Mike Mignola nos mintió a todos. Con toda la malicia del mundo, dejó que la sombra de la angustia se asomara en los corazones de los fans de Hellboy ante la amenaza del fin de sus aventuras. En 2012 el fin del mundo que nos preocupaba no era aquello del calendario maya, sino que salía el primer número de Hellboy in Hell y Mike Mignola terminaría la saga de su gran icono rojo.
Pero ladino que es el genio californiano, se guardaba un as en la manga y, en realidad, nos quedaba Hellboy para rato. Este año 2024 ha llegado a las tiendas españolas Hellboy y la AIDP 1957. Llevamos ya 10 años con esta fórmula, desde que comenzara con Hellboy y la AIDP 1952, y así puede seguir mientras su creador así lo decida. Mignola no es ningún chaval y, desgraciadamente, no siempre lo tendremos haciendo Hellboy, pero con este modelo, su legado podría incluso su legado trascender al autor y quién sabe si a futuro podremos ver aventuras de Hellboy y la AIDP en los 60, los 70 o los 80.
Por lo pronto, Hellboy y la AIDP 1957 mantiene la estructura de antología que ha venido teniendo esta cabecera, si bien esta vez es incluso más antología que nunca. Continúan al guion Mignola y Chris Roberson, su compinche desde que John Arcudi abandonara el nido para volar solo. Sin embargo, así como en entregas anteriores se alternan historias cortas con miniseries de entre dos y cinco números, Hellboy y la AIDP 1957 se compone de cinco one-shots más una historia corta extraída de un especial navideño. Esto significa 6 historias distintas con seis dibujantes distintos en seis entornos distintos con seis misterios distintos y además con distintos compañeros de la AIDP. Eso sí, mantenemos el año y al bueno del rojo con todo el sabor de sus aventuras.
Así, tendremos a un Laurence Campbell (AIDP: Demonio conocido) tal vez un poco más acelerado de lo habitual pero igualmente rebosante de fuerza y drama en la historia titulada Los familiares. Hellboy y la agente Susan Xiang lidiarán en Dayton, Ohio, con un caso de posesión demoníaca de una anciana que tal vez es peor ralea que el propio demonio que tiene dentro.
En Vidas olvidadas Stephen Green (Sea of Stars) dibuja a Hellboy y papá Bruttenholm tras la pista de una extraña aparición en un cementerio de indigentes lleno de fosas comunes de muertos anónimos. Esta historia viene a ser un homenaje a tantos autores olvidados de los viejos pulps de los que tanto bebe el universo Hellboy.
Shawn Martinbrough (Ladrón de ladrones) es el encargado de dibujar el guion de Mignola y Roberson para El cielo se desploma, que nos lleva a uno de esos pueblos de Nueva Inglaterra tan presentes en estas historias. El compañero de fatigas del rojo tras lo que parece ser un caso OVNI será el Dr. Woody Farrier, un criptozoólogo un tanto desmoralizado tras años de infructuosa búsqueda de una nueva especie.
Simetría terrible no trae a la británica Alison Sampson (Winnebago Graveyard) en su estreno en el hellboyverso y con un estilo tal vez más cercano al underground de lo que estamos acostumbrados por estos lares. Presentan a Virginia Payne, una estudiante de posgrado de la que descubrimos que fue compinche de aventuras de un jovencísimo Hellboy en el pasado y que se une a él de nuevo para investigar los ataques de un misterioso animal enraizado en viejas creencias de La India. Atentos a Ginny Payne que volverá a acompañarnos en futuras entregas.
Es Mike Norton (Revival) el dibujante de Desde abajo, ambientada en un viejo aserradero de Oregón, con un serie de fenómenos misteriosos tras los que podría estar la Hermandad Heliópica de Ra.
Y por fin concluimos con Feliz año nuevo, Ava Gallucci y nos ubica en la fiesta de fin de año de 1957 en una mansión victoriana inglesa donde a los anfitriones de Hellboy se les saldrá de madre una sesión de espiritismo. Dibuja Ben Stenbeck (Hellboy: El club de la linterna de plata), un viejo conocido
Al final muchas historias muy breves en Hellboy y la AIDP 1957 nos dejan un tomo tal vez algo más ligero de lo habitual, que abraza más que nunca esta fórmula antológica para ir haciendo check en cada uno de los lugares comunes del universo Hellboy. Probablemente sabe más a poco que otras entregas, pero tiene todos los ingredientes que nos gusta leer a los viejos fans del rojo y, por su naturaleza autoconclusiva, su ligereza y la variedad de ámbitos del microgénero Hellboy que toca, también podría ser una buena puerta de entrada para picar a aquellos que quieran curiosear este universo por primera vez. No hay grandes historias memorables en Hellboy y la AIDP 1957, pero en la línea del sabor de los viejos pulps de lo que bebe, nos da un buen rato de entretenimiento y montones de oscuros mundos que visitar.