Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Infectado, de David Muñoz y Manuel Meseguer

Infectado, de David Muñoz y Manuel Meseguer
Guion
David Muñoz.
Dibujo
Manuel Meseguer.
Formato
Cartoné, 136 págs, B/N. 17x24 cm.
Precio
15€.
Editorial
Astiberri. 2021.

David Muñoz, guionista de cómics como Sordo  o 15 , de películas como El espinazo del diablo y del fabuloso manual de escritura de cómics Escribir con viñetas, pensar en bocadillos  nos trae ahora una historia con tintes autobiográficos sobre un escritor que es diagnosticado de hepatitis C y que se enfrenta a un largo tratamiento, agresivo y con numerosos efectos secundarios, que cambiarán su carácter y su vida en general, con la consecuente dificultad para el entorno que le rodea. Astiberri publica Infectado , esta tercera obra del guionista madrileño quien, en esta ocasión, se acompaña de Manuel Meseguer, un ilustador y diseñador gráfico que debuta aquí como dibujante de una novela gráfica, tras algunos trabajos cortos en fanzines.


Como revela el propio escritor en el epílogo de esta obra, Infectado  tiene mucho de autobiográfico, pero la historia es completamente ficticia. De hecho, resulta fundamental este artículo final, puesto que hay muchos elementos de la obra que nos pueden hacer jugar a identificar algunos personajes, como el caso de Tomás, ese escritor que ha saltado a la fama gracias a sus novelas de zombis, y que el propio Muñoz aclara que no tiene nada que ver con Manel Loureiro… Conociendo un poco de la biografía del guionista y viendo cómo trascurre la obra, sabiendo que él mismo tuvo que enfrentarse a una infección por hepatitis C, ese juego a saber qué es real y qué no está siempre presente.

Estamos ante una novela gráfica que se centra en el trascurso de la enfermedad desde su diagnóstico y de lo difícil que es soportar un tratamiento rico en efectos secundarios… pero no creo que la obra trate realmente sobre eso. Nacho, el protagonista, sufre cambios de carácter, y pone al límite a la gente que le quiere pero, como dice su pareja, la medicación no hace más que exaltar lo que ya existía previamente, solo saca su versión más sincera, sin filtro… pero las cosas que dice, las piensa de verdad. Nacho está infectado de sinceridad, y eso es algo socialmente muy mal visto. La filosofía Gran Hermano de «es que yo voy con la verdad por delante» no funciona durante mucho tiempo en sociedad, y tarde o temprano va a provocar rechazo ante gente que no está preparada a que le digan a la cara cosas que, aunque las sepan de sobra, no les hace sentir nada bien.


Y luego está el propio estigma de una enfermedad relativamente desconocida. La historia está ambientada a principios de los 2000, cuando la hepatitis era poco menos que una enfermedad de drogadictos y que pueden infectar a cualquiera que se les acerque… Es otra de las facetas de la obra, en la que el propio protagonista tiene un problema con un escritor al que supervisa como editor y con el que comienza a haber problemas a raíz de contarle su enfermedad. Surge ahí una situación que corre a caballo entre la paranoia de pensar que todo el que tenga un conflicto, lo tiene por la enfermedad y el rechazo real por miedo.

El dibujo de Meseguer sorprende para ser una opera prima, porque es rico en recursos narrativos interesantes. Me gusta especialmente cómo retrata el aislamiento de Nacho con efectos de sombreados, y más tratándose de un cómic en blanco y negro. El protagonista suele tener una especie de foco sobre él, con un relleno en blanco sin sombras, mientras que el resto de la gente sí tiene esas sombras grises sobre sí. Ese recurso es utilizado con inteligencia cuando nuestro protagonista vaya evolucionando y se sienta menos aislado de la sociedad. Otro recurso que me ha gustado mucho es la manera de reflejar el cansancio del personaje y su dificultad ante, por ejemplo, subir unas simples escaleras.

La obra juega mucho a comparar la enfermedad del paciente con la temática de los libros de zombis y utiliza muchas comparaciones tanto en diálogos como en alguna escena onírica en la que vemos al protagonista dentro de la piel de un muerto viviente. Me ha gustado ese debate entre zombis e infectados en la ficción, y que sirve para conectar con las vivencias del protagonista.


En definitiva, Infectado  es una obra con muchos matices y lecturas. Se puede ver como una simple patografía sobre la hepatitis C y su tratamiento, pero está repleta de matices sobre las relaciones sociales a nivel laboral, de amistades y sentimentales. Una obra que sirve además para ver el prometedor debut de Manuel Meseguer, con un estilo sobrio pero con una clara intención de aprovechar el medio en el que se mueve. La obra se completa con una serie de extras en la que vemos numerosos bocetos del dibujante y nos permite conocer más su perfeccionismo y autocrítica continua, lo cual explica lo bien que funciona su trabajo.

Lo mejor: El subtexto que encierra. El trabajo de Meseguer, que apunta muy buenas maneras. Para muchos, ver este testimonio puede cambiar su manera de pensar acerca de la justificación de la financiación de los nuevos tratamientos para la enfermedad por parte de la Seguridad Social.

Lo peor: El personaje de Nacho puede llegar a hacerse un poco antipático en algunos pasajes, aunque se entiende que para señalar mejor el arco del personaje.