Harley Quinn regresa a Gotham para ¿ayudar? a la ciudad a recuperarse tras La guerra del Joker. Pero no hay ningún comité de bienvenida esperándola. Además, hay otros que también quieren aportar sus propias soluciones. Por ejemplo, el horrible Hugo Strange, que tiene un espeluznante ejército a su servicio. ¡Un ejército que está a punto de ir tras Harley y su nuevo compañero, Kevin!
Tras los eventos de La guerra del Joker donde, como ya sabéis, surgió el personaje de Punchline para cubrir el hueco dejado por Harley Quinn como compañera y ayudante del Joker, Harley considera que aunque su historial criminal haya sido borrado gracias a su participación en las misiones del Escuadrón Suicida, aún le queda mucho por hacer en Gotham (recordad, ya no reside en Coney Island). De modo que se presenta ante su ciudad, arrepentida y dispuesta a compensar todo el daño causado, con el reticente beneplácito de Batman. Un Batman que, aun conociendo las buenas intenciones de Harley, aún no se fía del todo de ella, y no la perderá de vista durante sus actividades.
Pues sí, estamos ante un nuevo relanzamiento para Harley Quinn. Uno ya pierde el hilo de las veces que han relanzado la colección (para conocer nuestras opiniones sobre los relanzamientos, también podéis escuchar el programa que le dedicamos al tema), con cualquier excusa por peregrina que sea. Que si los Nuevos 52, el #45 USA, Renacimiento, Estado Futuro… Ahora toca como excusa Frontera Infinita y las consecuencias de la anteriormente mencionada Guerra del Joker, pero podía haber sido porque al editor se le echaran a perder las chirimoyas, yo qué sé. Da igual: nueva etapa, nuevo equipo creativo, que sorprendentemente sigue llevando la colección en EEUU (allí van ya por el número 15). En una época en que los relanzamientos de una colección que incluyen un nuevo equipo de autores, éstos suelen cambiar una vez pasado el primer arco argumental (cuánto te echamos de menos, Jotacé), que el mismo equipo siga al frente de una colección 15 números después es una gran noticia. Aquí tenemos a la guionista Stephanie Phillips (Wonder Woman: Especial 80 aniversario) quien, como tantos otros guionistas que se han hecho cargo del personaje, sigue sin aprovechar del todo el personaje con quien trabaja. Para Phillips, esta Harley no está loca, no es una psicópata, sino que es sencillamente una payasa. En todos los sentidos: hace tonterías, dice tonterías, y parece que pasa por el mundo real como un cochinillo engrasado. Y ya lo he mencionado alguna vez, que esta Harley Quinn empeñada en decir continuamente “soy psiquiatra, quiero ayudar a la gente” ya resulta cansina. Desde luego, si la comparamos con la Harley original, considero que hemos salido perdiendo. Y estoy a favor de que los personajes tengan que evolucionar, pero si en esa evolución se pierden elementos clave y definitorios del personaje, el cambio es para peor. ¿Os imagináis que Spiderman perdiera su famosa suerte Parker?
Del dibujo se encarga el canadiense Riley Rossmo (Constantine: Hellblazer, Estado Futuro: Legión de Superhéroes) quien, ayudado por una paleta de color casi fluorescente de Iván Plascencia, emplea ese estilo cartoon suyo tan característico, heredero en muchas viñetas del genial Kyle Baker. Rossmo ilustra esta aventura de Harley en la que la ciudad, para curar las heridas sufridas por la invasión de seguidores del Joker, contrata al doctor Hugo Strange. Éste, aquí representado por Rossmo como un hombre gigantesco, crea el Programa SAFE, de Seguridad Ante Felonías Excepcionales, una tapadera para experimentar con sus drogas sobre los ciudadanos del bando de los payasos durante la Guerra del Joker. Uno de estos ciudadanos arrepentidos, el bonachón Kevin, se convertirá en ayudante de Harley Quinn para purgar sus pecados. El mayor problema que tienen siempre estas historias, y sobre todo con este tipo de dibujo, es que no importa lo malo que sea el villano, nunca terminas de ver a la protagonista en verdadero peligro. No quiero decir que el dibujo sea malo (todo lo contrario), ni que no sea adecuado para esta colección (todo lo contrario), pero si pretendes presentar a un villano amenazador, y una situación que sea una desafío, el estilo de dibujo te tira las intenciones por tierra. Es como ver un corto de los Looney Tunes: nadie parece hacerse daño de verdad.
En este relanzamiento de la serie de Harley Quinn, titulado Que empiece la curación, nos encontramos con una Harley que, si sigue volviéndose cada vez más buena, acabará ingresando en la Liga de la Justicia. O al menos en las Aves de Presa (oh, espera, ¡eso ya ha pasado!). Este primer tomo, que contiene los cinco primeros números de la nueva serie regular (hasta que a algún capitoste se le ocurra relanzarla), se incluyen también las portadas alternativas de ilustradores como Derrick Chew y Yohitaka Amano (Sandman: Cazadores de sueños), entre otros.
