Saludos, queridos lectores. Hoy hablaremos de una de las obras menos conocidas del gran Franquin. Lo primero que se nos viene a la cabeza al hablar de él son su Spirou o se Tomás el Gafe. Pero aquí tenemos la otra cara de la moneda. Si las obras anteriormente nombradas son diversión sana y pura, las Ideas negras son la amargura y el dolor hechas tinta.
Tinta negra, claro.
Las 65 historias de este tomo fueron creadas para ser publicadas en revistas para adultos. Mezclando el humor negro con algo de mala leche y con unas historias cortas, a veces poco más que un chiste.Os aviso porque leérselas todas de un tirón puede ser como escuchar a Sabina el día que tu novia te abandona para irse con tu mejor amigo.
Humor negro. Negrísimo a veces. Muertes. Suicidios. Violencia. Violencia animal… Quizás no es el tomo para darle a una joven lectora que conozca a Franquin gracias al marsupilami.
Pero detrás de las risas cafres, del humor absurdo o violento, de las manchas de tinta que forman esas siluetas….tenemos temas muy serios como la violencia, la pena de muerte, la caza, el maltrato…
Aquí es cuando pensamos en aquel payaso de la historia de Juan de Dios Peza, que la mayoría conoceréis porque sale en Watchmen. La propia hija del autor lo niega en uno de los muy jugosos extras de este tomo, pero esa es la sensación que tendremos si conocemos el resto de la obra de Franquin.
Las Ideas negras son totalmente independientes, aunque algunas forman pequeñas series, como la dedicada a los cazadores o la del planeta prisión.
¿Son estas historias a veces burradas? Si.
¿Te reirás con ellas? Si.
¿Eres una persona que piensa que habría que ser siempre políticamente correcto? Ni te acerques a este tomo.
¿Eres cazador? Hmmmmm.
Hay dos cosas que no me terminan de convencer, sin embargo. Una son los títulos de las historias. Sus lemas, más bien. En castellano esos juegos de palabras quedan a veces muy forzados.
La otra cosa es que estas historias se publicaron entre 1977 y 1983. Así que Alain no me dejará votarlas como mejor tebeo del año en el recopilatorio de navidad.
La edición que nos ofrece Dolmen está llena de interesantes extras. Pasemos a enumerarlos. Si no te interesa la parte del tebeo, quizás la parte documental te haga comprar el tomo.
Empezamos con un artículo de Ángel de la calle.
Luego tenemos las Ideas negras propiamente dichas.
Y tras estas dosis de mala leche y oscuridad (no solamente a nivel gráfico) pasamos es una entrevista a Franquin, donde se comentan las diferentes historias una a una. Es la ocasión perfecta para volver a leérnoslas, mientras el autor nos habla de ellas.
Viene ahora un artículo de Jordi Canyissà.
Una carta de Franquin hablando como esta obra. Tranquilos, viene traducida y con contexto.
Otra historia y una portada.
Franquin hablando sobre los monstruos.
Más artículos y bocetos.
Una historia de Tomás Elgafe. No es original, sino que está ya publicada.
También ya conocida, la página de Tomás que Franquin dibujó para Amnistía Internacional.
Una charla con la hija de Franquin.
Y una entrevista al propio autor.
Ahora una con Marcel Gotlib.
Y una historia a medias entre Gotlib y Franquin.
Más bocetos y otra historia a medias entre ambos autores.
17 páginas de bocetos y dibujos.
No nos podemos quejar de los extras, la verdad.
La traducción se la debemos a Francisco Pérez Navarro (las Ideas negras) y a Juán Ferrús (los textos y entrevistas).
¿Por qué leer Ideas negras?
Te ríes y te quedas pensando a la vez. La enorme cantidad y el enorme interés de los extras.
¿Por qué no leer Ideas negras?
Buscas humor inocente y alegre como un marsupilami juguetón.