Saludos, queridos lectores. Espero que estéis soportando bien el calor y la arena de este desierto africano. A ver si la guerra termina pronto y podemos dejar el norte de África. Mientras tanto, vamos a por unas botellas y puros a la tienda de campaña de Marseille.
Hans-Joachim Marseille es un tebeo que Antonio Gil y Cartem nos traen sobre la faceta militar del piloto alemán de ese nombre. En esta obra se nos presentará principalmente la parte de su carrera que transcurrió en el norte de África y que le dio fama. Aunque no faltarán las anécdotas e historias que lo hicieron ser él que era, popular entre sus compañeros y no siempre bien visto por sus superiores.
Hans-Joachim Marseille es una persona que, a poco que tengas un bagaje en historia militar, tiendes a calificar como un «húsar del aire». Una de esas personas que se alejan de los estereotipos de su ejército, nación y época. Un hombre que trás su primer derribo escribió a casa diciendo lo mucho que sentía haber matado a un hombre. Un hombre que quería volar, no matar.
Y que aún así se convirtió en el mayor as alemán del frente occidental.
Lassalle le hubiera dado su propio caballo :-).
A nivel de guión se da una circunstancia curiosa. Formalmente estamos ante una mezcla de escenas de guerra y de vida cotidiana (dentro de la vida de un piloto militar, claro). Pero la obra tiene un aire como de documental. Me ha dado la impresión personal de estar «viendo» un documental, donde la voz en off se alterna con escenas auténticas (como fragmentos de película de la época narrada).
No es un recurso usado de forma evidente, sino la sensación que me ha dado. Aún así, esta biografía de Marseille perfectamente como un cómic de guerra. Tampoco olvidemos que la mayor parte de las páginas están dedicadas a los combates, así que hay que cortar mucho en lo que es la vida personal del piloto. Tendremos resumidas en una o dos viñetas aspectos tan importantes como la relación con su madre.
Ese mismo tono como cinematográfico lo apreciamos en algunos aspectos del dibujo. Como una escena de transición entre el presente y un recuerdo donde un ventilador de techo se convierte en la hélice girando de un avión.
Pero mantendremos los recursos de un tebeo. Hay una escena queme ha gustado especialmente. Cuando Marseille es condecorado en persona por Hitler, la página se divide en dos columnas. La de la izquierda es una única viñeta vertical que nos muestra la fachada de la Cancillería del Reich. Tan imponente y de una escala superior a la humana como fue diseñada. Pero la columna de la derecha son pequeñas viñetas de rostros parlantes. Gente hablando. Las personas que vivían y trabajaban allí dentro.
El contraste entre la Historia y la historia.
A nivel de aparatos de guerra (seamos sinceros, todos nos fijamos en eso en los tebeos bélicos) Antonio Gil hace un excelente trabajo. Sobre todo me han gustado los diferentes puntos de vista durante un combate aéreo entre dos cazas (no lo llamaría realmente dogfigth en este caso, debido a la técnica que históricamente usada Marseille para combatir). Y los detalles. Detalles como las escalerillas de madera necesarias para los pilotos y mecánicos que preparan y usan un avión de caza.
La edición me ha encantado. Desde el papel usado, que permite que el color quede satinado y permite a la vez el contraste entre los aviones y los cielos.No voy a decir que el grosor de las tapas puede parar una bala, pero si podríamos usarlas para una reparación de emergencia y que el avión siga volando :-).
Como extras tenemos un artículo sobre el personaje real escrito por Daniel Ortega. Tendremos también la reproducción de una portada de la revista Adler.
Solamente le veo un pero a esta obra de Antonio Gil. Y sé que soy un tiquismiquis. Pero aunque en muchos libros y artículos de historia se dice que Marseille es el piloto que más aviones derribó en un día, 17 en tres salidas de combate, eso no es exactamente así.
Es el piloto que más aviones derribó en un solo día en el frente occidental. Y es el piloto que derribó 158 aviones, lo que lo convierte en el mayor as contra los aliados occidentales.
Pero el récord absoluto en un solo día lo tiene Emil Lang, que derribó 18 aviones soviéticos en una única jornada. 3 de noviembre de 1943, por si tenéis interés.
¿Por qué leer Hans-Joachim Marseille?
Una historia muy bien narrada que nos pone en contacto con un personaje real. Los detalles mecánicos y de ambientación del dibujo, que nos hacen creer que realmente estamos viendo esa época y lugar.
¿Por qué no leer Hans-Joachim Marseille?
No lees historias bélicas.
No quisiera terminar esta reseña, mis queridos lectores, sin comentaros que hay una película de 1957 sobre Marseille.