Me tiene contento Jason Aaron como guionista de Los Vengadores. No solo está abusando de su famosa narración en varios momentos temporales (lo que le salió bastante bien en Thor, pero no tanto en Star Wars o en Conan), sino que, además, parece no tener ideas suficientes, y no para de hacer refritos de otras sagas pasadas como World War Hulk o Fénix Oscura (con una pizca de Vengadores VS X-Men). Para rematar el colmo de la insensatez, ahora se atreve con Heroes Reborn.
Hay que tenerlos muy gordos para evocar uno de los momentos más oscuros de la historia editorial de Marvel Comics. La Heroes Reborn original fue un movimiento comercial orquestado por La Casa de las Ideas mediante el cual, durante un año, los estudios de Jim Lee y Rob Liefeld de Image Comics se encargarían de revitalizar las cabeceras de Capitán América, Iron Man, Vengadores y Cuatro Fantásticos. Es recordarla y entrarme unos escalofríos de tres pares de pelotas.
Por fortuna, el evento de Heroes Reborn que se ha sacado Aaron del bolsillo no tiene nada que ver con el original. Para dar un poco de contexto: en el mundo de HB Los Vengadores nunca se formaron, Steve Rogers nunca fue rescatado del hielo o Tony Stark jamás construyó la armadura que le salvó de morir víctima de una herida de metralla. El único que recuerda todo es Blade (sí, Blade es vengador), que tendrá que descubrir la manera de devolver las cosas a la normalidad en un planeta Tierra donde el Escuadrón Supremo de América parte el bacalao (sobre todo Hiperión).
Lo bueno que podemos decir de Heroes Reborn es que es un evento muy contenido, con una miniserie que ocupa el puesto de la cabecera de Los Vengadores durante los meses que dura su publicación, a la que hay que sumar una decena de especiales que ofrecen más información sobre el mundo en cuestión. Vamos, el modelo que hizo popular la editorial en 1995 con la publicación de La Era de Apocalipsis. Sin embargo, hay una diferencia enorme: El mencionado crossover contó con los mejores autores que había trabajando para Marvel en ese momento. Con Heroes Reborn no tenemos tanta suerte, y lo que nos encontramos son un montón de medianías que dan como resultado un trabajo insulso y mediocre, salvo un par de excepciones.
Un aspecto que me ha llamado la atención es que algunos de los especiales cuentan con una cronología y continuidad ficticia, haciendo alusión a series o números anteriores inexistentes. Una fórmula inocente y sencilla de dar algo de empaque a Heroes Reborn. Además, parece que ha habido alguna directriz que haya obligado a los autores a buscar más parecidos (llamados también homenajes o plagios según tengáis el día) con el Universo DC para perpetuar la coña de que el Escuadrón Siniestro/Supremo original surgió como la respuesta de Marvel a la Liga de la Justicia de América de la competencia. Lo que pasa es que en la mayoría de los casos acaba siendo un chiste sin gracia y encima mal contado.
Heroes Reborn: Compendio ofrece cinco especiales de desigual calado
El tomo comienza con Hiperión y la Guardia Imperial (o la Legión de Superhéroes). Escribe Ryan Cady (hola, buenas, mucho gusto, no sé quién eres) en una historia bastante entretenida en la que logra hacer una buena interpretación de los personajes, además de mostrar una versión muy curiosa de los Saqueadores Estelares formados por miembros de estos, de los Guardianes de la Galaxia y de la Patrulla X. Candy sabe manejar lo que le cae en su caja de arena ofreciendo una historia entretenida que acaba con un cliffhanger de aúpa que da algo de forma a este universo temporal de pacotilla.
El segundo especial tiene como escritor a Marc Bernandin (su mayor logro es ser colega de Kevin Smith), que a lo tonto se casca el mejor especial de todos, mostrando a un Peter Parker al que nunca le picó la araña radiactiva y que acaba ganándose la vida sacando fotos de Hiperión en acción. Vamos, que lo convierten en un Jimmy Olsen de segunda. Lo interesante es cómo Bernandin nos muestra el lado más heroico de un Peter más pardillo que nunca y sin poderes. Una especie de camino de autodescubrimiento, haciendo gala de un sentido de la responsabilidad que no ha tenido el catalizador que todos pensamos. Además, el final es de los que te golpea la patata con un, muy bien mezclado, cocktail de épica y drama.
Seguimos con Magneto y la Fuerza Mutante. De este especial lo más reseñable que podemos decir es que está escrito por Steve Orlando. De esta manera debuta un guionista que ha desarrollado el grueso de su carrera en DC (dudo que hayan soltado lágrimas por su marcha). Sin duda es el especial más flojo de todos, con un batiburrillo de personajes que se dedican a ir de un lado a otro pegándose con quien toca. A los cinco minutos de leerlo ya me había olvidado.
Jim Zub da la bienvenida al Young Squadron. Este escritor todoterreno que no tiene ni obra maestra ni tampoco tebeo aburrido, se muestra en su línea al escribir un divertido especial que reúne lo que hemos visto durante su etapa en Campeones, pero sumando mucho del tremendo significado que tiene el concepto de legado en los cómics de DC. Nuevas versiones de Halcón, Ms. Marvel y Nova con alguna que otra sorpresa en sus identidades secretas. Ya le podrían haber dado a Zub más encargos dentro de Heroes Reborn.
El último especial nos da la bienvenida a la Sociedad Asedio (la versión Heroes Reborn de los Thunderbolts). Escribe Cody Ziglar, habitual en el staff de creativos de Rick & Morty, que desata toda su creatividad en un número muy loco, con muchísima acción… Pero totalmente intrascendente. Estamos ante una circunstancia totalmente asumida que permite al guionista escribir algunas escenas realmente cafres, contando además con la ayuda del gran Paco Medina a los lápices que, de largo, es el mejor dibujante que veremos en este primer tomo compendio de Heroes Reborn.
En definitiva, aconsejo la compra a aquellos completistas enfermizos de los crossovers Marvel, aunque también gustará a quien disfrute de los What If? más simples y funcionales.