëlle. Ese momento en el que se la juega a todo o nada.
Tal vez la historia esté mal planteada desde el principio. Tal vez la crisis de la pareja no quede bien explicada al inicio y por eso el final se antoja tan incongruente y frustrante. Tal vez no empatizaríamos tanto con el joven Nills si su búsqueda no se originara por un secuestro por parte de unos dragones. No lo sé. El caso es que si bien el desarrollo de la historia es brillante, el final es amargo. Ni siquiera agridulce. Si, es cierto que así son las relaciones de pareja, donde muchas veces uno pone todo de su parte y el otro no. Así que tal vez la intención del autor fuera precisamente ésa: la de hacernos ver que en el amor las cosas no son justas, y que de nada sirve luchar con todas tus fuerzas por algo que el otro no quiere que funcione. Aunque eso suponga salvarle la vida.
Entrando ahora en el apartado gráfico, el trabajo de Ulysse Malassagne es sublime. Se nota mucho su experiencia en animación, y sus escenas de acción beben mucho del manga. Su estilo tiene cierto toque infantil, y a ello contribuyen también algunos chistes para aliviar la tensión, o el estilo caricaturesco con el que están representados los soldados y monjes dragón. Aun teniendo un trasfondo de relación de pareja adulta, se trata de un cómic que también pueden leer los niños, digamos a partir de 8 o 10 años.
Kairos es un cómic del que me esperaba mucho, y del que sólo me han decepcionado las diez últimas páginas. Visto así, el cómputo final es bastante bueno. Igual otro lector con una concepción distinta de las relaciones de pareja pueda llegar a otra conclusión, pero ya se sabe lo que se dice de las opiniones. Esta edición de NORMA recopila las tres entregas de esta colección en un solo volumen de lujo. Un cómic que se puede disfrutar de dos formas: como historia de aventuras y fantasía, y como metáfora de las relaciones de pareja. Me permitiréis que me quede con la primera.
