Con tan solo un mes de diferencia con respecto a la entrega anterior, llega Hellboy: Los huesos de los gigantes, la segunda vez seguida en mucho tiempo con el logo de Hellboy en solitario y sin la coletilla «y la AIDP». Sin embargo, si bien comentábamos que en el caso de Hellboy: El club de la linterna de plata este hecho podía ser un tanto tramposo, en este caso estaríamos en situación de decir que estamos ante una historia de Hellboy completamente dentro de la línea del canon más clásico… aunque también tenga truco.
Siempre y cuando el señor Mignola no cambie de opinión, no hay vuelta atrás y con Hellboy en el infierno se puso fin a todo lo que nos podría dar el personaje si miramos en dirección al futuro, pero llevamos desde entonces unos cuantos años descubriendo que el pasado aún puede dar de sí tanto como quieran sus autores. Sin embargo, por lo general han procurado no moverse más allá de la década de los 50 y dejar las historias más cercanas al filo del cambio de siglo para los relatos del canon de Hellboy (sin aditivos).
Sin embargo, la historia Hellboy: Los huesos de los gigantes nos lleva a 1988 y aquí está el truco que os adelantaba. En realidad este cómic es una adaptación de la novela homónima que publicó Dark Horse en 2001 — y que llegaría a España en 2007 —, escrita por Christopher Golden bajo la atenta mirada de Mike Mignola, quien también ponía las ilustraciones. Ambos serán los encargados de la adaptación para que sea Matt Smith quien nos cuente la historia en dibujos.
Pero cuidado y no confundamos a este dibujante con otros Matt Smith del mundo del cómic y mucho menos con el actor que encarnara al undécimo Doctor. Este Matt Smith no es el que dibujó El día del juicio o — curiosamente — gran parte de las aventuras de dicho Doctor. Tampoco es el autor canadiense del webcomic Smith vs. Smith ni el editor de 2000 AD. Este Matt Smith es un autor afincado en Massachusetts que se dio a conocer con Barbarian Lord, donde ya mostraba su devoción por la obra de Mignola. Desde entonces lo hemos visto en series como Lago de fuego o Folklords y parece que ha llegado para quedarse en la plantilla de artistas del hellboyverso una temporada.
Mignola, Golden y Smith nos llevan a Hellboy y Abe Sapien a Suecia, a cuyos parajes helados ha traído algo la tormenta. Se trata del cadáver de un tipo grande y barbudo a cuyo lado hay un martillo que nadie parece poder levantar. Cuando Hellboy lo coge quedará unido a su mano y las visiones de su motológico dueño los meterán a él y a Sapien en una aventura tras la pista de Thrym, el rey de los gigantes de escarcha.
Hellboy: Los huesos de los gigantes sigue el esquema más canónico de misterio + folclore/mito + investigación + monstruo + mamporros que fundamentan los primeros años de Hellboy. Tengamos en cuenta que la novela aparece en 2001, en paralelo a la saga de El Gusano Vencedor, que es probablemente el punto en que empieza a construirse en firme la macrotrama a largo plazo que concluirá con La tormenta y la furia. Hasta entonces, el grueso de las historias de Hellboy se nutrían de este esquema y más teniendo en cuenta que esta parte de una novela, que persigue ser un historia contenida y es por eso que Hellboy: Los huesos de los gigantes es un cómic en el más puro espíritu clásico de nuestro demonio rojo.
Contribuye también a eso que Matt Smith mimetice la estética de Mignola. Tal vez no llegue a la prodigiosa capacidad de síntesis y depuración compositiva del californiano padre de la criatura, pero asimila su espíritu expresionista y captura su look & feel sin perder por ello sus propias señas de identidad como ese trazo algo más suelto y unas formas más ajustadas al canon del realismo. Si bien se postula como una elección perfecta para hellboyverso y roemte grandes alegrías a futuro, no llega en cualquier caso por ahora a la genialidad atmosférica y narrativa de un Mignola o un Duncan Fegredo.
En cualquier caso, si ya decíamos que Hellboy: El club de la linterna de plata suponía una magnífica entrada al universo de Mike Mignola, Hellboy: Los huesos de los gigantes, es una iniciación perfecta al canon del Hellboy puro y duro y además abre la puerta a traer al cómic, medio original del personaje, otras novelas como El ejército perdido o las antologías de Relatos Insólitos.