Antes de ponerme a hablar de Historias Probables tengo que admitir una cosa: ¡Me encantan los relatos breves! Así de claro. No sé qué tiene este formato que me enamora. Considero que en este tipo de historias un autor puede demostrar que es realmente bueno si con una extensión breve logra calar en el lector. Y ya os digo que Neil Gaiman no es que sea bueno en este campo, es que es excelente.

Historias Probables. La terrible cotidianidad

Supongo que todos habréis leído Buenos Presagios o American Gods (aunque a mí me gusta más su “secuela”). Si todavía sois de ese tipo de seres sin alma que no lo ha hecho, decir que en esas dos obras se aprecia una de las características que más me gustan de Neil Gaiman. Estoy hablando de la particular manera que tiene de mezclar la fantasía con la realidad, y de su manera de extraer elementos provenientes de las más diversas mitologías o folclores para insertarlos en ambientes terrenales y urbanos.

Historias Probables nos ofrece cuatro pildoritas de pura magia made in Gaiman. Usando como excusa las charlas de un bar llamado Diógenes, la ancestral tradición de la transmisión oral cobra una nueva dimensión con unos resultados que se concentran en un puñado de páginas memorables, ofreciendo muchas más lecturas de las que a priori pueda parecer.

Esta nueva obra de Neil Gaiman nos hará conocer a un joven que ha contraído una e.t.s de manera inexplicable. De ahí pasaremos a una anciana que tan solo puede alimentarse de carne cruda o a un fotógrafo obsesionado con una modelo de revista para adultos. Finalmente, tendremos un colofón con un cuento de fantasmas lleno de sorpresas que es de lo mejorcito que he leído en la materia.

Decía más arriba que en Historias Probables nos daremos de bruces con una cotidianidad salpicada de terror, cuya lectura conseguirá hacernos abarcar un amplio espectro de emociones: desde muecas de terror, pasando por una dolorosa empatía o incluso risas (y alguna que otra carcajada) motivadas por el fino sentido del humor negro que se gasta el guionista en algunos diálogos.

Es posible que esta obra no sea del gusto de mucha gente. Y es que Gaiman deja abiertas las historias de manera totalmente planificada. Un detalle que puede parecer menor pero que, en mi opinión, entronca a la perfección con el aroma de leyenda urbana que destila Historias Probables.

Posiblemente sea una de las mejores adaptaciones que ha hecho Gaiman de sus publicaciones en prosa. Una desbordante tormenta de imaginación e ideas escalofriantemente profundas que te engancha desde la primera página. Claro, que el dibujo también ayuda.

Y es que la lectura de Historias Probables ha supuesto mi reencuentro con el gran Mark Buckingham. El dibujante, del que no leía nada desde Fábulas, realiza un trabajo fantástico mostrando un abanico de recursos abrumador, especialmente en esos primeros planos y expresiones faciales que saben transmitir la magia de las palabras de Neil Gaiman. El aspecto artístico de la obra es completado por la acertada paleta de colores de Chris Blythe.

En definitiva, estamos ante una obra que encantará a los seguidores del autor y a todos aquellos que busquen una buena lectura con más sustancia de la que aparenta.

Si os quedáis con ganas de más, pues a leer The Sandman, La Última Tentación, American Gods, El puente del Troll o Cómo hablar con chicas en fiestas.

PD: Existe una adaptación televisiva de estos relatos emitida en 2016 en la televisión inglesa.