La cultura japonesa siempre ha tenido un encanto especial para el occidental. Su cultura tan diferente a la nuestra, sus costumbres, la alimentación, incluso el cómic, nos produce tanta extrañeza como curiosidad. Por eso, son numerosas las obras que han aparecido hablando sobre la vida en Japón, desde las guías de Héctor García o Marc Bernabé, hasta una versión más narrativa como la de Jorge Arranz en Otro Japón, entre otros. Son libros fabulosos todos, pero con un aroma a guía de viaje que se centra en aspectos muy concretos que pueden ser de gran utilidad para los que queramos viajar al país como turistas. Pero Hanami. Tu, yo y 19 m2 en Japón, la obra que ha publicado Norma Editorial, es diferente.
Lo es fundamentalmente porque está planteada como un diario más que como una guía. En Hanami, su autora, Julia Cejas, nos cuenta la experiencia que vivió junto a su novio Marc cuando decidieron irse a vivir al país del sol naciente, e invirtieron todos sus ahorros en intentar hacer carrera en dicho país. Lo que nos cuenta Cejas en su obra es cómo se adaptaron a vivir en el país nipón, lo cual nos muestra una visión muy diferente al Japón de los turistas. Gracias a esta obra veremos aspectos muy específicos del país que despertará incluso más curiosidad por la extrañeza de sus costumbres.
Tenemos una idea preconcebida de que el japonés es una persona muy formal, que se rigen por muchas normas y carece de esa espontaneidad del occidental (y no digamos ya en países mediterráneos), y esta obra lo confirma aunque, como dice la propia autora en una de sus reflexiones, precisamente esa cultura favorece que sean países donde la corrupción no está tan aceptada como en Europa. Desde detalles como que se deje olvidada una mochila y cuando vaya a buscarla siga ahí, o que las bicicletas estén sin cadenas en la calle, vemos que se trata de una sociedad diametralmente opuesta a la nuestra, y para ser así necesitan normas… muchas normas. El capítulo dedicado a cómo reciclan la basura allí es literalmente demencial, pero ayuda a comprender mejor por qué son tan cuadriculados, y las consecuencias que tiene en la sociedad que sean así.
El libro está estructurado en forma de capítulos autoconclusivos parecidos a los de los manga. A pesar de que sean capítulos independientes, hay una línea argumental central, que es la decisión de ambos de irse a vivir, cómo aprenden el idioma e intentan prosperar en sus respectivas parcelas, Marc como compositor musical para videojuegos y Julia como dibujante. Pero cada capítulo se centra en un tema, que puede ir desde la citada experiencia con el reciclaje de basura, hasta sus experiencias como celíaco y vegana, lo afortunados que somos en España de tener una Seguridad Social… o su experiencia con el Hanami que da título a la obra, y que no es otra cosa que la tradición de observar la belleza de la floración. Aspectos muy independientes pero que en su conjunto permiten una visión global de cómo es vivir en ese país, desde un punto de vista menos turístico que otras obras a las que estamos acostumbrados a leer.
El dibujo de Cejas es sencillo, con una evidente inspiración del manga, y para esta obra además ha hecho algo que me ha encantado. Y es que hay muchos de los capítulos que tienen una inspiración concreta sobre un estilo o un autor específico. De hecho, recoge al final de la obra las referencias principales, para que nos ayude a confirmar esas sospechas que hemos ido teniendo durante la lectura. Eso permite un dibujo tremendamente orgánico en continua evolución que hace la lectura aún más entretenida, pudiendo plantearnos a cada capítulo el juego de intentar adivinar a qué autor u obra referencia (algunas son muy evidentes, otras menos). Incluye también algunas páginas en las que Cejas realiza unas ilustraciones de lo que se ve por la ventana de su pequeño piso en momentos concretos de su estancia, y que me han resultado maravillosas, por su variedad y la capacidad de capturar el momento como si fuese una fotografía. La obra está desarrollada en un bitono de morados y rojos.
En definitiva, Hanami es una obra muy atractiva para el lector interesado por la vida en Japón. Plantea un diario de la experiencia de su autora y su pareja durante su estancia allí y muestra unos aspectos de la sociedad japonesa que no estamos acostumbrados a leer en este tipo de obras. Con una selección de temáticas variadas y que alterna con cuestiones más costumbristas, resulta una lectura muy amena y que te bebes en un suspiro. Muy recomendable para aquellos que tengan interés en la cultura japonesa, para aprender aún más de una sociedad absolutamente única.
Lo mejor: Una lectura muy entretenida y variada. Los juegos a los homenajes. Las páginas a modo de fotografía.
Lo peor: Si la cultura japonesa no te interesa lo más mínimo, puede aportarte poco.
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