Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

I hate Fairyland 5: El infierno de Gert

I hate Fairyland 5: El infierno de Gert
Guion
Skottie Young.
Dibujo
Brett Bean.
Color
Jean-François Beaulieu.
Traducción
Raúl Sastre.
Formato
Cartoné, 128 págs, color. 18x27,5 cm.
Precio
22€.
Editorial
eVolution Comics/Panini. 2024.
Edición original
I hate Fairyland v2 #1-5 (Image).

Paren rotativas. Ha vuelto. La viejoven por antonomasia, el terror del mundo de las Hadas… ¡Gert! Panini retoma el volumen 2 de la serie en su edición de I hate Fairyland 5: El infierno de Gert. Tras dar por finalizada la serie, y habiendo sido el éxito que le supuso a su autor, Skottie Young se metió de lleno en la plataforma Substack y a finales de 2021 comenzó a publicar pequeñas historias ambientadas en el mundo de Fairyland, pero escritas y dibujadas por amigos. En Untold Tales of I hate Fairyland se dieron cita autores de la talla de Fábio Moon y Gabriel Bá, Dean Rankine o Dax Gordine, que dieron pie a otra miniserie en cinco partes llamada Fluff the world, escrita ya por Skottie Young y dibujada por Brett Parson. Sea porque la plataforma no funcionó como esperaba o porque le apetecía volver de manera formal y a librerías, en cuanto terminó comenzó a publicar de nuevo con Image el segundo volumen de I hate Fairyland, del cual hoy nos llega el primer tomo (quinto de la serie).


Con algún guiño a lo ocurrido en los webcómics, pero sin que suponga mayor problema el habérselo saltado, retomamos a Gert de vuelta en el mundo real. Con un psicoterapeuta que no cree todo lo que ha pasado y una cadena de trabajos insatisfactorios, Gert acaba topando con un empresario millonario cuyo hijo ha acabado en Fairyland. Con la intención de rescartarlo, encuentra una manera de poder ir allí, pero para poder entrar sin invitación, se tiene que haber estado previamente en ese planeta alternativo. La senda de vuelta a la tierra de las hadas no será nada asequible, y tendrá que encontrar el camino… desde una localización inesperada.

A nadie que haya leído todo lo anterior le sorprenderá saber que esta serie sigue siendo el mismo despropósito sin ningún tipo de vergüenza que se limita a plantear situaciones cafres con una protagonista aún más bestia. Gert ya es mayor, ha crecido, y su vuelta a la acción no deja a títere con cabeza. La serie tiene una premisa a modo de excusa, pero no es más que una sucesión de capítulos, a cuál más bestia, en los que Gert tendrá que hacer frente a todo tipo de obstáculos y enemigos con los que no mostrará ninguna piedad. Si hasta ahora has entrado en esta fórmula, imagino que no solo no te supondrá ningún problema sino que es lo que esperas de ella. Si, por el contrario, no conseguiste conectar con una fórmula descarada que solo busca la carcajada por el humor extremo… lo siento, pero sigue siendo más de lo mismo.


Ha sido una absoluta sorpresa descubrir a Brett Bean, al que solo habíamos visto en un par de números de Mapache Cohete también junto a Young. Su estilo es muy fiel al del propio guionista: hiperbólico, cartoon, y gamberro, y gracias al color de Jean-François Beaulieu, la sensación de déjà vu es total. Con el paso del tiempo, hemos pasado de esa niña adorable convertida en poco menos que el Demonio de Tasmania a una joven adulta, desgarbada y poco aficionada a la higiene, que funciona tan bien como su versión infantil.

Una mención especial al número cinco del tomo, que supone cierta innovación al mundo del cómic. Antes de comenzar el número, se incluye un código QR que enlaza con la canción This world de los Jack The radio!. Lo que vamos a ver en los dos primeros tercios del cómic se podría considerar casi un videoclip de la propia canción, puesto que las viñetas acompañan a la propia canción. La sensación es muy divertida, y me ha resultado un experimento bastante simpático.

La edición mantiene el aspecto de los tomos anteriores, en encuadernación cartoné, y con jugosos (aunque escasos) extras a modo de diseños previos del propio Brett Bean. No me gusta tanto que se haya obviado la inserción de las portadas de cada número en el tomo, ni antes de cada capítulo ni recopiladas al final del tomo, y no entiendo por qué, puesto que son un valor más de esta serie.


En definitiva, I hate Fairyland 5: El infierno de Gert es más de lo mismo… por suerte para nosotros. Un cómic gamberro, que busca la carcajada y el humor negro sin límites, con una protagonista que es una absoluta hija de perra, pero con quien es difícil no empatizar, por lo directa y transparente que es. Este tomo lleva a Gert a un entorno diferente, y muy adecuado para ella, antes de volver a pisar la tierra donde peor lo pasó, pero sin la cual su vida perdió gran parte de sentido. El mes próximo finaliza en EE.UU. el tercer arco argumental, por lo que es más que probable que de aquí a final de año tengamos, al menos, un tomo más de esta serie tan endiabladamente divertida.

Lo mejor: El humor negro. Brett Bean resulta un más que digno sucesor del propio Young. Pota Mona.

Lo peor: La serie solo busca aventuras bestias que arranquen una carcajada, por lo que, si no conectas con este tipo de humor, ve a por otra cosa.

Coméntanos algo

No hay comentarios aún. Sé tú el primero

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *