Es la hora de las tortas!!!

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La ira de Eternal Warrior 2: Laberinto

La ira de Eternal Warrior 2: Laberinto
Guion
Robert Venditti.
Dibujo
Raúl Allen, Patricia Martín, Juan José RyP, Robert Gill.
Color
Jordie Bellaire, Raúl Allen, Patricia Martín, Borja Pindado.
Formato
Rústica, 176 págs, color.
Precio
14,95€.
Editorial
Medusa Cómics. 2019.
Edición original
Wrath of Eternal Warrior #5-10 (Valiant).

Ya está, es oficial. Con La ira de Eternal Warrior 2: Laberinto, tengo ya clara cuál es mi serie favorita de lo que edita actualmente Medusa del sello Valiant. Menudo tomazo… Un guión con sorpresas, un dibujo ESPECTACULAR (así, en mayúsculas), y un color que rivaliza y engrandece si cabe el dibujo. Creo que se me ha notado, pero me ha gustado muchísimo y no he podido evitar leerlo de una sentada, incapaz de parar de leerlo. Venditti, continúa revelando detalles de la desconocida naturaleza de un personaje como Gilad Anni-Pada, y lo hace contándonos dos historias aparentemente independientes, pero con su razón de ser.


Y es que este tomo incluye los números cinco a diez de la serie, con dos arcos argumentales: Un primer arco de dos números, dibujado por Juan José RyP, que sirve de preludio al arco principal que da nombre al tomo, Laberinto. Para este arco principal recuperaremos al equipo artístico titular: Raúl Allen y Patricia Martín. El preludio se centra en la muerte de Janna, la esposa de Gilad, y el rapto de su hijo Kalam. En Laberinto retomaremos la trama donde acabó el anterior tomo editado por Medusa, con Gilad encerrado en esas misteriosas instalaciones científicas, de las que vamos a averiguar mucho más.

Venditti continúa haciendo unos guiones sorprendentes. En el primer tomo comentaba que la historia era endiabladamente entretenida, pero que lo que nos contaban se podía haber resumido en un solo número, sin perder excesivo detalle. Aquí no sucede tanto. A ver, sí se podría seguir haciendo, pero tiene mucho más sentido para el ritmo de la historia. No quiero entrar en demasiados detalles, pero digamos que Venditti se apoya en el equipo creativo para escribir una historia a medio camino entre Al filo del mañana, Matrix y Cube. Y aunque lo que pueda parecer a primera vista es que esté presentando a un antagonista interesante que suponga un verdadero desafío para nuestro inmortal favorito, en el fondo lo que está haciendo es explorar la naturaleza de Gilad: contarnos su origen, su motivación, y cómo funciona su inmortalidad. Y consigue hacerlo con una historia con ritmo, entretenida y con arcos muy diferentes que no permitan al lector aburrirse en ningún momento.

Pero a pesar de que Venditti esté haciendo uno de sus mejores trabajos en Valiant (que ya es mucho decir), en estos números incluidos se nos van los ojos sin remedio a un dibujo sensacional. ¡Y por partida doble de equipos creativos! En el primer arco de dos números tenemos a Juan José RyP apoyado del color de Jordie Bellaire. Si seguís con cierta frecuencia mis reseñas de Valiant, me habréis leído en alguna ocasión que pienso que la editorial estaba sirviendo para contener un poco ese estilo hiperbólico y ultradetallista al que nos tenía acostumbrados el algecireño. Pues bien, en estos números recuperamos a un RyP desatado… ¡y cómo mola verle así! Son dos números cargados de acción, con mucha lucha, y en este tipo de escenas, pocos autores están a su altura. Hace creíble a un Gilad rabioso, ¡convertido en el mejor sustituto de Conan que a uno se le pueda venir a la mente! Lo hace temible y nos muestra la barbarie de la naturaleza salvaje del ser humano.


Pero es que encima tiene como colorista a Jordie Bellaire, que nos muestra con su trabajo lo importante que puede ser este para narrar. Bellaire toma en ciertos momentos las riendas, y usa el color para diferenciar tres líneas narrativas que se simultanean en las mismas páginas. Como RyP nos está mostrando simples momentos de cada línea, podría llegar a confundirnos, pero la colorista se encarga con un sencillo recurso de que no suceda eso, y permite a RyP ser mucho más abstracto en su elección de las viñetas para cada línea. Igualmente, introduce un recurso de heterocromía en los ojos, que seguro que va a dar mucho que hablar en los siguientes números.

Laberinto, el arco principal, tiene nuevamente a ese equipo de Raúl Allen, Patricia Martín y el apoyo en el color de Borja Pindado que, mira que era difícil mejorar lo que habían hecho en los primeros cuatro números de la serie… pero es que aquí se salen. Aquí vemos un dibujo mucho más planificado, con una estructura de página muy ordenada que, si alguien va a la tienda y abre arbitrariamente el cómic para curiosear, no va a sentirse atraído por un estilo explosivo en cuanto a dinamismo. Y eso le sienta francamente bien a la historia. Consigue ese tono de laberinto diseñado, estático, basado en líneas rectas y repeticiones de estructuras a lo Cube. Viniendo de ese primer arco con demonios, mucho más excesivo, y sobre todo de ese preludio a manos de RyP, consiguen un efecto muy interesante.

Y además, apoyan ese trabajo tan ordenado en una casi bitonalidad azul y roja para toda la historia. Esto es importante porque confiere opresión a ese laberinto, a la par que aporta matices y ayuda a diferenciar inconscientemente el bueno de los malos, pudiendo rozar cada lado una inclinación al bando contrario con aportando una tonalidad diferente a cada color.


En definitiva, La ira de Eternal Warrior 2: Laberinto.

Un tomo que lo tiene, prácticamente, todo: un guión efectivo repleto de épica y acción; un dibujo sensacional que lo mismo nos evoca a Conan que a Matrix; y que profundiza en el personaje y abre nuevas puertas a explorar al personaje. Si todo eso os pareciera poco, nos presenta a un nuevo antagonista, que cumple las normas básicas de hacer una versión maligna del protagonista, pero aportando unas diferencias que hacen completamente creíble su motivación. Si hasta ahora no os habíais acercado a Valiant pero os sentís tentados de echarle un ojo, aquí tenéis una serie que se va a editar en tres tomos (ya solo nos quedan los últimos cuatro números de la serie) y que es muy recomendable.

Lo mejor: La acción, la épica, el dibujo, el color, el antagonista, los extras…

Lo peor: Dejarla pasar.