Herejías es un compendio de historias para adultos, inspiradas en gran medida en imaginería de la religión católica, textos bíblicos y supersticiones comunes. Y todo ello expresado desde un punto de vista oscuro, mordaz y crítico de la mano de este joven autor ganador de la presente edición del Premio Art Jove. Herejías toma su inspiración de cómics como Sandman, Hellblazer o Preacher, pero en un terreno más íntimo y cercano a la cultura mediterránea y europea.
Se habla en otros medios, e incluso en la propia sinopsis facilitada por la editorial, de las reminiscencias a la serie de televisión Black Mirror. Y, vamos a ver: no. Black Mirror trataba sobre las consecuencias del uso exagerado o inconsciente de la tecnología en nuestra vida cotidiana: redes sociales, internet, realidad virtual… Nada de eso está presente aquí. En su lugar lo que tenemos es un compendio de historias cortas en las que existe el elemento común de un factor religioso más o menos presente. Curiosamente, la historia corta que hizo ganar al autor el Premi Art Jove del Instituto Balear de la Juventut, Cuento de Navidad, trata sobre un joven al que una droga permite percibir la realidad tal y como es, sin hipocresía ni medias tintas. Una historia que, aunque interesante y bien contada, nada tiene que ver con la religión.
Tanto el título de la obra como su portada (un Cristo a los pies de su cruz fumándose un cigarrillo) pretenden llamar la atención sobre lo que habremos de encontrar dentro: un compendio de herejías con el propósito de… ¿escandalizar? ¿hacernos reflexionar? Quiero pensar que el objetivo del autor no es ninguno de éstos, sino tan solo divertir y entretener al lector. Porque, en verdad, son relatos que ni escandalizan ni invitan a la reflexión. Tal vez hace 40 o 50 años habrían resultado impactantes, sin duda, pero hoy día no es difícil encontrar obras mucho más transgresoras en este y otros medios. Si hubiéramos de buscar un paralelismo televisivo para hacer más digerible esta reseña, no sería Black Mirror, sino tal vez algunos capítulos de Historias de la Cripta o En los Límites de la Realidad. Historias de terror light, con un giro final, algunas más predecibles que otras, acompañadas de un estilo de dibujo que se adapta al tipo de relato que está contando. Porque aunque las historias de Herejías no sean particularmente brillantes (lo cual no quiere decir que sean malas), es en el dibujo donde Tomeu Riera brilla con luz propia. A pesar de su juventud, a Riera se le ven abundantes tablas en el diseño de páginas y el marcaje del ritmo narrativo. Especialmente reveladora me parece la primera historia del volumen, en la que un feliz padre de familia se ve tentado por una joven en una fiesta, para luego descubrir que no es lo que a primera vista parecía. Esta primera historia marca el tono del resto del libro, aunque por desgracia ninguna de las siguientes historias está al mismo nivel.
El autor buñolino Tomeu Riera se especializó en Dibujo estudiando Bellas Artes en la Universidad de Barcelona. Ha colaborado como humorista gráfico en varias revistas y periódicos, y ha ganado varios premios en distintos concursos de cómic. Ha sido diseñador gráfico en la industria de videojuegos para móvil, y actualmente estudia un máster de Concept Art a la vez que escribe sus propias historias. En este volumen alterna las páginas de cómic con el relato corto, haciendo de este tomo una experiencia diferente a lo que estamos acostumbrados. Los relatos e historietas contenidos en este libro (motivo por el que no se le puede llamar novela gráfica bajo ningún concepto) parten de premisas conocidas y lugares comunes, pero no debemos confundir la falta de originalidad con falta de calidad. El que una historia no sea original no la convierte en mala. Y Riera sabe desarrollar sus historias por buen camino, merced sobre todo a su buen oficio en el apartado gráfico. Sus páginas, aun sin ser de primerísima calidad (disculpemos su juventud y falta de experiencia), cumplen sobradamente con su función narrativa gracias a una construcción de viñetas sólida y fluida.
Puede que este Herejías no sea el cómic blasfemo y rompedor que algunos quieren vendernos, pero la realidad es que no necesita de esa publicidad. Es un cómic que se sostiene por méritos propios sin necesidad de promociones sensacionalistas, que tal vez perjudican más que benefician su comercialización. Si esta es una carta de presentación, podemos augurar a Tomeu Riera un brillante futuro en este sector.