Puede que a muchos se os haya pasado la publicación de High Crimes, editado por Panini Cómics el pasado mes de mayo. Puede ser algo lógico, teniendo en cuenta que no está firmado por nombres tan importantes como Ennis (Sara), Lemire (Sentient) o Strazcynski (The Resistance). Cito estos ejemplos como exponentes de algunas obras del mercado independiente que la editorial italiana nos ha traído estos últimos meses. Pero al igual que con obras como Libra por libra, conviene estar atentos porque podemos encontrar algunas joyas en bruto.
High Crimes fue originalmente publicada en 2013 en formato digital por Monkeybrain Comics. Tras muchos esfuerzos la serie ha contado con dos recopilaciones por parte de Dark Horse y después de Image Comics. En su momento logró dos nominaciones a los Eisners como mejor cómic digital y mejor serie nueva, por lo que estamos ante una historia a tener en cuenta. Además puede que su guionista, Christopher Sebela, no os suene, pero este año ha sido nuevamente nominado a los prestigiosos Oscars del cómic por su obra Crowed.
Se estima que alrededor de 280 personas han perdido la vida escalando el Everest en los últimos años.
Este dato tan escalofriante es el catalizador de High Crimes. Sebela nos presenta a unos protagonistas que en apenas un par de pinceladas quedan perfectamente retratados. Tenemos a Haskell, un cazador de tumbas que se encarga de encontrar los cadáveres, identificarlos y pedir una barbaridad de dinero a sus familias por entregarles el cuerpo. Luego está la auténtica protagonista: Zam, antigua atleta olímpica caída en desgracia, adicta a todas las drogas posibles, incapaz de mantener una relación…
Por lo tanto los autores nos presentan a dos personajes rotos, de dudosa moralidad y con mucho miedo tanto de mirar atrás como al futuro, que se limitan simplemente a sobrevivir en uno de los lugares más peligrosos del planeta. Su turbia existencia se tambalea cuando encuentran un cuerpo que no debían hallar.
High Crimes, puro género negro en viñetas
El cadáver misterioso con el que se topan Zam y Heskell entraña algunos de los mayores secretos del mundo libre. Su hallazgo será el pistoletazo de salida en una carrera por la supervivencia que como lectores nos mantendrá atrapados desde la primera página, gracias a su premisa sencilla pero increíblemente bien ejecutada.
Sebela nos regala a una protagonista que es digna de estudio. Zam es una mujer abocada hacia la autodestrucción que de buenas a primera deberá enfrentarse a sus demonios y hacerles frente (muy en la línea de la primera Jessica Jones de Brian Michael Bendis). Para ello, el guionista alterna con gran eficacia los flashbacks en los que nos cuenta cosas del pasado, tanto de Zam como del misterioso cadáver, con monólogos internos de nuestra descarriada deportista.
Mención aparte merece el uso que hace del monte Everest. La montaña es un personaje más, mostrándose como un titán imbatible e inexpugnable. Hay escenas en las que la sensación de agobio, claustrofobia y desesperación provocada por los impredecibles efectos de la naturaleza están realmente bien conseguidos. Como punto negativo hay que reconocer que la narrativa es lenta en algunas ocasiones y puede pecar de deleitarse demasiado en la miseria de Zam. También hay algunos pasajes de la historia algo densos y probablemente el resultado (que de por sí es positivo) habría sido mucho mejor si el autor hubiera tenido un poquito más de capacidad de síntesis. De todos modos no olvidemos que no deja de ser su primera obra.
En la parte gráfica nos encontramos con el grato descubrimiento de Ibrahim Moustafa, que proviene del mundo del diseño gráfico y cuyo estilo sucio que recuerda mucho a Michael Gaydos o Sean Phillips. Incluso le sienta como anillo al dedo al tono de High Crimes. La ambientación y las escenas más opresivas lucen de maravilla en sus manos. Su narrativa es correcta y sin grandes alardes, pero sin embargo echa el resto en lo que se refiere a la composición de página cuando toca mostrar toda la furia del Everest.
La edición de Panini Cómics luce muy bien con papel de calidad y encuadernación en cartoné. Incluye algunos extras como diseños y textos de los autores, pero por el camino se ha dejado la introducción de Greg Rucka (que perfectamente podría haber firmado la obra) que estaba incluida en el recopilatorio americano.
En definitiva High Crimes es un tebeo recomendable. Una historia de supervivencia adictiva que os enganchará desde el primer momento.