Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Se ha horneado un crimen

Se ha horneado un crimen
Guion
John Allison.
Dibujo
Max Sarin.
Color
Sammy Boras.
Traducción
Inma S. Andreu.
Formato
Rústica, 112 págs, color.
Precio
12€.
Editorial
Fandogamia. 2024.
Edición original
The Great British Bump-Off #1-4 (Dark Horse).

Para los que seguimos añorando sin remedio la fantástica Giant Days, es una excelente noticia saber que la dupla John AllisonMax Sarin no ha puesto punto final a su colaboración artística. Se ha horneado un crimen es su nueva obra, esta vez publicada por Dark Horse Comics en EE.UU. y por Fandogamia en España, un whodunnit en clave de humor, con una referencia televisiva clara y personajes con la marca de la casa del guionista, que garantizan interacciones divertidas y diálogos ingeniosos.


Aunque aquí se ha traducido (brillantemente) como Se ha horneado un crimen, el título original de la serie fue The Great British Bump-Off. Explico las referencias: En Inglaterra hay un concurso llamado The Great British Bake-Off, que lleva la friolera de 14 ediciones, y que ha conseguido adaptarse a otros países. De hecho, en España hemos tenido varias ediciones en canales diferentes: la edición con concursantes amateurs que se llamó Bake-Off España (Cuatro), una con famosos Celebrity Bake-Off (Prime Video) y la última recién finalizada llamada Bake-Off: Famosos al horno (TVE). El título de este cómic hace el juego de palabras con «bump-off» (liquidar). Con muy buen criterio, y dado que las ediciones españolas del concurso no han tenido una relevancia suficiente, se ha optado por hacer referencia a una serie televisiva como la clásica Se ha escrito un crimen, cambiando la palabra «escrito» por «horneado», para hacer la referencia culinaria. Fandogamia tiene un filón con su traductora Inma S. Andreu. No sé si el título será cosa suya, pero consigue traducir los numerosos juegos de palabra de Allison con una brillantez absoluta.

La serie gira en torno a una de las ediciones del concurso en la que, justo antes de comenzar, uno de sus participantes resulta envenenado y se encuentra al borde de la muerte. Del resto de concursantes, la pizpireta Shauna es quien descubre a la víctima y propone a la producción del programa que siga adelante, para así poder descubrir quién ha cometido el intento de asesinato y poder llevarlo ante la justicia. Pero para hacerlo, deberá realizar las pesquisas sin levantar la liebre en ningún momento, para que el o la culpable no se huelan que están siendo investigados. Esto dará pie a numerosas situaciones divertidas en las que la concursante intentará seguir adelante sin ser descalificada, al mismo tiempo que desenmascara a quién intentó asesinar a un compañero.


Una de las mayores virtudes de John Allison es su capacidad para caracterizar personajes. En una serie coral como esta, repleta de concursantes de un reality que, de por sí, suele incluir personalidades extremas y muy diferentes, el guionista se encuentra en su salsa. Así, tendremos a un friki de la informática, un conductor de autobuses enamorado de su profesión, una despiadada responsable de compras, o un protésico dental que participa en un concurso de repostería… entre otros muchos. Los momentos delirantes se suceden continuamente y los diálogos son el motor de la acción. Ya comentaba que otra de las señas de identidad de Allison es la cantidad de juegos de palabras y dobles sentidos de sus diálogos, que hacen muy divertido leer cualquiera de sus obras. Además, aquí jugamos con referencias reales, tanto al concurso original, como a las historias de resolver crímenes o concursos culinarios similares que sí llevan años triunfando en España. Cualquier día vemos a Pepe, Jordi y Samantha intentando descubrir cuál de sus concursantes ha intentado asesinar al «malo de la temporada».

Aunque para que una serie como esta funcione debe ir acompañada de un dibujante capaz de transmitir el slapstick sin perder el control en ningún momento. Y Max Sarin es la persona perfecta para cumplir este cometido. Su capacidad plástica y su estilo cartoon son perfectos para transmitir esos momentos de intensidad con expresiones divertidas, ángulos muy forzados y líneas cinéticas, onomatopeyas visuales o tipografías orgánicas. En esta ocasión, no colorea Whitney Cogar, sino Sammy Borras, quien aporta una paleta algo menos intensa que la de Giant Days, pero muy en la línea de la serie de BOOM! para no perder esa identidad tan característica.


En definitiva, Se ha horneado un crimen es una obra mucho más autocontenida que Giant Days, no tan abierta, pero que mantiene el espíritu de sitcom y de historia para pasar un buen rato. Mete en una batidora Se ha escrito un crimen, MasterChef y el sentido del humor de Edgar Wright y tendrás un tomo autoconclusivo de 112 páginas, a un precio imbatible con un sutil aroma a risas y a buen rollo. Probablemente no esté a la altura de la obra más conocida de la dupla, pero su formato y precio hacen de su lectura un rato de escapada y desconexión de alta calidad. El hecho de que Dark Horse hable de esta serie como Volumen uno, abre las esperanzas a que podamos algún día ver una continuación y hacer de cada volumen un nuevo caso de la detective aficionada y sus aliados.

Lo mejor: Lectura fresca, rápida, barata y efectiva. Una vez más, la traducción de Inma S. Andreu.

Lo peor: Si vas buscando una lectura profunda y que deje poso, probablemente no sea lo que esperabas.

Coméntanos algo

No hay comentarios aún. Sé tú el primero

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *