Hace ahora algo menos de dos años que Panini empezó la recopilación de la etapa de Brian Michael Bendis al frente de Iron Man. En total han sido casi 1300 páginas recopiladas en cinco tomos (1650 y seis tomos si tenemos en cuenta Civil War II, imprescindible para la trama de la serie) desde Reinicio, en una historia que llega a su fin ahora con La búsqueda de Tony Stark.
La idea de tener al protagonista de la colección incapacitado tras una batalla y sustituido por variaciones suyas no es en absoluto nueva: como comentábamos hace un año, la idea está calcada de El reinado de los Superhombres, la historia que siguió a La muerte de Superman hace algo más de treinta años. Sí que podemos decir, en cambio, que es un planteamiento valiente tener ausente de la serie durante año y medio al personaje que da título a la cabecera. Pero también podemos decir que el final de esta saga era totalmente predecible. Marvel lleva bastantes años en los que cada autor que entra puede hacer las perrerías que le apetezca con un personaje mientras se lo deje al autor siguiente en el punto de partida canónico. ¿Que a Dan Slott le apetece que Spiderman sea Otto Octavius o convertir a Peter Parker en un empresario multimillonario? Vale, pero cuando llegue el siguiente, que sea de nuevo un Peter que no llega a fin de mes. ¿Que Jason Aaron quiere hacer que Thor sea Jane Foster? Bien, pero al final de su etapa, que sea de nuevo Odinson. ¿El Capitán América metido en Hydra? Ya sabes lo que toca, Nick Spencer. Pues aquí, lo mismo. ¿Tony Stark en coma y desaparecido, sustituido simultáneamente por una adolescente y por un villano…? No es precisamente una sorpresa lo que va a ocurrir en la última historia de Bendis al frente de la serie, ¿verdad? Más aún, teniendo en cuenta que su título es La búsqueda de Tony Stark.
De la misma forma que ocurrió en La muerte de Superman, el cuerpo de Tony ha desaparecido, y su búsqueda será el argumento que guíe los últimos meses de Bendis en la serie. Y al igual que se dijo en la historia de DC, el truco que se ha utilizado para solucionar esta historia sólo puede ser usado una vez. Si alguien decide volver a matar -o dejar en coma o lo que sea- a Tony Stark, tendrá que buscarse una excusa para su regreso.
Aunque con este planteamiento la sensación de evolución de los personajes de la editorial se queda en un decepcionante espejismo, sí es cierto que en estas condiciones se pueden hacer cosas interesantes. Confluyen aquí en la serie principal las tramas de las dos cabeceras que han llevado el título Iron Man a lo largo del último año, manteniendo ambas su identidad visual: las escenas protagonizadas por Riri Williams las dibuja Stefano Caselli, y las de Victor Von Muerte, Alex Maleev. Y el número 600, número redondo de la numeración Legado con el que se despide Bendis, es un resumen gráfico de la etapa del guionista de Cleveland al frente de la serie: Stefano Caselli y Alex Maleev ha sido los dibujantes regulares durante el último año, David Marquez y Mike Deodato Jr. fueron los dibujantes de Reinicio,y Marquez además fue el dibujante principal de Civil War II, un evento por cuyas páginas también pasaron Daniel Acuña, Leinil Francis Yu, Jim Cheung, Mark Bagley y Andrea Sorrentino.
Tras esta serie, Riri queda establecida como un nuevo personaje a tener en cuenta, que protagonizó su propia colección, ha tenido ya su versión en imagen real en el MCU y contará con una serie en Disney+ para finales de 2023 o principios de 2024. Como mínimo, el debut de esta joven heroína es una huella que ha dejado en Marvel el Iron Man de Bendis. ¿La redención del Doctor Muerte? Aunque estaba siendo francamente interesante, ¿alguien confía en que el principal antagonista de los 4F se vaya a quedar en el lado de los buenos? Lo que comentábamos antes sobre los reboots periódicos de los principales personajes de la editorial.
Nos quedan al final estos años de Iron Man como un tebeo con todas las virtudes y todos los defectos de Brian Michael Bendis. Es un tebeo entretenido y palomitero, en el que se usa sin complejos el decompressive storytelling, pero que no llega a aburrir en ningún momento. También, como un tebeo con todas las virtudes y todos los defectos de los últimos tiempos de Marvel. Salvo por un par de subtramas menores, la etapa de Bendis podría haberse movido en bloque a unos años antes o unos años después y no habría cambiado nada. Pero tenemos, en resumen, seis tomos francamente disfrutables.