Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Grendel: La odisea del diablo

Grendel: La odisea del diablo
Guion
Matt Wagner
Dibujo
Matt Wagner
Color
Brennan Wagner
Formato
Cartoné. 216 páginas. Color
Precio
24€
Editorial
Planeta Cómic . 2023
Edición original
Grendel: Devil’s Odyssey #1-8 (Dark Horse)

Ya hace ocho años desde que vimos por última vez nuevas historias de Grendel en su encontronazo con La Sombra y hay que irse aún más allá, a 2009 para toparse con Devil’s Reign, la última serie que podamos considerar completamente dentro de la saga. Pero es que hay que irse aún más lejos para seguirle los pasos a Grendel Prime, el protagonista de Grendel: La odisea del diablo.

Grendel: La odisea del diablo

Vimos por última vez al cyborg que debutaba en Grendel: Warchild en la frontera entre siglos en una novela escrita por Greg Rucka e ilustrada por Matt Wagner, pero que se situaba cronológicamente después de Devil Quest, la historia de la que continúa Grendel: La odisea del diablo, publicada hace ya casi tiene 30 años y donde veíamos el cuerpo de Prime partido en dos arrastrándose hasta escapar en una moto y perderse en el horizonte hasta hoy. Dado que Matt Wagner ha ido saltando atrás y adelante en distintos momentos de la historia de Grendel, en función de dónde soplasen los vientos creativos, podría ser un tanto complicado subirse a la saga, pero por fortuna ha sido recopilada ordenada cronológicamente en cuatro tomos — más dos extra de Grendel Tales — de la mano de Planeta, quien también nos trae esta nueva aventura.

Durante la mayor parte de lo que vamos de siglo, su autor, Matt Wagner, ha aparcado sus creaciones temporalmente en pos de títulos tal vez más sonoros como Batman, Trinidad o La Sombra, pero hace unos años decidió que era hora de volver a sus dos hijos predilectos de la ficción y, así, recientemente hemos podido ver el cierre de la trilogía de Mage y Grendel: La odisea del diablo supone su regreso a lo que empezó con un tal Hunter Rose hace ya 40 años.

Grendel: La odisea del diablo

Comenzamos con una elipsis y, según nos dicen, Grendel Prime ha estado un siglo fuera de servicio. Ahora, en un mundo en declive, con un imperio de los Grendel en decadencia y bajo asedio en un planeta moribundo, nuestro cyborg protagonista recibirá una misión de la última en la dinastía del primer Grendel khan, Orion Assante. Deberá partir junto el dron inteligente Sigma 7 — aunque prefiere Siggy — en busca de un nuevo planeta habitable donde perpetuar la dinastía Grendel.

Este Grendel Prime con el que nos encontramos no deja de ser un personaje de 1992 y, hoy por hoy, resulta curioso ver como aquel cyborg violento, lacónico y crepuscular, fruto de una era grimm & gritty, resulta hoy anacrónico y hasta cómico gracias a la ironía del dron que lo acompaña y hace las veces de una mezcla entre C3PO y Alfred.

Ya desde el prólogo, Matt Wagner confiesa la influencia de las historias de la revista Heavy Metal, la publicación en la que llegaban a los EEUU las historias de Metal Hurlant. La huella de Moebius, Druillet, Corben, Bilal o Juan Giménez es palpable en Grendel: La odisea del diablo, así como también admite lo alargado de la sombra de Jonathan Swift y Los viajes de Gulliver. De este modo, tendremos a Prime y Siggy saltando de planeta en planeta, descubriendo en cada uno de ellos una civilización distinta y peculiar y, como en la buena ciencia ficción, haciendo uso de lo fantástico para hablar de nuestra realidad.

Grendel: La odisea del diablo

Con cada viaje y cada especie descubierta, tendremos una pequeña lección que nos habla de la propia especie humana, de sus muchas contradicciones y actitudes tóxicas. No olvidemos que Grendel comenzó con un ladrón, asesino y señor del crimen y ha discurrido con un festival de muerte, guerra y fanatismo, con lo que se ha ido erigiendo en sus distintas encarnaciones como un símbolo del lado más oscuro del ser humano.

Sin embargo, y pese a cierta moraleja, siempre fue Mage la serie donde Matt Wagner volcaba sus inquietudes y Grendel, por otro lado, su patio de recreo narrativo. Grendel era la serie donde podía dar rienda suelta a todo su afán experimentador y pese a que estamos ante un Matt Wagner maduro, depurado y menos tendente a la desmesura, Grendel: La odisea del diablo camina por caminos más extremos que los que le hemos visto en la última parte de Mage, su obra anterior. Superposiciones de viñetas frecuentes, rejillas irregulares, abundancia de páginas a sangre, páginas dobles… Matt Wagner se deja llevar, pero ya no vamos a ese terreno experimental que teníamos a finales de los 90 y principios de siglo. Es como si ya estuviera de vuelta de esos experimentos trayendo solo resultados.

Grendel: La odisea del diablo

Tenemos aquí de nuevo a su hijo Brennan Wagner, que viene colaborando con su padre en los últimos años en las tareas de color y al que encontramos también más cómodo y seguro que en trabajos anteriores. Pese a que colorea con medios digitales, tanto la textura como la paleta deja por momentos reminiscencias de los cómics donde su padre desplegaba un acabado pictórico, como Devil Quest, creando así una suerte de matrimonio entre tradición y modernidad, que podría marcar el camino al futuro.

Y es que al contrario que en Mage: El héroe desestimado, Grendel: La odisea del diablo no es un final, sino un nuevo principio que marca la posibilidad de un nuevo abanico de historias, a la vez que nos trae de vuelta recuerdos de los tiempos de Warchild y el dominio de Orion Assante. Y del mismo modo y pese a que los flashbacks y reminiscencias del pasado están ahí para los viejos seguidores, Grendel: La odisea del diablo tiene todo lo necesario para ser el primer tebeo de Grendel de un nuevo lector. Y es que ha tardado muchos años en volver, pero Grendel no ha muerto. ¡Vivat Grendel!

Coméntanos algo

No hay comentarios aún. Sé tú el primero

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *