Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Heroes Reborn: Capitán América

Heroes Reborn: Capitán América
Guion
Jeph Loeb, Rob Liefeld, Chuck Dixon, James Robinson
Dibujo
Rob Liefeld, Joe Phillips, Homage Studios, Travis Charest, Joe Bennett, Al Rio, Ed Benes, Dan Fraga
Tinta
Jon Sibal, Marlo Alquiza, Lary Stucker,, Sandra Hope, Al Rio, Homage Studios, Mark Irwin
Color
Brian Haberlin, Extreme Color, Andy Troy, Don Skinner, Wildstorm FX, Nathan Lumm
Formato
Tomo en tapa dura. 360 páginas a color
Precio
32,50
Editorial
Panini Comics. 2019
Edición original
Captain America 1-12 USA

En la realidad de Heroes Reborn, Steve Rogers parece haber encontrado la vida de sus sueños, pero ha llegado el momento de que Nick Furia y Sam Wilson le despierten. ¡Ha llegado la hora del regreso del Capitán América!

Como se suele decir, lo mejor para el final. Panini publica, por fin, el integral de lujo que esta obra se merece: ¡el Capitán América de Rob Liefeld! El cómic por antonomasia de la época Heroes Reborn, y que puso al denostado dibujante en boca de todos… y en algún que otro punto de mira. Todo comenzó con una imagen promocional del Capitán América, obra de Rob Liefeld, en la que el afamado héroe (me refiero al Capitán) exhibía unos músculos pectorales exorbitantes. Una imagen que levantó ríos de tinta y que dio origen a, que se sepa, la única asociación en defensa de este dibujante. Y tiene tetas fue el artículo en el que se defendía (irónicamente, por supuesto) esta ilustración, pero luego ves una foto de un joven Arnold Schwarzenegger luciendo pectorales, y te das cuenta de que el bueno de Rob tampoco andaba muy desencaminado con su dibujo. Sea como fuere, el cómic salió a la luz con fecha de portada de noviembre de 1996, y nada volvería a ser lo mismo para el héroe de las barras y estrellas. Después de Los 4 Fantásticos de Jim Lee, Los Vengadores de Liefeld et al y el Iron Man de Whilce Portacio le toca el turno a Heroes Reborn: Capitán América, de Rob Liefeld. El tebeo con mayúsculas.

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¿Tan temprano y ya borracho, Steve?

Rob Liefeld (OGN Masacre: Mal Rollo, Glory), fan confeso del Capitán América, tenía intención de darlo todo con este tebeo y, conocedor de sus limitaciones como guionista (porque como dibujante de todos es sabido que no las tiene), tanteó al mismísimo Mark Waid para que le escribiera los diálogos. Waid, que se estima en lo que vale, rechazó gentilmente la oferta, de manera que la tarea recayó en el guionista comodín de la casa, Jeph Loeb (Heroes Reborn, Superman: El nuevo milenio). Entre el todoterreno LoebChuck Dixon (DC/Dark Horse: Aliens, segundo asalto, Batman: Prólogo a la caída del Caballero Oscuro) y James Robinson (Nick Furia: Operaciones encubiertas, He-Man y los Masters del Universo) crearon un nuevo universo alrededor del Capitán América. Uno en el que no quedó congelado en un bloque de hielo, sino que era el propio Gobierno de los EEUU el que congelaba y descongelaba al Capitán Pescanova América en función de las necesidades de la Administración de turno. Así, el Capitán estuvo en las guerras de Corea y Vietnam, así como en algunas operaciones sucias del Gobierno, todo sancionado por la mayor organización de espionaje del mundo: SHIELD. Una idea que Ed Brubaker rescataría para su Soldado de Invierno en su etapa al frente del Capitán América en 2005.

