Elegido como el avatar del Tótem Araña, Peter Parker es el guardián oscuro del destino que hace realidad las órdenes del gran tejedor del destino… un papel que ha dividido su mente en varias personalidades: un genio, un fotógrafo, un profesor…

Los cruces o fusiones entre personajes, editoriales o universos siempre dan muy buen resultado comercial. No me refiero a los crossovers o macroeventos que unen a todos los personajes de la casa, y que tan cansados nos tienen ya en los últimos años. Hablo de experimentos como, por ejemplo, la línea Amalgam, que fusionaba a algunos de los personajes más emblemáticos de Marvel y DC, dando como resultado nuevos y, a menudo, más interesantes personajes. Así, por ejemplo, tuvimos a Lobo the Duck, a Super Soldier (que fusionaba a Superman con el Capitán América) o a Dark Claw (la unión de Batman y Lobezno). Por extraño y absurdo que pudiera sonar a priori, lo cierto es que sobre el papel el concepto era de lo más atractivo, y hubiera sido interesante ver a dónde nos hubiera llevado si se hubiera desarrollado durante más tiempo. Algo parecido nos encontramos en el Universo Marvel actual, en el que Gamora, que se ha hecho con las Gemas del Infinito, ha doblado el universo por la mitad y ha creado un nuevo universo “trenzado” (warped, en el original) en el que varios de los héroes que conocemos no sólo tienen un origen diferente, sino que además resultan ser fusiones o combinaciones de otros ya conocidos. Así nos encontramos con el personaje que hoy nos ocupa, el Caballero Araña, mezcla de elementos de Spiderman y del Caballero Luna. El guionista Dennis Hopeless (Spiderwoman, Jean Grey) toma algunos de los elementos totémicos de ambos personajes (la araña del primero, invención de Joe Michael Straczynski y la luna del segundo) y crea a un Peter Parker muy parecido al que hemos leído en los cómics, en el sentido de que ha sido un tímido estudiante de ciencias, pero también un dicharachero superhéroe, un empresario y, en ocasiones, un violento justiciero. En esta ocasión es todo eso a la vez, merced a las múltiples voces que escucha en su cabeza, y que le hacen saltar de una personalidad a la otra, rasgo que ha tomado del Caballero Luna, personaje que sufre de trastorno de identidad disociativa. El problema que se encuentra este Caballero Araña es que puede sufrir un cambio repentino de personalidad en mitad de una pelea o un salto entre edificios, con lo que las consecuencias pueden ser desastrosas.

Hopeless toma otros elementos de ambos personajes, como el asesinato de los tíos de Peter Parker, y casi de este mismo, que regresa de la muerte gracias a la intervención del tótem arácnido en vez de un dios egipcio. Este Peter es el presidente de una importante empresa tecnológica, asistido por su ayudante de día Marley Jane, mientras que su asistente de noche es su mejor amigo Harry Russell, cuyo padre sufre la maldición del hombre lobo (como el Jack Russell a quien se enfrentó el Caballero Luna en su primera aventura). Es más, el primer adversario a quien le vemos enfrentarse en esta historia es el vampiro Michael Morpheus, también fusión de dos de los enemigos de Spiderman y Caballero Luna. El resto de la historia transita los lugares comunes de ambos personajes, sin permitirse profundizar demasiado ni crear trasfondos más allá de lo que exige el argumento de estas 48 páginas, que apenas dan para más que una simple anécdota: historia de origen, presentación de personajes, aparición del villano principal que entronca con dicha historia de origen, y batalla final. Stan Lee lo hubiera finiquitado en 24 páginas, y Brian Michael Bendis en 144, de manera que las 48 que ocupa esta grapa no sólo se leen en un suspiro, sino que además uno agradece que el chiste no se alargue más de lo imprescindible.

Al dibujo está el estadounidense Alejandro “Alé” Garza, quien ha trabajado con escritores de la talla de Chris Claremont y Daniel Way, y en series como MK Spiderman y Deadpool, entre otras. Si bien no es muy conocido en nuestro país, ha tenido una trayectoria profesional intachable, con un estilo cercano al amerimanga, heredero de Humberto Ramos o Joe Madureira. Pocas tachas se le pueden encontrar a este dibujante que cumple sobradamente con la tarea asignada sin aspavientos ni estridencias, manteniéndose en un nivel notable durante todo el tebeo. No es un Alan Davis, pero también está muy lejos de ser un Chap Yaep, por poner un ejemplo.

¿Es Guerras del Infinito: Caballero Araña un gran tebeo? Pues, a decir verdad, no lo es. Ojo, que esto no quiere decir que sea un mal tebeo; de hecho, pese a contar una historia muy trillada, el dibujo está en un nivel correcto (tirando a bueno) y se deja leer bastante bien. Eso sí, únicamente será de interés para los coleccionistas y completistas de la saga del Infinito, y de los personajes Spiderman y Caballero Luna (como servidor, para quien el Puño de Khonshu es una debilidad personal).