Es la hora de las tortas!!!

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Hablando de cómics: El Factor-X de Louise Simonson

Bienvenidos una semana más, un miércoles más a Hablando de Cómics.

El otro día estaba en mi casa, tumbado en la cama (denota mi cansina actividad en mi habitación), recordando los cómics de X-Factor cuando se llamaban Factor-X. Sí, la primera colección duró hasta el número 94 y el título se tradujo al castellano. La serie finalizó cuando se alcanzó La Era de Apocalipsis y la cabecera del volumen 2 ya se podía leer como actualmente: X-Factor.

El primer Factor-X se creó para exprimir la gallina de los huevos de oro. Después del éxito de la Patrulla-X y de los Nuevos Mutantes se pensó en hacer otra colección del homo superior, y para ello se juntó en una misma serie a los cinco fundadores de la primera colección de X-Men, la de 1963. El problema era que no había un rumbo a seguir con esta serie. ¿Qué hacemos con estos personajes? ¿Por qué los hemos juntado de nuevo?

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En primer lugar tuvieron que traer de la muerte a Jean Grey, en lo que me pareció entonces y me parece ahora, una tomadura de pelo al lector. Creo que esa resurrección abrió la veda para futuras vueltas de la tumba que se produjeron. Morrison la volvió a matar en sus New X-Men y espero que siga bajo tierra hasta el fin de los días.

Con el regreso de la pelirroja al plantén, la nueva formación sería un grupo anti mutante cara al público. Cazaban homos superiores aunque realmente los capturaban para enseñarles a manejar su poder. Total, una chapuza que no se sostuvo. El guionista Bob Layton sólo duró 5 números.

En el sexto episodio hizo su aparición Louise Simonson que se mantuvo en la misma hasta el 64 americano. Bajo su paraguas se fraguaron las 3 grandes sagas clásicas de los mutantes: La masacre mutante, La caída de los mutantes e Infierno. Teóricamente deberíamos hablar de una gran etapa para la colección y más si incluimos La guerra del juicio una buena saga olvidada en muchas menciones a esta colección. Pero en líneas generales considero la etapa Simonson como agónica, aburrida y muchas veces falta de ritmo. Había momentos muy buenos pero otros repetitivos e incluso risibles.

No nos olvidemos que Louise nos introdujo a Apocalipsis como el magnífico villano que es hoy en día, nos convirtió al Angel en Arcángel y nos dio a los cuatro jinetes de Apocalipsis. La nave de Factor-X destruida por Jim Lee, Portaccio y Claremont en cuanto la Simonson dejó los guiones también me parece un aporte fresco en su etapa.

Creo que intentó hacer de Claremont con Factor-X, en una época, (finales de los 80) en el que Chris era el mejor en lo que hacía, dotar a sus personajes de un aura que traspasara el papel pareciéndoles que eran de carne y hueso. Louise por el contrario lo que conseguía era atormentar a los lectores con sus filosofías sobre la vida de los personajes y sobre la existencia del Universo Marvel. Además de atormentarles y darles la solución desde el primer pensamiento existencial, (lo cual aburría porque teníamos la clave desde la primera línea) les dejaba con la duda varios números hasta que se decidían a dar el primer paso. Cíclope tarda en buscar a su mujer Madelyne 15 números. Parecía más importante ir a ver al cristalero o al chapista que buscar a tu mujer perdida. Algunas situaciones parecían imposibles o hacían que los personajes fueran unos descerebrados que no sabían anteponer las verdaderas preferencias sobre las secundarias. Gracias a Dios o a Claremont que esta serie se movía a impulsos por los grandes crossover acontecidos en la Patrulla. Así La masacre mutante dio unos meses de aire fresco con la perdida de alas del Angel. Esto nos llevó a La Caída de los mutantes… y luego a Inferno a pachas con todo el tropel mutante. Incluso la aparición de Cameron Hodge era de risa. Un malo que nunca llegó a parecer importante hasta Proyecto Exterminio, el crossover final antes de la reestructuración mutante de 1991.

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Poquito puedo salvar de esta etapa excepto la labor gráfica de su marido por aquel entonces Walter. No fueron sus mejores dibujos pero al menos se dejaban ver. Uf, ahora que recuerdo, la etapa final de la Simonson fue muy mala. Su marido la dejó antes de la saga de La guerra del Juicio que como dije antes, fue de lo mejorcito de este Factor-X. Y desde aquí cuesta abajo. Paul Smith cedió sus dibujos a Shoemaker y este a Bogdanove con entintado de Milgrom y eso fue la guinda que puso el pastel. Los últimos 10 números de Simonson me parecen muy flojos y la saga Proyecto Exterminio hace que La Canción del Verdugo sea una obra de arte. Aquí no se salva ni el apuntador porque incluso Claremont y Jim Lee en La Patrulla están por debajo de su nivel.

Estoy convencido que si leéis esos cómics a día de hoy os parecerán que han envejecido muy muy mal. Lo que no entiendo es como en los States le han otorgado a la guionista X-Factor Forever que retoma la serie desde el último número que guionizó hace casi 20 años. Es quizás por ello por lo que he realizado este artículo. Hay gente que cree que todo tiempo pasado es mejor pero Peter David nos ha demostrado que no, que lo nuevo puede darle al pasado en donde más le duele. Viva el X-Factor de David y que se quiten todos los demás.

Me despido de todos vosotros.