Saludos, queridos lectores. Casi no llego a tiempo porque estaba dedicándome a mi segundo empleo: la venta de ejemplares de la Guía del mal padre a progenitores que esperan los buses escolares :-).
Guy Delisle continúa con su visión personal de la vida familiar. Con un sentido del humor gamberro pero no exento de ternura, nos cuenta algunas de las situaciones entre él y sus hijos (niño y niña).
Antes de seguir, dejadme dedicar esta reseña a todos los lectores padres, especialmente a los que tengáis niños pequeños. No os toméis este libro como consejos,¿eh?
Estamos ante una obra realista, de corte costumbrista. No es ésta una de esas tiras exageradas que usan los recursos del cartoon para hacernos reir. Todo lo que vemos puede haber sucedido realmente. Ni siquiera debemos pasarlo por el filtro del humor.
Pero aunque Delisle nos cuente estas anécdotas de una forma que nos hace reir (a ver lo que dicen sus hijos cuando sean mayores y lean esto :-)) nunca pensamos que se esté burlando de las situaciones o de los niños.
Tiene un estilo, por cierto, que me recuerda muchísimo a Giovanni Guareschi cuando hablaba de su familia. Tierno y delicado, sin forzar el chiste.
No os quiero destripar las historias, pero estoy seguro de que todos los padres han sido los protagonistas de la historia de la piscina :-).
Al final del tomo, vemos como los hijos avanzan peligrosamente hacia la adolescencia. Quizás el próximo tomo de la serie sea ya más clásico, con los hijos y los padres en esa etapa de la vida que tantas buenas series de tebeos nos ha dado.
El dibujo del autor es minimalista. Blanco, negro y gris es todo lo que neesita para crear sus personajes. Ni escenarios o fondos le hacen falta. Sabemos que estamos en un comedor porque vemos la mesa, pero lo que nos importa son la conversación y las expresiones de los implicados.
Delisle es un artista mostrándonos sentimientos con detalles. Una gota de sudor en la cabeza de su hijo nos hace sentir el nerviosismo, la preocupación, el miedo de que mama vea la nota que nos ha puesto el maestro avisando de nuestro mal comportamiento…
Y quizás sea cosa mía, pero la tierna forma de dibujar a su hija (con esas piernecitas que son solo dos lineas cuando todos los demás personajes tienen piernas normales) puede ser una forma secreta de decir que ella es especial para su padre.
¿Para quién es este libro? Para los padres (y las madres). Pero no para los hijos. Oh, ¿y eso, Lamastelle-san? ¿acaso hay lenguaje grosero o situaciones adultas? En absoluto, querido lector metafórico al que uso como recurso estilístico.
Lo que pasa es que si los hijos leen este libro, podrían descubrir algunos de los trucos que los padres avispados podrán usar contra ellos. Y no queremos darles esa ventaja :-).
Por cierto, un detalle por si el personal de la biblioteca que visito siempre lee esta reseña. El autor sigue siendo canadiense, no francés. Dejad de ponerlo en la estantería de cómic europeo :-).
¿Por qué leer Guía del mal padre 4?
Un estilo realista y tierno que, sin embargo, te hará sonreir.
¿Por qué no leer Guía del mal padre 4?
Se acaba enseguida. Buscas la carcajada rápida antes que la sonrisa duradera.
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Guy Delisle
