¿Se podía seguir haciendo historias de nuestro Anung Un Rama tras el final de Hellboy en el Infierno? Hellboy: Aquel mar silencioso nos demuestra que sí. Al fin y al cabo, Hellboy se ha caracterizado desde sus inicios por historias pequeñas, en muchas ocasiones de temporalidad poco definida y siempre con el sabor pulp que tanto gusta a Mike Mignola.
En este caso, su creador y guionista nos sitúa tras Hellboy: Lugares extraños, donde dejábamos a nuestro diablo rojo en una travesía por mar, a bordo de un bote y con destino incierto. Para desvelar lo que ocurrió en el transcurso de este periplo, Mike Mignola se unirá, además de con el habitual Dave Stewart con el color, con otro viejo conocido de Hellboy, Gary Gianni.
Juntos nos embarcarán en el Rebecca, un viejo barco que podría haber salido de Moby Dick, tanto la novela como la película a la que Hellboy: Aquel mar silencioso homenajea a su particular manera. Inexplicablemente, nuestro demonio favorito acabará encadenado a un mástil y capturado por una tripulación del siglo XIX.
Hellboy: Aquel mar silencioso es una historia pequeña, de tan sólo 56 páginas y sin grandes pretensiones. No es la primera vez que alguien tacha este tipo de historias de intrascendentes y definirlo como una de las flaquezas de Mike Mignola como guionista. Los viejos seguidores de Hellboy sabemos que cuando se requiere avance de la trama, cambios drásticos y afectar profundamente a los cimientos de la trama, Mignola no tiembla lo más mínimo y tanto en Hellboy como en AIDP lo ha demostrado sobradamente. Incluso ha llegado a probarnos que en más de una ocasión historias aparentemente pequeñas e intrascendentes han resultado ser una pieza clave en el desarrollo de la trama y de la mitología Hellboy en general.
No parece éste el caso de Hellboy: Aquel mar silencioso, dado que se sitúa en un momento del tiempo ya visitado y la saga de Hellboy en el infierno no deja demasiados lugar a retrocontinuidades especialmente relevantes. Sin embargo, las historias pequeñas e intrascendentes son parte integral del mito de Hellboy, profundamente alimentado por los relatos pulp, que en su mayoría eran pequeños e intrascendentes… pero al igual que Hellboy, profundamente disfrutables.
Por estas páginas veremos desfilar zombis, ciudades perdidas, artefactos locos decimonónicos y monstruos marinos y todo ello ilustrado por Gary Gianni, nadie mejor que este dibujante de Chicago cuyo estilo evoca los viejos folletines y, a la vez, a los grabadores clásicos como Doré o el mismo Goya en quien Mignola se ha inspirado en más de una ocasión.
Gary Gianni conocido sobre todo por la tira del Príncipe Valiente, pero algunas de sus obras beben directamente del pulp como The Shadow o Monster Men. Además es un viejo conocido de Hellboy y ha ilustrado varias historias cortas del personaje, con lo que su estilo parece hecho a medida. Sorprendentemente, la estética abigarrada y profusa en líneas de tramado de Gianni, no sólo no pierde fuerza con el color de Stewart, sino que el colorista vuelve a dejar patente que es un maestro y combina con pericia la paleta habitual de Hellboy con el estilo de un Gianni que resulta realzado.
Hellboy: Aquel mar silencioso de nuevo demuestra que menos es más. Una aventura pulp en estado puro con todo lo bueno y lo malo de este género que tanto apasiona a sus autores y tan buenos momentos nos ha dado en Hellboy.
