En EE.UU. esta nueva serie surgida a raíz de lo acontecido en Civil War II, se tituló Hulk, en lugar del clásico She-Hulk. Una maniobra extraña que directamente modificaron en los tomos recopilatorios donde ya sí retomaba su título lógico. Panini Cómics ha evitado cualquier confusión editando esta serie con un título que no da lugar a confusiones: Jennifer Walters: Hulka. Deconstruida es el título de este primer tomo recopilatorio que incluye los primeros seis números de la serie. Una serie de la que tenemos otro tomo recopilatorio pendiente con los números 7 a 11 a partir de lo cual damos el salto a Legacy donde ya retoma el título y numeración de la She-Hulk clásica. Una serie diferente, en manos de Mariko Tamaki, una autora que colabora por primera vez con Marvel y que encaja a la perfección con ese tono que lleva dando la editorial a sus personajes en los últimos años.

Deconstruida parte del final de Civil War II. Ha pasado ya suficiente tiempo como para que sepáis lo que ha sucedido, no obstante, si teméis comeros un spoiler de esta saga, saltad directamente de párrafo. Y es que esta serie comienza con la salida de Hulka del hospital, tras la paliza recibida por Thanos e incorporándose a su vida laboral, en su forma humana, intentando superar la muerte de su primo Bruce. Uno de sus primeros casos será el de una chica extraña e introvertida a la que han amenazado con desahuciar a pesar de pagar religiosamente su alquiler. Jennifer intentará ayudar pero se ve superada por la profunda depresión en la que se ve sumida rozando la crisis de identidad y su enfrentamiento con su yo superheróico.

Jennifer Walters: Hulka es otra serie Marvel más que busca un tono muy concreto. Como ya pasara con Visión, Ojo de Halcón, Pájaro Burlón... la faceta superheróica queda aparcada para plantearnos el lado más humano de los personajes y, en este caso, el sufrimiento psicológico que atraviesa Jennifer tras lo acontecido en Civil War II. Para ello recurren a una autora que viene de triunfar en la novela gráfica adolescente con obras como Skim o Aquel Verano. Tal vez Marvel, vio las posibilidades de la autora cuando trasladó este tono al superheróico, concretamente a Supergirl en Fuera de lo Común. Bueno, a decir verdad tanto Supergirl como Hulka salieron en EE.UU. el mismo día, dudo que hayan usado este referente… XD. Aquí Tamaki intenta usar la trama de Maise Brewn y su edificio para añadir un interés más superheróico, pero realmente se centra en la mente de Jennifer.

El dibujo es del argentino Nico León (Ms. Marvel, Guardianes 3000 o Spider Women), un autor con un estilo muy afín a las historias de Tamaki, algo orientalizado y que podría pasar por un shojo manga sin ningún problema. Un dibujo muy sobrio y sencillo, sin apenas acción hasta los dos últimos números donde sí vemos algo de ella. El color de Matt Milla sí aporta bastante, con tonos oscuros y un ambiente muy opresivo que encajan a la perfección con el tono que pretende darle Tamaki a la historia.

Entiendo que Marvel busca dar un cambio de aires generalizado a sus series, y que lleva años arriesgando por dar un giro en las tendencias editoriales, intentando abrir un poco el marco de lectores tanto por edad, género, como incluso intentando llamar la atención a un grupo de lectores que hasta ahora han podido despreciar el medio por encontrarlo intelectualmente inferior o que “solo puede gustar a niños”. A mí este tipo de historias me gustan dependiendo de lo que me estén vendiendo. Ya lo decía en mi reseña del primer tomo de Visión, y con esta serie he tenido una sensación similar a la que tuve con la premiada serie de King y Hernández Walta: Me están vendiendo una serie de Hulka… sin Hulka. Si esta historia la hubiera leído en una serie de Image o una novela gráfica como las que ha hecho Tamaki me habría encantado, porque si algo no se puede negar es que es una guionista muy solvente y escribe muy bien. Pero creo que hay que saber usar los personajes que tienes entre manos. Cuando Dan Slott empezó a escribir Hulka, estaba escribiendo una serie de abogados, Ally McBeal con un metro más de altura, el cuádruple de masa muscular y la piel verde. Era una visión diferente, pero que puede gustar a los seguidores del personaje… porque la están viendo.

En definitiva, Jennifer Walters: Hulka 1. Deconstruida.

Tengo curiosidad por ver qué rumbo toma la serie. Si esta primera historia es simplemente una colocación del personaje en un punto de partida, me parece muy bien. Es un ritmo algo lento para el superheróico, pero me ha gustado mucho cómo se hurga en la mente de Walters y su lucha interna por enfrentar a Jennifer con Hulka y sus relaciones con personajes como Patsy Walker o Carol Danvers. Pero si el resto de la serie va a seguir en esa misma línea, me llevaría otra decepción más. Soy lector de superhéroes desde hace más de 30 años. Me gusta mucho el personaje de Hulka, pero aquí me he quedado un poco a medias. Si estás disfrutando esta línea editorial de Marvel con esas visiones tan diferentes de los personajes de toda la vida, te recomiendo esta serie encarecidamente. Si eres de los que lleva esperando recuperar un tono más o menos parecido a lo que llevas leyendo décadas, me temo que esta serie puede suponerte otra decepción más.

Lo mejor: La profundización psicológica en la mente de Jennifer Walters.

Lo peor: Quedarte con las ganas de ver a Hulka.

Para los que disfrutan con las historias intimistas de la Marvel reciente. Para lectoras jóvenes que quieran acercarse al género “superheróico”. Para fans de Mariko Tamaki.