Con este sexto tomo concluye la serie Isabellae, editada en Francia por Le Lombard y en España por Norma Editorial. A través de seis libros de 48 páginas, divididos en dos ciclos, hemos acompañado a esta samurai de pelo rojizo a través de numerosas aventuras. Ya hablamos de ella cuando salió publicada, hace nada menos que cuatro años. Ahora, volvemos a ella para analizar este último tomo con una visión algo más global habiendo leído toda la serie.
En Mariposas bajo la lluvia vemos el desenlace de esa batalla que había comenzado en el tomo anterior, entre celtas y normandos, con numerosos invitados inesperados que convirtieron ese La gesta de los dioses oscuros en todo un derroche de acción y un espectáculo para el lector. De hecho, con la perspectiva de haberla leído completa, se adivinan dos ciclos muy diferentes. El primero, formado por los tres primeros libros, además de la presentación obvia de personajes, me pareció un poco más intimista. Sí, tenía acción, pero servía para plantear una familia completamente despedazada con ese padre muerto que se aparecía a Isabellae y esa hermana perdida a la que iba a buscar la protagonista. El segundo ciclo es un ciclo mucho más centrado en la acción, llegando a poder verse los dos últimos como casi esas sagas cinematográficas que han puesto de moda dividir en dos su última parte. Los tomos cinco y seis son prácticamente una historia dividida por un cliffhanger realmente impactante que ya justifica dicha división.
Raule ha realizado un trabajo meritorio en este último tramo de la serie. La batalla final es muy espectacular, no solo por el apartado gráfico, del que hablaremos ahora con tranquilidad, sino porque ha ido construyendo un campo de batalla con continuas incorporaciones y una épica creciente que sin duda ayuda mucho a la lectura. Además, intenta repartir muy bien la épica y el tempo de la historia. No lo deja todo para el final ni se dedica a enseñarnos una batalla de 96 páginas, por lo que se convierte en una lectura rápida y entretenida, pero con sus pausas intencionadas para que nos dure algo más que un suspiro. El hecho de haber ido presentando un buen número de personajes en los tomos anteriores, también contribuye a aumentar el interés de la historia.
Pero si el trabajo de Raule me ha parecido efectivo y correcto, el de Gabor me ha parecido fascinante. Si ya la tensión está en todo lo alto por la situación en la que comienza nuestra protagonista este tomo, pasamos a la segunda página y nos encontramos con una splash page en la que la acción se desarrolla sobre un corte de la tierra con los cadáveres de todos los guerreros que han muerto en ese campo de batalla con anterioridad y resulta muy impactante. Los combates siguen gozando de un dinamismo fabuloso, y consigue momentos muy bien conseguidos. Pero si el dibujo ha ido creciendo a cada tomo, lo que me gusta verdaderamente es el color. El uso de los sombreados en las escenas con criaturas mágicas, así como la elección de tonos azulados pálidos, acordes con la ambientación nocturna y lluviosa, alternados en determinados momentos con viñetas con colores más saturados y rojizos, consiguen captar la atención del lector hacia donde quiere el dibujante. Ayuda y mucho a ambientar las escenas pensadas por el guionista, y es un recurso que ha mantenido durante toda la serie.
Isabellae, como las buenas historias, es cíclica, aunque no lo parezca. En el primer tomo averiguamos que su nombre se le puso en honor a un tipo de mariposa. Este último tomo se titula Mariposas bajo la lluvia, por un momento del diálogo en que a determinado personaje se le acusa de haber dejado desvalido a todos los irlandeses (los hijos de Ériu) desvalidos y frágiles… como mariposas bajo la lluvia.
En definitiva, Isabellae 6: Mariposas bajo la lluvia.
Una serie muy interesante de samurais, que se completa con este tomo 6, y que trata la búsqueda de la unidad de la familia, el esfuerzo y la dedicación para conseguir los objetivos y la responsabilidad a la hora de escoger entre quién sale perjudicado. Una historia con dos mitades bien diferenciadas en tono y ritmo, que se construye sobre el sentido del honor del samurai y la inusual presencia de una chica en este tipo de roles históricamente. Con un tono fantástico que no se va de las manos en ningún momento, sabe equilibrar bastante bien el componente de acción y sobrenatural para que la historia pueda gustar a los lectores más clásicos. De hecho, ahora que tengo reciente su lectura, me ha parecido que tiene momentos en los que se homenajea al Lucifer de Mike Carey. En definitiva, una serie atractiva, con un dibujo que va cada vez a más y un uso del color inteligente y sin fisuras.
Lo mejor: El dibujo y color de Gabor. El equilibrio escogido entre acción y magia.
Lo peor: Para mí, la diferencia en el tono de los dos ciclos de la obra me resultó algo brusco.