¡Contra El Líder! El viejo enemigo de Hulk quiere acabar con Jennifer Walters… pero no es lo único que quiere de Hulka. Será entonces cuando ella pierda el control, y todo se complique mucho más. No es fácil ser verde, y Jenny lo va a recordar por las malas.
Hulka ha sido siempre un personaje que ha dependido de la calidad de sus guionistas. Un personaje que ha oscilado entre lo salvaje y lo sensacional, con periodos intermedios de intrascendencia. John Byrne y Dan Slott son los dos autores que mejor han sabido captar su esencia y su potencial, con etapas que han llevado a Hulka al límite de la viñeta, rompiendo la cuarta pared para hablar con los lectores y con el guionista, siendo efectivamente consciente de su condición de personaje de cómic. Son estas etapas las más recordadas y valoradas por los lectores, y las que mejor aprovecharon todo lo que Hulka puede dar de sí. Todo lo que se ha apartado de este camino ha demostrado ser ineficaz o, como mínimo, anodino. Hulka necesita historias divertidas, sensacionales… y no lo que Mariko Tamaki nos ha dado en estos últimos 16 números.
Después de Deconstruida y Que coman pasteles, Jen Walters debe Morir es el título del volumen recopilatorio que cierra esta última etapa de la gigante de jade. La canadiense Mariko Tamaki (Supergirl: Fuera de lo común, Búsqueda de Lobezno: las garras del asesino) ha cogido a una Jen Walters destrozada física y mentalmente (por el ataque de Thanos y la muerte de su primo Bruce Banner, respectivamente), y la arrastra por el fango del dolor y la autocompasión en una aventura introspectiva que se ha alargado, en mi opinión, demasiados números. Entre medias, ha luchado contra monstruos que compartían un origen extrañamente similar (humanos mutados por sueros y pociones) y se ha enfrentado al Líder. Pero sobre todo, se ha enfrentado a sí misma, haciendo frente a sus miedos hasta recuperar nuevamente el control de su mente y su cuerpo. Igual que el bloqueo que sufrió Hulka en la novela gráfica de John Byrne (recogida en Marvel Heroes: La Sensacional Hulka de John Byrne) que le impedía regresar a su forma humana, el trauma sufrido por Jen Walters ha bloqueado a Hulka en su interior, dejando salir sólo a la figura gris y violenta que hemos visto en los tomos anteriores de este volumen. Sólo a base de la introspección y el perdón podrá Jennifer revertir a su estado anterior. El último número de este tomo, el correspondiente al 163 USA, es el ejemplo perfecto del rumbo que debería seguir la colección desde ese momento: vuelve la Hulka verde y esbelta, con pleno control de su personalidad, y con un tono desenfadado. Y justo entonces… van y cancelan la serie. Así no hacemos carrera de esta chica.
A los lapices tenemos al recién llegado Jahnoy Lindsay (Luke Cage: Everyman), cuyo trazo es bastante normalito y carente de personalidad. No es directamente malo, pero tampoco destaca de ninguna manera. Sólo en el último número que dibuja, el 162 USA, parece que vemos un atisbo de mayor calidad, pero no es suficiente para salvar una serie que llevaba ya tiempo condenada. Por otro lado, el peruano Diego Olórtegui (Ms. Marvel: Meca), que aterrizó en Marvel en 2016 (fichado directamente por la compañía tras ver su arte en redes sociales), realiza un trabajo mucho más destacable en el número 163 USA, que cierra este tomo y el volumen actual. Es, con diferencia, el mejor episodio que he leído desde que Tamaki se hizo con el timón de la serie, pero desgraciadamente ya es demasiado tarde para ver el rumbo que tomará.
La serie termina con un final abierto que da pie a una nueva etapa que, si cae en buenas manos, podría alcanzar las cotas de calidad de las etapas de Byrne o Slott. Pero de no ser así, más valdría que Marvel dejara el personaje en barbecho o como parte de un grupo (como ahora, en los Vengadores), hasta encontrar a la persona adecuada para poder devolver a Hulka el status de personaje fuerte y con una gran personalidad. Como dice Peter David, Hulka es la Wonder Woman de Marvel. Y se merece lo mejor de lo mejor. Panini cierra este ciclo con el tercer tomo de esta colección, que contiene 5 números americanos y un puñado de portadas alternativas, a la espera de que en Marvel vuelvan tiempos mejores para la amazona esmeralda.