A finales del siglo pasado y principios de éste, el sitio donde había que buscar el tebeo norteamericano de autor era el sello Vertigo de DC Comics, la que nos dio Sandman, Lucifer, Animal Man, Hellblazer y tantas otras leyendas del medio. Con el tiempo, y debido principalmente a las condiciones económicas que daba DC, las obras de autor se fueron a Image Comics, donde pudimos ver Saga, The Wicked + The Divine, Ascender y demás ejemplos de lo que se dio en llamar la nueva Vertigo. Pero desde unos años a esta parte, otra editorial ha empezado a publicar material en esa línea: Boom! Studios, una editorial que ha sido conocida principalmente por publicar cómics basados en productos audiovisuales dispersos como 28 días después, Rugrats o Hijos de la anarquía, está lanzando material tremendamente interesante, como Giant Days, Once and future o esta que nos ocupa hoy, Hay algo matando niños, de James Tynion IV y Werther Dell’Edera.
Hay algo matando niños es, como deja bastante claro su portada, una historia de terror. Una historia de terror dura, sobre traumas y miedos infantiles. Todo empieza cuando en una fiesta de pijamas James se inventa una historia de terror en la que hay un monstruo que acaba haciéndose real y acabando con todos sus amigos. Siendo él el único superviviente, muchos dedos le apuntan a él como responsable de las muertes. Pero alguien sabe la verdad. Erica Slaughter (¿se puede tener un nombre más molón?) llega al pueblecito en mitad de la nada de Archer’s Peak a hacer lo que sabe: cazar monstruos.
Las historias de terror que mejor funcionan son las que nos atacan los miedos más profundos. Aquí, tenemos víctimas inocentes e indefensas: los niños. No están en peligro, llegamos a verlos físicamente destrozados como resultado de las acciones del monstruo asesino, en momentos explícitos y truculentos. En este aspecto, se mueve en los mismos terrenos que It, de Stephen King. La muerte de Georgie Denbrough es uno de los principales mazazos en las tripas del lector (o del espectador en las adaptaciones audiovisuales posteriores) durante toda la obra, y Tynion lo tiene muy claro. La principal diferencia es que en It los niños tenían que sacarse las castañas del fuego a sí mismos, pero aquí hay alguien que viene a ayudarles… aunque no llegamos a conocer ni sus motivaciones para hacerlo ni de dónde viene. La serie está pensada a largo plazo y el autor dosifica muy habilmente la información.
Hay algo matando niños es una obra totalmente personal de James Tynion IV, un habitual del género superheroico y muy apreciado entre los miembros de Casa Tortas, el guionista de un sleeper como fue la etapa Renacimiento de Detective Comics que ha acabado como escritor de la serie central de Batman. Aquí, en una editorial independiente y fuera de franquicias rígidas, hace todo lo que quiere y nos demuestra que es un autor mucho más brillante de lo que ya habíamos podido apreciar. En estos primeros cinco números de la serie, que a día de hoy tiene publicados quince y anunciados otros cuatro más, nos presenta una historia dura pero a la vez vibrante, con personajes carismáticos y la mezcla en proporciones perfectas de terror y misterio para dejarnos con ganas de más y a la vez con el vello de la nuca erizado, proporcionando ese punto de malestar masoquista que todo lector de terror busca. Y centrándose más en las reacciones de las personas de Archer’s Peak que en el monstruo, humaniza la historia y la hace mucho más cercana. Quizás transite por lugares comunes que nos suenan a todos, y que podamos ver aquí un cóctel en el que identificamos un toque de It, una pizca de Supernatural aquí y una pincelada de Buffy la Cazavampiros allá, pero aunque no sea original -es difícil ser totalmente original en el terror-, consigue sus objetivos de forma impecable.
Pero no todo el mérito de esta obra es de Tynion. El dibujante, el italiano Werther Dell’Edera (Hellblazer: Umbrales oscuros, Spiderman: Negocios familiares) hace que Erica Slaughteter nos deje con la boca abierta desde su primera aparición, con uno de los mejores diseños de personaje que hemos visto en los últimos tiempos. Además, consigue ambientaciones impecables en los momentos más opresivos como en los cotidianos, magnificado todo ello con los colores de Miquel Muerto, que da con el tono perfecto para cada escena. Y la sangre que vemos aquí tiene el color de sangre de verdad.
Una serie planificada a largo plazo tiene que darle al lector en sus primeros números suficiente información como para atraparle y dejar ganchos abiertos para que quiera volver. Tynion, Dell’Edera y Muerto nos han dado en este primer tomo de Hay algo matando niños una historia fascinante, con unos personajes memorables y un dibujo de primera. Una de las mejores obras de lo que llevamos de 2021. Por supuesto que estaremos aquí cuando salga el segundo tomo.