En esta web hay más de un redactor muy fan de cualquier trabajo de la dupla Diego Agrimbau/Lucas Varela, como atestiguan nuestras reseñas de El día más largo del futuro o Diagnósticos. La Cúpula vuelve a editar su última obra, en esta ocasión El humano, una historia con la que vuelven a la ciencia ficción. Plantean una historia futurista donde se debe repoblar una Tierra que ha tocado fondo y había dejado de ser compatible con la vida humana hace más de medio millón de años.
Vamos a seguir la historia desde el punto de vista de Alpha, una androide con una programación de inteligencia artificial avanzada, que está asignada como ayudante personal de un científico. El científico debe encontrar a su esposa y comenzar la repoblación terrícola con la ayuda de una serie de robots con funciones específicas. Pero el planeta ha cambiado mucho, hay una raza de simios que ocupan el planeta y la búsqueda no será tarea fácil.
La historia plantea una sociedad futurista que tiene que volver al estadio primigenio para comenzar de cero, lo cual sirve precisamente para reflexionar sobre la condición humana y la evolución. Agrimbau lo hace de manera inteligente, planteando paralelismos con nuestra historia en cuanto a cómo evoluciona Robert, el humano en su condición de responsable de la repoblación. Plantea algunas situaciones que pueden recordarnos a la aclamada Shangri-La que tanto dio que hablar hace un par de años, solo que en esta ocasión, profundiza mucho en el mensaje. Nos muestra a un humano como falso protagonista, mientras quien realmente soporta el peso de la narración es la androide Alpha. Y es curioso porque al ser una máquina, con una programación muy específica, a pesar de su inteligencia artificial, muestra realmente muchos más rasgos de humanidad que el propio humano. Alpha recoge la esencia de lo que debería distinguirnos de otras especies, mientras que el personaje de Robert sirve para mostrar una versión resumida de lo que ha supuesto la evolución humana a lo largo de la historia y cómo la superioridad intelectual interfiere en la convivencia pacífica, y cómo necesita plasmar dicha superioridad en el terreno físico y de poder.
La historia está divida en cinco capítulos que se ven marcados por la personalidad de Robert y cómo se encuentra en cada uno de ellos. Desde su salida de la hibernación hasta su faceta científica y de cómo reaccionará ante determinadas adversidades y obstáculos en su misión. Alpha es el elemento invariable, lógicamente por su condición robótica. A pesar de todo, vamos a ver, no tanto un arco evolutivo en su personalidad, sino como un cambio en su actitud en cuanto a la misión desde la objetividad que le permite su punto de vista de la situación.
En cuanto al dibujo, quien haya visto otros trabajos de Lucas Varela sabe lo que puede esperar de él: un trazo fino, limpio, con diseños interesantes y coherentes, tanto para la tecnología, la neovegetación, como las razas, inspiradas claramente en los primeros primates que poblaron la Tierra, pero con diversas clases y habilidades que se asemejan a la de los propios androides con sus funciones específicas. Se establece así otro paralelismo visual entre los primeros animales evolucionados frente a la tecnología. El dibujo se asienta sobre una paleta de colores basada en grises y rojos, y que utilizará algunos azules como elementos de resaltado o para dirigir la atención del lector.
En definitiva, un nuevo relato de ciencia ficción de la pareja artística argentina para el mercado francés, y que sirve para hacer una dura reflexión sobre la condición humana y pone en duda la posibilidad de escapar de nuestro propio destino, plantea una faceta autodestructiva de manera natural que se deja arrastrar por el poder y por la necesidad de imponerse a otras razas con las que convive, de manera compulsiva. La historia tiene moraleja final y me ha gustado especialmente cómo ensalza determinados rasgos de los humanos a través precisamente de un androide. Si sois especialmente fanáticos de la ciencia ficción y habéis leído muchas historias similares, tal vez no os resulte tan sorprendente como a mí, pero yo que consumo este tipo de historias con moderación, intentando acercarme a las que cuentan con mejores críticas previas, la he disfrutrado especialmente y la encuentro muy original. En todo caso, es imposible que no disfrutéis de un guión bien planteado y con un tempo adecuado y un dibujo limpio y bien dirigido .
Lo mejor: El dibujo de Varela. Cómo muestran lo mejor del ser humano… a través de un androide.
Lo peor: Si sois de los que consumís Sci-fi como si fueran oreos, lo mismo no la encontráis tan original.