Jamás olvidaré,queridos lectores,  aquel espantoso verano, hace dieciséis años, en que, como un demonio maligno de las moradas de Eblis, se propagó el tifus solapadamente por toda Arkham. Muchos recuerdan ese año por dicho azote satánico, ya que un auténtico terror se cernió con membranosas alas sobre los ataúdes amontonados en el cementerio de la Iglesia de Cristo; sin embargo, hay un horror mayor aún que data de esa época: un horror que sólo yo conozco, ahora que Herbert West: Reanimador ya no está en este mundo.

Herbert West: Reanimador es una adaptación al cómic de los seis relatos de HPL sobre este investigador obsesionado con vencer a la muerte. Relatos que suelen considerarse una única obra aunque realmente son diferentes historias cortas. No es la primera vez que se adaptan al cómic (ni al cine), pero he de deciros que ésta es , quizás, la mejor de las versiones que he leído.

Edu Molina adapta no solamente la historia original (dejadme que hable de los cuentos como una novela corta) sino que capta a la perfección el tono de la obra.

Desde la mismísima portada notaremos esa angustia que parece rodear los pasos de este médico.

A nivel de guión, aún sabiendo casi seguro lo que va a pasar (creo que la mayoría de los lectores de este cómic conocemos la obra original) estaremos inmersos en el miedo, la ignorancia, el suspense.. Y aún estando casi seguros de los horrores que van a suceder (jugar a ser dios ya sabemos como suele terminar, y el camino al infierno está adoquinado con buenas intenciones…) sentiremos un escalofrío de angustia.

El dibujo es precioso y nos sumerge en un clima onírico, una historia vista a través de los ojos de otra persona. Realmente no estamos ante una historia que veamos como una pelicula; tenemos una historia muda, la suma de los recuerdos del narrador. Y es su voz la que, a veces, nos ilustra. Son sus recuerdos los que explican los hechos recordados. A veces…

Este tono de recuerdo fugaz, de escena recordada a través del tiempo se refuerza con recursos como el cambio de estilo de una viñeta a otra. Composiciones a toda página, viñetas-página, difuminados frente a dibujos detallados, blanco sobre negro al lado de negro sobre blanco…

Todo junto nos hace sentir ese desasosiego propio de las buenas historias de terror.

Podríamos decir que estamos ante una obra de cine expresionista alemán, pasada por el filtro del cine noir y retocada con el estilo de los -ísmos de los años posteriores a la Gran Guerra.

Pero todo esto no quiere decir que estemos ante una narrativa confusa. En absoluto. Para estar seguro (ay, cuanto me sacrifico por vosotros, queridos lectores, releyendo tebeos que me gustan) esperé un par de dias y lo releí mirando únicamente el dibujo; evitando los textos. Cierto es que ya se por donde va la historia, pero la obra conserva la misma fuerza e impacto en el lector sin palabras.

Tal vez incluso posee más fuerza leído en modo historia muda.  Después de todo ” el miedo es una de las emociones más antiguas y poderosas de la humanidad, y el tipo de miedo más viejo y poderoso es el temor a lo desconocido…”.

Me ha parecido entrever; como un secreto nunca revelado, a través de murmullos y rumore; un juego estético del autor. Un hilo que cose las diferentes épocas que el narrador recuerda en una noche horrible de confesiones. No os dirá más, porque me parece un efecto muy sutil y elegante; aunque no es dificil de observar si nos fijamos. Como pista, aparece en la primera página, aunque no nos fijemos en él.

Toda la obra es en blanco y negro, excepto esa inquietante, sugerente y espectacularmente malrollista portada…

La edición de Diábolo incluye una sección final de ilustraciones y bocetos que da gusto ver.

¿Por qué leer Herbert West: Reanimador?

Entras perfectamente en el inquietante mundo de West. Un dibujo brutal sin necesidad de caer en el gore ni tener que usar litros de tinta roja.

¿Por qué no leer Herbert West: Reanimador?

Buscas un terror más moderno, de monstruos claramente malvados y muchas visceras volando. Para eso mejor busca la película del 85 🙂