El pasado mes de noviembre, entre las fastuosas novedades a las que nos tiene acostumbrados la editorial Nuevo Nueve, hubo una que resaltó sobre las demás. Por supuesto, me estoy refiriendo al primer volumen de Jodido Bastardo, el comienzo de una nueva saga creada por Régis Loisel y Olivier Pont.
Lo nuevo del creador de la mejor iteración tebeística de Peter Pan o de la magna La búsqueda del pájaro del tiempo vio la luz originalmente en Francia en 2019 de la mano de Rue de Sèvres. Se trata del primer álbum de una trilogía de la que solo está pendiente de ver la luz el tercer, y último, volumen.
Jodido Bastardo es un tebeo que nos hará viajar en el tiempo hasta la selva amazónica de Brasil en los años 70. Allí conoceremos a Max, un joven que ha perdido a su madre hace pocos meses y que parte en busca de un padre que nunca conoció. Lo malo es que no tiene ninguna pista más allá de una foto en la que aparecen dos hombres, pudiendo ser cualquiera de ellos la figura parental que trata de encontrar.
Vale, es cierto que parece un mal remake de la adaptación cinematográfica de Mamma Mía de Abba. Pero esta búsqueda de una parte fundamental de su pasado hará que Max, y por lo tanto nosotros como lectores, nos metamos de lleno en una historia mucho más grande de lo que podría parecer.
Loisel es un perro viejo y sabe lo que se hace. Por ello firma un guion que, si bien no alcanza la complejidad de sus obras anteriores, es tremendamente efectista. Una simplicidad nada casual que hace que nos centremos en el torrente de emociones que vive Max, sin distraernos con complicaciones o más florituras de las necesarias
Jodido Bastardo. Un canto de amor al relato clásico de aventuras
En las 88 páginas que ocupa este primer volumen de Jodido Bastardo, Loisel ha tenido tiempo para presentar a Max y a su particular trío de amigas, a las que conocemos en apenas un par de viñetas, pero en las que quedan perfectamente definidas.
Además, el escritor también dedica el espacio preciso para describir cómo es la vida en el Amazonas, con esa mezcla de progreso (a costa de aplastar a las civilizaciones indígenas), violación constante de los derechos humanos y por supuesto toda la belleza de una jungla llena de misterios.
Pero volvamos otra vez el foco hacía Max. Es muy difícil no empatizar con este simpático pagafantas, que claramente no está en su elemento y se ve superado por la situación tan pronto empiezan a sucederse los problemas.
Con un tono que personalmente me ha recordado mucho a las novelas de aventuras de Arthur Conan Doyle o Edgar Rice Burroughs (que amalgamaban con gran acierto inocencia y misterio), y bueno, por buscar un referente fílmico, en todo momento me venía a la cabeza la simpática explotation de Indiana Jones dirigida por Robert Zemeckis (me refiero, claro, a Tras el corazón verde). Exotismo, aventura, humor y unas gotas de misterio, una combinación ganadora.
Con un ritmo endiablado llegaremos al final del tomo. Un desenlace que encierra un cliffhanger que nos hará desear que Nuevo Nueve no se demore demasiado en la publicación del segundo capítulo.
En la parte artística nos encontramos con Olivier Pont a los lápices y François Lapierre al color. Todo un tándem creativo que realiza una labor más que correcta logrando unos resultados bastante llamativos (gracias al uso de una paleta llena de tonalidades vivas). Destacable es también la fluida narrativa y la gran capacidad de Pont a la hora de mostrar todo el crisol de emociones que experimenta Max en su accidentado viaje de descubrimiento.
Por último mencionar, aunque no hace falta viendo quién edita, que el acabado del álbum de Jodido Bastardo es impecable, con una encuadernación de calidad, papel de alto gramaje y reproducción sobresaliente.
Corred a por él, ya sea para vosotros o para hacer algún regalo. Seguro que ninguna de las partes implicadas se arrepienten.