Los seis primeros números de esta colección, que tuvieron a Liefeld al timón, son un festival de poses imposibles, dientes apretados y molonidad a niveles estratosféricos. Después de todo, ¿no era eso lo que se esperaba de él? ¿No era eso por lo que le habían contratado? En teoría sí, pero se dio la paradoja de que el estilo que tantos fans acumulaba en la primera mitad de los 90 en X-Force y en Image no le terminó de granjear las mismas simpatías en la segunda mitad de la década. O igual es que su estilo no funcionaba con el Capi. O igual es que aquí lo hacía demasiado bien. Sí, y no bromeo. El Liefeld que tenemos aquí es infinitamente más comedido que en otras obras suyas. Debió ser por la admiración que sentía por el personaje, o porque sentía que debía ganarse el (millonario) sueldo que Marvel le pagaba o porque en algún momento aprendió algunos trucos del oficio y quiso ponerlos en marcha. El caso es que, leyendo ahora estos seis números suyos, ¡resulta que no están tan mal! No me malinterpretéis, no es ningún Alan Davis. Sigue siendo Rob Liefeld, y de donde no hay no se puede sacar, pero si dejamos al lado los problemas de perspectiva, la ausencia de fondos, y la agobiante profusión de rayitas en sus dibujos, resulta un tebeo la mar de disfrutable, incuso ahora, más de 20 años después.

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Si buscamos espectacularidad, dientes y brillos, Rob! nunca decepciona.

Tanto es así que, tras el despido fulminante de Rob Liefeld, Heroes Reborn: Capitán América cayó en manos de dibujantes del estudio Wildstorm como Travis Charest (Hulk vs La Cosa: Grandes tortas, WildC.A.T.S. de Alan Moore), Joe Bennett (Ninjak contra el Universo Valiant, Aquaman: ¡Hundid Atlantis!), Ed Benes (Wonder Woman: Sacrificio, Superman: Los últimos días de Superman), meros clones de Jim Lee sin personalidad ni estilo propio. Los nazis a los que el Capitán se enfrentó en la primera mitad de esta obra son ahora reemplazados por los Hijos de la Serpiente, una organización supremacista blanca que pretende «limpiar América» de razas inferiores. No se le escapa a nadie la ironía de que vaya a detenerles el arquetipo de hombre ario, alto, rubio y de ojos azules. Tras la revelación de que toda su vida había sido una gran mentira, y decepcionado con el comportamiento de su Gobierno y SHIELD tras los acontecimientos del crossover Revolución Industrial, Steve Rogers decide redescubrir su América, dejada por él de lado durante tantos años, a lomos de una motocicleta (americana, por supuesto) con la que recorre el continente de costa a costa. En la primera página del número 8 tenemos la ominosa imagen de un águila cazando una serpiente, presagio de lo que está por suceder.

El Capitán América de estas páginas tiene los pies más en la tierra que el superhéroe vengador que estamos acostumbrados a ver. Aquí lucha contra amenazas más reales, como el fascismo (encarnado en el Partido Mundial con el que el renacido Cráneo Rojo pretende conquistar el mundo) y el racismo fruto del odio y la ignorancia. Es un Capitán que recuerda al de Roger Stern y John Byrne de los años ochenta, un héroe urbano, más americano que cósmico, no tanto un vengador que nos protege de amenazas interplanetarias como de los delincuentes de las zonas chungas de Brooklyn.

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Ya era hora de que se recuperara por estas tierras la obra magna de Rob Liefeld, su Heroes Reborn: Capitán América. Un tebeo que ha soportado el paso del tiempo sorprendentemente bien, tal vez porque trata temas que son tristemente vigentes hoy en día, como el fascismo y la intolerancia. Liefeld lo dio todo con este tebeo, pero el público no respondió como se esperaba. Y aunque las ventas no fueron precisamente bajas (su último número al frente, el 6, vendió más de 116.000 copias en librerías), no justificaba el pastizal que se estaba embolsando. Pero como en Marvel no son rencorosos, le permitieron regresar años después para episodios puntuales de otras colecciones, pero nunca más al Capitán América. Ya sabéis lo que dicen del gato escaldado. La edición de Panini es excesivamente sobria, añadiendo como extras únicamente las portadas alternativas, y sin incluir, imperdonablemente, la imagen que dio origen a todo: la del Capitán América con tetas. Pero tranquilos, que aquí os la dejamos nosotros: LINK.